Imagen cortesía de la Secretaría de Movilidad.
El "Día sin Carro" se convirtió en una tradición que nos ha durado 17 años. Diecisiete ediciones de este acontecimiento realizado por las sucesivas alcaldías en las que, por un día al año, llegar a la universidad o a la oficina sin sudar se vuelven la única meta del día.Digamos que, aparte de los factores buenos (la ciudad medianamente despejada y en una actitud distinta), también hay los que generan mala recordación: buses repletos de Transmilenio, filas largas, parqueaderos colapsados. Sirve como un diagnóstico: estudiar la capacidad que tiene una ciudad para trasladar a sus habitantes de un lugar a otro sin necesidad de usar carro.En esta ocasión, el primer Día sin Carro del año habilitó 42 kilómetros de calzada completa, como ciclovías y 33 kilómetros de bicicarriles, además de 11 kilómetros de ciclorrutas. Transmilenio extendió las horas pico y contó con personal adicional en las estaciones y portales.En cifras, según la Secretaría de Movilidad, el Día sin Carro y sin Moto finalizó con una movilización histórica de viajes en bicicleta. Un total de 1'796.251 viajes fueron registrados durante el día. También se evidenció un total de 2.413.650 viajes de Transmilenio, los cuales se incrementaron 9,2% frente a un día normal y 4% frente a la anterior jornada. En cuanto al SITP, se evidenció un total de 1'971.767 viajes, que incrementaron un 22% frente a un día normal.En referencia a la información publicada durante el Día sin Carro y sin Moto, el alcalde Enrique Peñalosa aclaró que no se ha pensado en realizar otra jornada completa. Indicó que se podría pensar en un ejercicio de un día en donde no haya circulación de carros durante hora y media en hora pico en la mañana y en la tarde. Sin embargo, no es una medida decidida ni se piensa implementar de manera diaria o permanente. De nuevo, el Día sin carro sirve de diagnóstico.El alcalde Gustavo Petro ya había dicho en una oportunidad ––frente a una rotunda oposición del público–– que tenía pensado realizar esa jornada todos los meses. Peñalosa decidió no acoger esa sugerencia en un primer momento ––sin esa oposición rotunda–– sino hacerlo de manera gradual. Sea como sea, y así prefiera el público quejarse más de un alcalde que de otro en los temas de movilidad, lo que queda del Día sin carro son aprendizajes que pueden ser útiles.Según Andrés Felipe Vergara, fundador del Ciclopaseo de los miércoles en Bogotá, ayer fue un muy buen día para los ciudadanos. Afirma que estos días hacen que la gente se vuelva cada vez menos dependiente al carro. Si esto sucediera así, todo mejoraría: "el carro representa el 90% de la malla vial en Bogotá. Si hacemos esto con más frecuencia, tendríamos menos tráfico, la ciudad sería más tranquila y no habría tanta congestión".Un día no es suficiente, parecen coincidir todos. En un artículo publicado por RCN en abril del año pasado, Germán Restrepo, experto en gestión de calidad del aire, afirmó que este es un día en el que realmente la polución del aire no cambia mucho. Y es un día en el que, además, el sistema de transporte no da abasto.En VICE Colombia ya habíamos hecho un análisis sobre lo que aprendimos en el pasado Día sin Carro en el que colapsó el sistema de transporte y los trancones siguieron así hubieran salido de las calles 1.400.000 carros. Estos problemas persistieron. De hecho, al salir a la calle, fue casi imposible conseguir taxi a cualquier hora del día, y los precios de UberBlack, el servicio de camionetas blancas estuvo todo el día en una tarifa 2.0 o más alta.Al ver que todavía tenemos las mismas discusiones acerca de la eficiencia de un día como estos en la ciudad, quisimos encontrar esas pequeñas cosas que harían que esta fecha tan especial sea menos tortuosa, de cara a que podría expandirse. Hablamos con Darío Hidalgo, experto en movilidad y exdirector de Transmilenio. Son tres los consejos.
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