Playlist para irse sin mirar atrás

Muy al contrario de lo que nos han enseñado la televisión y el cine, no todas las relaciones se acaban por culpa de los cachos. Hay mucha gente que termina la cosa porque simplemente se aburre del otro y ya. Existen muchas personas que quieren ciertas cosas para su vida y su pareja se vuelve un estorbo para seguir adelante. No es que las dejen de amar, es que simplemente ya no pueden caminar juntos. Es así de sencillo. El problema es decirle a la otra persona que la cosa se acaba sin una razón aparente.

Hay que tener tino. Igual van a haber lágrimas, pero de todas maneras hay que tener tino.

Por suerte, durante los 70 y 80 – esa época maravillosa marcada por los copetes, las voces gruesas y la música rimbombante – las rupturas, lo amores imposibles y la tristeza infinita eran la moda. Y digo suerte porque los ídolos de esos años dorados, que ahora conforman el panteón de la música para planchar, nos dejaron como herencia una serie de joyas perfectas para dedicar en cualquier momento.

Desde como rogar, hasta la forma más elegante posible de irse con la cabeza en alto, eso sí, con una que otra lágrima y mucho dolor, pero sin estar dispuestos a mirar atrás, esta es una lista que recopilia varios temas clásicos (y un par contemporáneos) para decir adiós por siempre.

La suerte está echada, es hora de partir.

Puerto Montt es una ciudad ubicada al sur de Chile donde nacen los Andes, la cual está dotada de una belleza inefable. También es el escenario de esta fatídica historia de amor, contada por Los Iracundos, una banda de rock criolla y baladas corta venas uruguaya, que nos pinta un hermoso paisaje desfigurado por la melancólica imagen de una mujer que llora desconsoladamente con el cielo azul y el Pacífico de fondo, mientras le grita a su amado: “No, no, no te vayas de mí” ¡Qué dolor!

“Sobran las palabras ya lo nuestro acabó”, dice Tony Landa, un cantante vasco que solo estuvo activo ocho años. Aquí el viejo Tony rememora esos momentos mágicos que pasó junto a su amada, antes de que esta le mintiera vilmente. Y como besarse en silencio no es suficiente, es hora de decir adiós. Chao Tony.

Si usted busca terminar con su pareja y no quiere que esta llore mucho hágalo al estilo spoken word. Así lo hacía El Greco y parece que le servía bien. Eso sí, asegurese que afuera este llorando el cielo, porque sino la cosa no funciona. Es que piénselo: un restaurante, su paraje ahí frente suyo medio angustiada y usted se para y le mete esa teatralidad de El Greco a la ruptura. No solo va evitar lágrimas, se ganará los aplausos de todos los comensales. Greco, eres un maldito genio.

Esta si es severa tusa. “Encontraré en cada esquina su sonrisa, tu calor”, pero igual te digo adiós. Este dueto argentino sabía muy bien cómo cagarle la tarde a cualquiera. Es que imaginen estar en un tren mientras dejas a tu amor de verano atrás y lo ves por la ventanita moviendo la mano. Pero qué se le va a hacer, la decisión está tomada. Igual en el siguiente pueblo también hay gente bonita.

Ese José Luís Perales es un man muy elegante. Hasta para dejar a una pelada despechada y llena de lágrimas tiene tino el hombre. Básicamente le dice a esta pobre mujer: te dejó porque me mamé, pero tranquila que siempre voy a pensar en ti ¿Qué tal eso? Enséñame maestro.

A veces pasa que una relación se acaba y no hay drama, todo bien, la vida sigue. Las novelas y las comedias románticas nos han enseñado que toda ruptura es una mierda, pero por suerte José Feliciano y su guitarra nos recuerdan que hay que bajarle el drama a la vida. Digan adiós, acéptenlo cuando les terminen y váyanse a follar con alguien más. Punto. Gracias Cheo por recordarnos que la vida es más simple de lo que creemos.

Con su ronca y sublime voz Ana Gabriel nos recuerda que en la vida hay que tener dignidad. Eso de estar entrando y saliendo no funciona. Si te vas, hasta luego. Hay que pararse duro y nada de estar soportando traiciones. Buena Ana Gabriel, por eso era la más dura de todas ¡Salud!

Que se termina la relación y quedamos como amiguitos, eso nunca. Dice la española que no quiere que la jodan. Para la vieja Amaya es todo o nada. Olvidate que nos vemos de vez en cuando o que nos echamos una canita al aire, cero jueguitos con Amaya. Cuando esta mujer dice: “lárgate y déjame en paz”, lo dice muy enserio.

El famoso trovador argentino nos recuerda que en está época también se puede hacer buena música para irse sin mirar atrás. Sobre todo si te va tan bien en la vida como es el caso de Kevin. Una vez que se quedó sin su amada, le llegaron mujeres por montón, consiguió estabilidad económica, empezó a ir a fiestas varias, mejor dicho, le llegó la buena vida. Sabroso, para que volver con alguien cuando uno es el Hugh Hefner aragonés.

La diferencia entre las baladas de hace treinta años y las actuales está en en el nivel de patanada de la letras. Mientras que la vieja escuela decía las cosas de forma poética y melodramática, la nueva va directo al grano. En vez de decir: espero que en las frías noches recuerdes mi presencia y derrames tu llanto arrepentido, simplemente dices: que te follen. Es así de simple. No te guste la relación, pues que te follen. No te gusta como soy, pues que te follen. Que no quieres que me vaya y prometes cambir, pues que te follen. Sabias palabras.

Que te follen.