Ilustración de una persona usando un dispositivo portátil de ketamina
Drogas

¿Qué diablos es la ketamina portátil?

Para luchar contra la adicción a los opioides, una compañía biomédica está desarrollando un dispositivo Bluetooth portátil que administra ketamina como si fuera una bomba de insulina.

Artículo publicado originalmente por VICE en inglés.

Cuando escuché por primera vez sobre la ketamina portátil hace unas semanas, casi le escupo el coctel que estaba bebiendo a la persona que me lo había mencionado por casualidad. No tenía idea de cómo funcionaba, pero el concepto por sí solo parecía escandaloso: ¿era ésta una nueva tendencia de moda, como la ropa inteligente para los psiconautas? ¿Vería algún día a la gente usándola debajo de arneses de cuero mientras hacen fila para entrar al club nocturno? “No, no”, se rio la persona con la que hablaba, sacudiendo la cabeza. “Me temo que no es tan sexy como eso”.

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Entonces, ¿qué diablos es la ketamina portátil? Resulta que la respuesta se encuentra en la vanguardia de la terapia con ketamina, y si bien faltan algunos años para que este dispositivo futurista llegue al mercado, podría revelar otra cara de esta droga extremadamente útil pero profundamente misteriosa.

Bexson Biomedical, una compañía con sede en California, ya está en proceso de fabricar un dispositivo de este tipo. Así es como funciona, en teoría: la ketamina portátil es un dispositivo controlado por Bluetooth que puedes pegar en tu piel, muy probablemente en el área del vientre. El dispositivo contiene un cartucho desechable lleno de ketamina líquida, que se inyecta a través de una pequeña aguja en la capa de grasa entre la piel y el músculo.

Esto se llama inyección subcutánea y funciona de manera similar a un inyector de insulina. Es menos doloroso que inyectarse en los músculos o las venas y el medicamento se absorbe en el torrente sanguíneo a un ritmo más lento, pero mucho más rápido y con mayor eficacia que por la vía intranasal. Cada cartucho contiene entre 70 y 200 miligramos de ketamina, que se liberan lentamente durante un período de 24 horas. Esto equivale a alrededor de 4 mg por hora, que es una dosis baja —una dosis típica de un apagón de ketamina es de alrededor de 125 mg—, así que no tendrás un viaje místico. En cambio, la compañía dice que los efectos serán menos intensos que beber una copa de vino o un martini. 

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A white, oval-shaped plastic device designed to be worn on the body. The device has with a green light in the center and sterile pads on the bottom for skin contact.

Una representación por computadora del dispositivo de administración de ketamina portátil de Bexson Biomedical

Si bien gran parte de la publicidad reciente en los medios sobre la ketamina médica se ha centrado en su potencial como tratamiento innovador para la depresión, la ketamina portátil está destinada a tratar otra afección para la cual es notablemente buena: aliviar el dolor, específicamente el dolor posoperatorio agudo después de cirugías y otros procedimientos médicos. “La historia de ‘la ketamina para combatir la depresión’ ya se ha hecho, y queríamos llegar a donde otros no han llegado”, dijo Gregg Peterson, cofundador de Bexson Biomedical. (Bexson también planea abordar afecciones de salud mental como la depresión en una fecha posterior). La compañía está apostando a que el dispositivo obtenga la aprobación de la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) de Estados Unidos para 2026.

Actualmente, los médicos pueden prescribir ketamina de manera legal, pero este tipo de terapia autorizada tiene un precio prohibitivo; una infusión intravenosa en una clínica de ketamina puede costar hasta mil dólares por sesión y por lo general requiere múltiples rondas bajo la supervisión de un médico. Si bien la compañía aún no ha fijado un precio para su dispositivo, la aprobación de la FDA podría permitir que Medicare y las compañías de seguros cubran el costo. Otro factor es que el dispositivo no requerirá múltiples visitas al médico; sino que administrará una infusión constante de ketamina en dosis bajas en el hogar, lo que potencialmente democratiza el grupo de personas que pueden tener acceso a esta terapia.

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Un problema con las inyecciones de ketamina es que pueden causar dolor, hinchazón y enrojecimiento en el lugar de la inyección debido al alto contenido de sal y ácido de la sustancia (Peterson lo compara con un “jugo de naranja muy salado”). Por lo tanto, Bexson también trabajó con el investigador Jason Wallach para diseñar una fórmula novedosa de ketamina que llamaron “BB106”, la cual tiene niveles más bajos de sal y PH, lo que la hace más cómoda para un flujo constante de infusiones. Las inyecciones subcutáneas también se absorben más por el cuerpo y son más consistentes en la dosificación en comparación con otros métodos, como aerosoles intranasales y tabletas de ketamina. “Mucha gente sufre de dolor y no es ningún secreto que necesitamos enfoques mejores y variados”, dijo Wallach. “Como diría Paul Janssen [el fundador de Janssen Pharmaceutica], ‘los pacientes están esperando’”.

La mayor apuesta de Bexson Biomedical —y lo que está ofreciendo a sus inversionistas— es que la ketamina portátil ayudará a combatir la crisis de opioides en Estados Unidos, una terrible epidemia que ha ido en aumento durante las últimas dos décadas y no muestra signos de disminuir. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), las sobredosis de opiáceos cobraron 50.042 vidas en 2019 a nivel nacional, con más del 40 por ciento de las muertes relacionadas con opioides prescritos por médicos como el oxycontin. En comparación, la ketamina es un poderoso analgésico que ha sido utilizado como anestésico desde la década de 1960, y existe evidencia de que la ketamina en dosis bajas es tan eficaz como la morfina y otros opiáceos para controlar el dolor agudo.

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Una de las diferencias más fascinantes entre la ketamina y los opioides son sus efectos en la memoria, que juega un papel importante en el manejo del dolor y la adicción. “El dolor es una experiencia aprendida”, dijo Jeffrey Becker, cofundador de Bexson Biomedical e investigador de la sustancia. “La ketamina crea una distancia psicológica del dolor de manera que se convierte en una señal, pero no necesariamente toma el control de tu conciencia”, dijo Becker, “mientras que los opioides aceleran el desarrollo del dolor crónico”. 

El dolor después de la cirugía, un mercado de 12.000 millones de dólares y la principal causa de abuso y adicción a los opioides, es “la puerta de entrada a una enorme cantidad de sufrimiento y muertes”, advirtió Becker. Al enfocarse en esta puerta de entrada a la adicción, Bexson espera que los pacientes que se vayan a casa con sus dispositivos no necesiten usar opioides, o al menos puedan usar una cantidad menor como una forma de reducción de daños.

“La ketamina está actualmente restringida a los hospitales y eso vuelve engorroso el proceso”, coincidió la doctora Nora Volkow, directora del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas. Si bien se mostró entusiasmada con el potencial de la ketamina portátil, dijo que no debe idolatrarse como una panacea, haciendo una comparación con el cannabis, otra droga comercializada como la “respuesta” a la adicción a los opioides. “Es como un cuento de hadas: queremos creer en las propiedades mágicas e ignorar los posibles efectos negativos”.

“El dolor es muy difícil de tratar y decir que esta es la solución que puede acabar con la crisis de los opiáceos es muy simplista”, continuó la doctora Volkow. “Es mucho más complejo que eso”.

El uso prolongado de ketamina también puede causar problemas renales y cardíacos, así como pérdida de memoria. Una investigación reciente de la Universidad de Stanford también planteó la posibilidad de que los efectos antidepresivos de la ketamina actúen a través del sistema opioide del cerebro, un hallazgo sorprendente que sugiere una interacción complicada entre la depresión, el dolor y la adicción que los investigadores siguen desentrañando. Aun así, como señaló la doctora Volkow, la probabilidad de que alguien se vuelva adicto a un opioide es mucho mayor. Bexson también habló de la necesidad de implementar varias medidas de seguridad, como asegurarse de que sólo pueda usarse un parche a la vez para impedir que alguien pegue dispositivos por todo su cuerpo, un truco (hilarante) que ni siquiera había considerado.

La ketamina portátil podría cambiar las reglas del juego, pero su impacto final en la crisis de salud pública de la adicción a los opioides aún está por verse. Cuando conocí recientemente a un adicto al fentanilo y le hablé sobre la ketamina portátil, se burló de la idea, pero me dijo que se había hecho adicto a los analgésicos después de una cirugía cuando era adolescente. Ahora está tratando de dejar su hábito de consumo y está usando ketamina para evitar que la abstinencia sea peor.

“¿Tal vez mi vida hubiera sido diferente si hubiera conseguido este dispositivo de ketamina en lugar de las pastillas de oxycontin?”, dijo lentamente. “Sí… quizás”.