Publicidad
Publicidad
Relacionado: ¿Quién fue el primer rapero de la historia?
Las rimas no paran. Aunque la mayoría ya dejó de cantar y pocos tienen las manos en el aire, Nas no suelta el micrófono. La música sigue y los versos con ella. No hay pausas ni invitados. Canción tras canción, el público parece adentrarse en el mundo mágico del villano de Nueva York. Lo que eran imágenes de la ciudad ahora son un fuego intenso y mientras los bajos hacen temblar el piso los versos elásticos de Nas nos llevan por un recorrido de su trayectoria: "Street Dreams", "If I ruled the World", "Hate me now", "I can", "Nastradamus", "Memory Lane" hacen que por más de una hora estemos atrapados en la mente del rapero de Queensbridge.De vuelta en el festival parece otra época, miles de personas bailan con Disclosure mientras otras caminan de escenario en escenario y unas más están tiradas en el piso. Mientras los festivales persiguen sonidos cada vez más innovadores, los tranquilos y poderosos ritmos de Nas ofrecen una salida de la vorágine que se apodera después del anochecer, una atmósfera hipnotizante que nos transporta al mundo clásico del hip hop de la mano de uno de sus mejores exponentes.Mientras regreso a la Ciudad de México solamente puedo pensar en el show que acaba de dar Nas y en la gente que vino a Toluca nada más por verlo. La apuesta de Ceremonia por el hip hop ha hecho que grandes raperos toquen en el kilómetro 52 de la carretera, y que sus fanáticos vengan a escucharlos. Y aunque al otro día escucharía quejas sobre el sonido en el escenario principal, algunos solo recordemos que a unos metros, a media noche, Nas dio un concierto legendario para algunos cientos de clavados que viajaron hasta ese lugar para verlo presentarse por primera vez en México.@limonsaurio