Parte de los vecinos que han regresado a La Mina viven en este gran bloque de edificios. (Imagen por Maria Altimira)
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Otra fuente con acceso directo a los actores principales de la mediación indica a VICE News que, pese a los logros alcanzados bajo el liderazgo de los Jodorovich, el proceso está estancado y que, en ningún caso, las personas implicadas en la pelea mortal, así como sus hermanos, padres, abuelos, tíos e hijos podrán volver a pisar el barrio de La Mina. "Sólo se puede pactar la vuelta de familiares de tercer grado, pero los que participaron o estuvieron la noche del asesinato y sus parientes directos no podrán volver nunca", asegura tajante.El precio de asesinar a un miembro de un clan gitano según su 'ley'. Leer más aquí.
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VICE News trató sin éxito de contactar con Simón Montero Jodorovich. Ni los Mossos d'Esquadra, ni el departamento de Bienestar Social y Familia del gobierno autonómico de Cataluña, que lidera la mesa técnica y de coordinación para resolver el conflicto y de la que también forman parte los ayuntamientos de los municipios de origen y el cuerpo policial, quisieron pronunciarse al respecto.El silencio de las fuentes oficiales, el reclamo de los entrevistados a mantener el anonimato y las esquivas respuestas de la mayoría de los vecinos de la zona contribuyen a sepultar las verdaderas razones que están detrás del asesinato de El Port Olímpic, las cartas que están en juego en la negociación entre los afectados y el papel que están desempeñando las fuerzas de seguridad y las administraciones implicadas."Un furgón de los Mossos d'Esquadra estuvo este miércoles, el mismo día que llegaron las cuatro familias, al lado del edificio donde viven estas personas ya retornadas", explica el vecino entrevistado. "Han regresado algunos, pero siempre lo hacen de noche cuando no hay gente merodeando", afirma un comerciante de la zona.'Existe una lista, elaborada por la madre y el hermano del muerto, de los que nunca podrán regresar'.
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Algunos de los que abandonaron sus casas en La Mina y en Sant Roc se han instalado en casas ocupadas en la localidad catalana de Alella y otro grupo se refugió, durante unas tres semanas, en el municipio de Vilanova i la Geltrú, a unos 50 quilómetros al sur de Barcelona. Las informaciones aparecidas en el periódico local Diari de Vilanova sobre su presencia en tres casas de tres barrios del citado municipio habrían provocado que volvieran a huir.Una de las casas, que habría albergado a los miembros de tres de las familias "exiliadas" vuelve a estar vacía. Jesús Sastre, presidente de la Asociación de Fondo Somella, el barrio de Vilanova i la Geltrú donde se ubicaba esta vivienda asegura que durante su estancia, había hombres que hacían guardia en las esquinas de la calle durante toda la noche y que, al lado de la puerta de entrada, había 6 o 7 coches aparcados.El martes sólo quedaba un coche aparcado en el jardín del chalet y nadie contestaba la puerta. En las calles donde supuestamente se hallaban las dos otras casas, no había signos de su presencia y así lo confirmaron los vecinos.Del resto de los "exiliados" nadie sabe nada y, a juzgar por las voces que cuentan con información sobre el estado de la situación, es muy probable que nunca se conozca el destino de buena parte de ellos. El destierro sería, dicen, la mejor de las condenas posibles.Sigue a Maria Altimira en Twitter: @MariaAltimiraSigue a VICE News En Español en Twitter: @VICENewsEsEn imágenes: la historia de La Mina, el barrio barcelonés donde impera la Ley Gitana. Leer más aquí.