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Cultură

15 modelos se desnudan para tratar de salvar el Mar Muerto

El Mar Muerto se está muriendo y el artista Spencer Tunick utiliza sus polémicas fotos de desnudos para denunciar la triste situación.

Spencer Tunick, Dead Sea, 2016. Imágenes cortesía del artista

Este artículo fue publicado originalmente en The Creators Project, nuestra plataforma de arte, diseño y tecnología.

El Mar Muerto se está muriendo y el artista Spencer Tunick utiliza sus polémicas fotos de desnudos para denunciar la triste situación. Durante una rueda de prensa el pasado 12 de septiembre presentó una nueva serie de fotos donde vemos a 15 modelos desnudos interactuando con los sumideros que están causando estragos sobre el terreno que rodea el Mar Muerto.

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La serie de Tunick representa una acción artística de denuncia similar a la que hizo el pasado julio durante la Convención Nacional Republicana de Estados Unidos en la que participaron 100 mujeres desnudas. "Para esta obra se presentaron 300 personas, pero escogí sólo a 15 para hacer una obra a menor escala", explica el fotógrafo. "No teníamos permiso, así que tuvimos que hacer un trabajo rápido. Lo hicimos a escondidas para que no nos detuviera o atacara algún manifestante". Tunick ubicó a los modelos cerca de los sumideros y loss enterró en la arena para "acercar la piel lo más posible al problema". Los modelos nunca estuvieron expuestos al peligro.

Sumidero en el mar Muerto

Según el Estudio Geológico de Israel, los sumideros son resultado del agua que se desvía del Mar de Galileo y el río Jordán hacia Israel y Jordania, haciendo que el Mar Muerto pierda más de un metro de agua cada año. Clive Lipchin, un representante del Instituto para Estudios Ambientales de Aravá, estima que desde la década de los noventa se han abierto 10.000 sumideros. Otros, sin embargo, aseguran que alrededor de 3.000. Según las cuentas de Lipchin, cada día aparece aproximadamente un nuevo sumidero, que representa la posibilidad de una nueva residencia o carretera en las proximidades. "El mar está haciendo honor a su nombre", dice Lipchin, "Se está muriendo".

Una señal de advertencia para los visitantes cercanos a un sumidero

Pero esta no es la primera vez que Tunick lleva sus fotografías hasta el Mar Negro. En 2011 hizo una serie de fotos en una zona conocida como Mineral Beach (que lamentablemente ha dejado de existir a causa del descenso del volumen de agua). En esa obra, titulada Dead Sea, capturó 1.200 cuerpos desnudos flotando sobre el agua. Las imágenes surrealistas despertaron la admiración de sus fans pero también la indignación de la población local con su mentalidad conservadora.

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Los legisladores israelís propusieron una ley llamada la ley Spencer Tunick para acabar con la protección de los desnudos en el arte. La ley no fue aprobada pero desde entonces Tunick sigue siendo una persona non grata a los ojos de muchos israelís. El artista ahora está usando su influencia en los medios para poner de relieve un problema tanto de importancia ecológica como personal.

Spencer Tunick, Dead Sea, 2011

"El Mar Muerto me apasionaba ya desde niño", dice Tunick. Cuando era joven, solía visitar a sus abuelos, que se mudaron a esta región a finales de los sesenta. "Es el mismo tipo de afecto que pueden tener los norteamericanos por las maravillas de la naturaleza de su tierra, como los árboles sequoia. Si todos estos árboles estuvieran en peligro de extinción haríamos todo lo posible por salvarlos".

El objetivo de Tunick es generar un debate lo suficientemente importante para que el gobierno israelí se vea obligado a tomar las medidas necesarias, que según Lipchin deberían incluir el bombeo de un billón de metros cúbicos de agua —el equivalente a la mitad del consumo anual de Israel— desde el mar Mediterráneo hasta el Mar Muerto. Lipchin imagina un túnel subterráneo similar al paso del tren que une París y Londres, que podría generar también energía hidroeléctrica para una planta desalinizadora y llevar más agua fresca hasta Israel y Jordania.

Spencer Tunick, Dead Sea, 2016.

Lipchin lleva más de 15 tratando de defender el Mar Muerto y admite que su plan no es perfecto; tiene dudas sobre la mezcla de la composición química de los dos mares, pero tiene claro que hay que hacer algo pronto. "Los ingenieros saben cómo hacer estas cosas. Se puede hacer y ha de hacerse en otras partes del mundo", dice. Cree que el acuerdo que alcanzaron Israel y Jordania el año pasado para la construcción de una tubería del Mar Rojo al Mar Muerto avanza con demasiada lentitud como para poder salvar el mar. "No está haciendo nada", dice. "Cada año perdemos otro metro y se abren nuevos sumideros".

Esperemos que con acciones como esta se pueda llegar a encontrar una solución.

Spencer Tunick, Dead Sea, 2016.

Spencer Tunick, Dead Sea, 2016.

Encontrarás otros trabajos de Spencer Tunick en su página web.