The Lemon Twigs son las nuevas viejas glorias del rock

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Noisey

The Lemon Twigs son las nuevas viejas glorias del rock

Nos encontramos con los jóvenes y precoces hermanos que han conquistado desde Elton John hasta Alice Cooper con su LP de debut.

"A veces nuestras peleas se ponen muy pero que muy feas", dice Brian D'Addario, el joven de 19 años que forma una mitad de The Lemon Twigs. "El otro día le estampé contra la puerta de la ducha", Brian habla sobre su hermano pequeño, Michael. Está contando un pequeño altercado que tuvieron cuando él y su hermano llegaban con el coche a su casa y Brian hablaba sin parar, ignorando cualquier comentario que su hermano de 17 años intentara hacer, así que Michael empezó a darle ostias sin parar. "Paré el coche y le dije que se bajara, pero no lo hizo".

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"Dio la vuelta y me dio una patada en la cara", dice Michael, siguiendo con el relato. "Pensó que no me había dado lo suficiente, así que cuando entramos en casa yo estaba mirando en el espejo si me había dejado alguna marca y él me embistió y me estampó contra la puerta de la ducha".

Por suerte, la puerta saltó del marco y no se rompió en pedazos hasta que intentaron sacarla fuera de la casa. Brian enseña en el móvil una foto del desastre.  "Me sentí muy mal", dice. "Después tuvimos una charla sobre la violencia, mientras limpiábamos los cristales, cosa que nos llevó siglos pero nos volvió a unir. Pensé '¡No podemos hacer esto nunca más!'".

Los dos se ríen al contarlo. Como hermanos adolescentes puede que riñan y se peleen, pero como banda, The Lemon Twigs, forman un equipo meticuloso que crea una hermosa mezcla barroca y psycho entre los Beatles y los Beach Boys. Su álbum de debut, Do Hollywood, es un festín de melodías de pop progresivo, estribillos locos y cambios de ritmo inesperados. Su especialidad son los colofones llenos de armonías y las capas de cuerdas y bajos bien situadas. Es un pop maximalista y ambicioso donde en ocasiones parece que a las melodías les va a faltar aire, pero el dúo siempre logra ordenar sus ideas y presentarlas con un nivel de sofisticación increíble para su edad.

Esta mañana se han reunido conmigo para desayunar en Williamsburg, Brooklyn, tras haber cogido el tren desde Hicksville, Long Island, donde viven con sus padres. La pareja no pasa fácilmente desapercibida. Brian viste como un chaval indie cualquiera, pero con su mata de pelo castaño y brillante también parece la viva imagen de Trip Fontaine de Las vírgenes suicidas. Mientras que Michael, con su pelo corto por delante y largo por detrás, pantalones de pantana y gafas octagonales, parece un descendiente de Bowie, Joan Jett, Paul McCartney de los 70, Ozzy o Eric Clapton, referencias que ha mencionado a su peluquero para que le cortara exactamente esas greñas. Son conscientes de la importancia que tiene el impacto visual, pero sus elecciones son desenfadadas más que estudiadas. En su vídeo para "These Words" se enfrentan en un duelo, toman el té y pintan sus retratos vestidos como si fueran el mejor colega de Mozart. Por supuesto, a Elton John se le calló la baba y Alice Cooper y Questlove también se han declarado fans. Un mes después de nuestra cita, el grupo hizo su debut en la tele en el programa de Jimmy Fallon.

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Las cosas marchan bien para The Lemon Twigs, pero no es algo que hayan conseguido por sorpresa. De algún que otro modo, Michael y Brian llevan toda su vida trabajando para lanzar su carrera musical. Animados por su padre, Ronnie, los hermanos empezaron a aporrear la batería a los cinco años, y poco después empezaron a estudiar guitarra clásica con Yasha Kofman, fundador de

la escuela de guitarra clásica de Nueva York. Su padre, que es compositor y músico de estudio, se preocupó de que la música fuera el primer recuerdo que tuvieran sus hijos. Él tuvo su gran oportunidad cuando los Carpenters grabaron su propia canción "Falling for Love". Este tema nunca llegó a publicarse oficialmente, pero en su cuenta de Twitter hace poco anunció que su nuevo LP está casi acabado y cuenta con la contribución de sus dos hijos en las voces. Se titula The Many Moods of Papa Twig .

Cuando los hermanos D'Addario hablan de su infancia, parece que la mitad de sus recuerdos son más bien flashbacks de ellos mismos viéndose en vídeos caseros. Hay imágenes de los chicos viendo Yellow Submarine, la película de los Dave Clarke Five y el concierto de los Monkees en la tele. En uno de los vídeos, Michael está sentado delante de un teclado intentando tocar "Strawberry Fields" ("A los cinco años no era capaz de hacerlo"). Han visto de forma obsesiva el documental exhaustivo The Beatles Anthology. "Sabemos de memoria las ocho partes y todos los detalles de la historia", admite Brian. "No hay nada que nos puedas decir de los Beatles que no sepamos ya".

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Además de ser unos nerds de la enciclopedia de los Beatles, los dos tocan a la perfección el bajo, el teclado, la guitarra y la batería, aunque sobre el escenario únicamente intercambian los dos últimos y se van turnando la voz principal. "Me parece raro que la gente no sepa cantar o hacer armonías porque nosotros llevamos haciéndolo desde que éramos muy pequeños, nuestros padres nos enseñaron a hacerlo", dice Brian. "Hay un vídeo donde aparecemos tapándonos los oídos con los dedos, frente a un micrófono sin enchufar haciendo armonías sencillas".

"Como George y Paul", asiente Michael.

"¿Cómo George y Paul? Más bien como John y Paul".

"Pero eran George y Paul los que compartían el micro…"

"Y también lo hacían John y Paul".

"¿Cuándo?"

"¡Todo el puto TIEMPO!"

"Paul se ponía a la derecha del escenario y George en el centro y luego se juntaban. Ah John y George".

"No, ¡John y Paul idiota!"

Y la discusión sigue. Algunos de esos vídeos caseros se pueden ver online, como el clip de "Livin Large", un rap escrito por ellos mismos que, con su permiso, suena más a MattyBRaps que a los Beastie Boys. O un vídeo filmado en su jardín mientras los chicos estaban pasando por una fase de pop punk y hacían música bajo el nombre de MOTP (Members of the Press). Más recientemente, han estado dando rienda suelta a su obsesión por la lucha con su propio proyecto MRW Wrestling. Han rodado vídeos surrealistas y hay un episodio de 45 minutos titulado The Wrath of the Sushi Chef en el que Brian aparece vestido de abejorro. El origen de sus dotes para la interpretación se remonta a cuando su madre recuperó su pasión por el teatro y empezó a participar en el grupo de teatro local, animando a sus hijos a que también participaran.

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"Recuerdo que pensaba que sería muy difícil triunfar en el mundo de la música, así que pensé que meterme en el mundo del espectáculo podría ayudarme a hacer contactos", recuerda Brian, que en ese momento era un chaval de siete años muy astuto. A los dos se les daba muy bien y acabaron en las manos de un agente. Michael rodó un par de películas (la más popular de ellas, Siniestro protagonizada por Ethan Hawke), mientras que Brian tuvo varios años de éxito en Broadway, primero como Gavroche en Les Miserables, y luego como Flounder en La Sirenita, en una producción donde todos los actores tenían que llevar zapatillas con ruedas para dar la impresión de que se estaban moviendo por debajo del agua. Brian pasó todos sus estudios haciendo los deberes en el backstage entre una escena y otra, pero lo que más le gustaba era la recompensa después de las funciones: una visita Taco Bell.

"Al principio todo te da igual y te dan cualquier papel, pero luego llegas al punto en el que si no te preocupas no consigues ningún papel porque hay mucha competición", dice Michael. "Creo que los chavales tienen que ser cada vez más inteligentes. Supongo que ahora los chavales son más adultos".

Pero la pareja pronto se volvió a centrar en la música (y en acabar el instituto), grabando demos y enviándolos a sellos por internet, aunque sus esfuerzos parecían no dar ningún fruto. Antes de tirar la toalla, en 2014 Brian le envió un tuit a Jonathan Rado del grupo Foxygen, del que los hermanos son muy fans. Aunque todavía no habían encontrado sello y no tenían ni un céntimo para ofrecerle, a Rado le flipó tanto sus demos que les invitó a grabar en LA, dejando que se quedaran en su casa durante 12 días. ("¡Ni siquiera nos hizo pagar por la grabación!", exclama Michael). Luego pasaron otros 18 meses trabajando con la grabación, añadiendo cuerdas y bajos, y mientras tanto llegó su acuerdo con 4AD.

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Hoy, mientras estamos sentados en el Café Colette, los hermanos prácticamente inhalan sus hamburguesas y luego vuelven a discutir. Resulta que la pareja trabaja mejor de forma independiente, poniendo sus respectivas canciones sobre la mesa cuando ya están más o menos acabadas, trabajan un poco juntos con la composición pero las letras también las hacen a solas.

"Estamos empezando a componer más juntos", dice Brian. "Antes éramos muy posesivos con nuestras canciones. No queremos que uno firme una canción que ha hecho el otro, pero ahora nos gustaría participar a medias en las canciones porque eso era algo que hacían los Beatles y los Beach Boys y molaba. Muchas veces la gente ni sabe quién es el que está cantando porque esos grupos se intercambiaban un montón. Aunque nosotros sí que lo sabemos".

The Lemon Twigs se completan con Danny Ayala al teclado, con el que llevan ocho años tocando, y con Megan Zeankowski, otra colega del instituto, a quien enseñaron a tocar el bajo. Aunque Do Hollywood es cien por cien la visión de los hermanos, un disco que comparten a partes iguales para evitar toda riña: en cinco de las canciones es Michael el que toma la voz principal y en las otras cinco es Brian quien asume este papel. La sincera canción de Brian, "I Wanna Prove to You", abre el disco, seguida de el sangriento relato de "Those Days Is Comin' Soon", que es de Michael. Ha sido una decisión para mantener la paz entre ellos.

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En muchos aspectos, los hermanos son como el día y la noche. A Brian le gusta hacer demos en su iPad, mientras que Michael prefiere el casete. Brian admira a Leonard Cohen y a menudo no tiene idea de lo que está escribiendo hasta que lo ve en su contexto. "Es algo completamente inconsciente y me resulta difícil reconocer mis sentimientos", explica. "Después tengo que intentar adivinar qué es lo que estoy escribiendo; tengo que engañarme para escribir sobre mí mismo". Por el contrario, Michael prefiere las historias directas contadas de la forma más directa, el complemento perfecto para la complejidad de su música. "Me flipa Lou Reed, pero no sé escribir así de bien, al menos no todavía", admite. "Ahora lo que intento lograr es la sencillez".

Michael me dice que tres de sus cinco canciones son sobre su exnovia: "Estaba triste, pero tampoco sabía muy bien cómo debía de ser eso de tener una novia", dice. "Todas ellas hablan de una ruptura".

Brian y Michael son alucinantes; son irónicos y divertidos pero también adorablemente sinceros. Son unos adolescentes raritos y artísticos. El más joven de ellos pierde fácilmente la atención, como un verdadero batería, aporreando con las baquetas de forma distraída. Brian es mucho más centrado, muy diferente al chaval al que casi echan de Les Miserables por "tener un déficit de atención". Hacia el final de nuestra charla, hablamos del proyecto paralelo de Brian, Digiboy: "Lo hago todo con MIDI, no hay guitarras, es lo que hago para demostrar que soy un tipo moderno". Ahora mismo Michael está saliendo con Arrow de Wilde, hija de la popular fotógrafo Autumn de Wilde, que fue la directora de su vídeo glam y retrofuturista para "As Long as We're Together". Arrow vive en LA, así que es una relación a distancia ("Lo que sea", se encoge de hombros), pero eso significa que cuando va allí ella le lleva a los mejores mercadillos de LA. "Sabe dónde ir, compro un montón de basura y la traigo para aquí, y ella también me da muchas cosas".

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No se preocupa mucho de su aspecto, aunque los dos parecen cuidadosamente estudiados. Es refrescante ver a dos chavales tan jóvenes llevar esas pintas andróginas y traviesas con seguridad. No les importó llevar pintalabios oscuro en el programa de Fallon, y en una de sus fotos de promoción aparece con top rosa enseñando el estómago y unos pantalones ajustados dorados. Se vuelve a encoger de hombros; siempre ha sido un camaleón.

"No sé qué pintas llevaremos el año que viene", dice Brian. "A Michael le preocupa vestir demasiado de los 70, pero yo he llevado cosas diferentes cada año de mi vida. Cuando me gustaba Nirvana agujereé todos mis tejanos y llevaba pantalones cortos y calcetines altos como Dave Grohl. Me gusta vestir como los grupos que me molan". Ahora, Brian estaría contento con unos pantalones cortos de chándal y un sinfín de camisetas blancas. A veces, Michael esconde algunos de sus trapitos en el armario de Brian para animar un poco su vestuario.

"Él siempre se ha preocupado más por los aspectos de la música que no son la propia música, lo que está bien, porque a mí me no me importa en absoluto. Yo sé lo que no me gusta y con eso basta", dice Brian.

"Le gusta cuando me pongo algo más informal", dice Michael.

"No  me gusta cuando se pone encaje".

"¿Encaje? No es encaje, ¡es tela de rejilla!"

"Aj. La rejilla apesta".

"¡Y el raso! ¡Es mi favorito!"

"¡Dice que es su favorito porque no me gusta!".

Como muchas parejas musical, y más aún por ser hermanos, a estos dos les gusta discutir y lanzarse pullas sin un motivo aparente. Michael dice que cuando era pequeño su deseo era ser "similar pero no igual".

"Lo único que no quería era tener los mismos gustos que él", explica. "Si Brian le ponía pimienta a cualquier mierda, yo no me ponía pimienta. Si a Brian le gustaba el langostino, yo hacía que me gustara el cangrejo. Él no lo sabía pero estoy un poco loco con esas cosas".

A Brian no parece sorprenderle mucho esta revelación. Conoce a su hermano mejor que nadie. Se limita a sonreír y a decir: "Y esta es nuestra historia".

Traducido por Rosa Gregori.