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Cultură

Las youtubers que susurran hasta darte orgasmos no sexuales

¿Qué son los videos de ASMR y por qué se siente tan rico escucharlos?
Captura tomada del canal de Youtube Sensual Whisper

En realidad, nadie tiene la fórmula para tener éxito en Youtube: personas han triunfado con estrategias tan variadas como "la bitácora íntima", de Juan Pablo Echeverri, los impersonales pero prácticos videos de Julioprofe, la sátira política de Daniel Samper y La Pulla, o el humor situacional de Enchufe TV. En la eterna búsqueda de la visita, el click y la vista, los canales ASMR hacen una oferta más ambiciosa: en lugar de risa, empatía o conocimiento, estos youtubers ofrecen lo que solo puedo describir como un cosquilleo extremendamente placentero que baja desde la nuca por la espina dorsal para luego diseminarse como una onda de placer que recorre todo el cuerpo.

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Y usted todavía pagando la cuenta de Netflix.

En realidad, Automatic Sensory Meridian Response (ASMR) no es sino un nombre pomposo para llamar algo que aún no comprendemos bien, como Centro Democrático o Fast Track. El término fue acuñado en febrero de 2010 por Jennifer Allen, una mujer sin formación científica que estaba buscando un término para englobar lo que ella y otros usuarios del foro steadyhealth.com describían como "una sensación rara que se siente bien". El caso es que ahí afuera hay una parte de la población para la que los susurros y los sonidos de fricción y contacto ligero desatan en su cuerpo un hormigueo bastante placentero que, según los comentarios que miles de personas dejan en los videos de ASMR, conducen a un estado de relajación y bienestar.

¿Quiénes son estas personas? ¿Qué proporción de la población total representan? ¿Por qué algunas otras no sienten absolutamente nada al ver estos videos? Y ¿qué putas es todo esto del ASMR y sus canales de Youtube? Estas son algunas de las preguntas que la ciencia no se había hecho nunca hasta marzo del año pasado, cuando un grupo de investigación de la Facultad de Psicología de la Universidad de Swansea, del Reino Unido, se sentó a hacer una investigación académica acerca de una tendencia de Youtube.

Se trata de videos que muestran en primer plano a una persona ––el 98% de las veces una mujer atractiva–– sentada frente a un micrófono susurrando, peinando su pelo o frotando y dándole golpecitos a distintos objetos. Algunos videos proponen una especie de juego de rol en el que la mujer le habla a la cámara haciendo las veces de enfermera, peluquera o fisioterapeuta. Sin embargo, nunca se quita una prenda, no hace insinuaciones eróticas ni los susurros que emiten se tornan sexuales. Son solo sonidos suaves y repetitivos durante 30 o 40 minutos de video que, desde hace un par años, venían atrayendo a millones de personas.

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Para su estudio de 2015, los investigadores Emma Barrat y Nick Davis reunieron una muestra de 245 personas que afirmaban haber experimentado ASMR a través de redes sociales y los sometieron a una serie de pruebas y cuestionarios. Un 98% de ellos afirmaron que ven videos de ASMR "para relajarse". A la hora de identificar sus estímulos preferidos, un 75% coincidieron en los susurros, un 69% en la atención cercana y otro 64% en los sonidos crujientes y carrasposos.


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A pesar de identificar los estímulos que detonan ese cosquilleo que llaman ASMR y de llegar a la conclusión de que "El ASMR es una experiencia perceptual genuina y relativamente prevalente", Barrat y Davis también admiten que, luego de varias pruebas científicas, "la naturaleza exacta de este fenómeno sigue siendo desconocida". Sin embargo, se atrevieron a decir que "existe la posibilidad de que el cosquilleo asociado con el ASMR sea producido por pequeñas convulsiones provocadas por el estímulo adecuado".

Un segundo estudio publicado por científicos de la universidad de Winnipeg, en Canadá, en mayo de este año, confirmó que no todo el mundo es sensible al ASMR y, al examinar el cerebro de 11 personas sensibles y compararlo con el de once personas que no lo eran, encontró que los primeros tenían una mayor conectividad de la red neuronal por defecto, una característica asociada con estados de reflexión y fantaseo.

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La ciencia sabe eso y no mucho más.

"Desde pequeña tenía un atractivo especial a ciertos sonidos que me relajaban y producían un efecto calmante. Sobre todo la lluvia, sin duda, mi príncipal trigger", me escribió en un correo Sasha Rodriguez, una youtuber que publica semanalmente videos de ASMR en español a través su canal SensualWhisper. Sasha afirma ser consciente de esa relación entre sonido y placer desde mucho antes de que se acuñara el término ASMR.

Hoy, una búsqueda rápida del término ASMR en Youtube arroja alrededor de 6 millones de resultados. Desde la publicación del primer estudio científico del ASMR en mayo de 2015, la comunidad se ha expandido por todo el mundo gracias a lo atractivo que resulta un hobby placentero y aparentemente inofensivo.

El 7 de noviembre de este mes la comunidad ASMR se vio sacudida por una revelación incómoda. Ese día la revista New Scientist publicó un artículo que citaba los resultados de una encuesta realizada a 19.000 personas sensibles al ASMR según la cual un 40% de ellos afirmaba sentirse cada vez menos sensible a los videos de ASMR. Es casi como si estuvieran desarollando una tolerancia hacia algo que desconocían por completo hasta hace un par de años.

¿Estarán los youtubers del ASMR y sus suscriptores abusando de una fuente secreta de placer inofensivo? Es muy temprano para decirlo. Por lo pronto, los dejamos con un video de ASMR para que averigüen si son sensibles o no. De serlo, tampoco abusen, ¿no?