La Tigresa del Oriente siempre se pasa de la raya, pero esta vez se puso a blasfemar con un travesti argentino en la Catedral de La Plata. No tiene caso intentar explicar nada. Esto está jodido por todas las razones del mundo y no hay nada que el vaticano pueda hacer al respecto. Solo hay que dejar una cosa muy clara: a las Pussy Riot! las encarcelaron por menos.