Entrégate al misterio de ‘El Hombre Puede’, el nuevo álbum de Ases Falsos

Lo difícil de escuchar un disco nuevo de Ases Falsos​ es que es una banda para la posteridad —tal vez inmediata, tal vez postergada. Pero son canciones que se meten en tu vida poco a poco y, a pesar de tenerles aprecio desde la primera escuchada, con el tiempo cobran un valor agregado. En el caso de "Ivanka", "Quemando" y otras de sus piezas anteriores, pasaron meses antes de entender cómo esas canciones conectaban en mi vida.

Hoy es una día especial para los fans de Ases Falsos, pues sin previo aviso han lanzado El Hombre Puede, su tercer material de larga duración, en el que encuentran un nuevo rango sonoro más basado en el garage rock. A diferencia de sus discos anteriores, este se siente más contenido, menos ambicioso pero igual de auténtico.

De comienzo, el grupo no se aleja mucho de lo que hizo grande los primeros segundos de Juventud Americana: arrancan con toda la energía que pueden emitir en "Chakras", una canción de espíritu punk y letra pachamama, más nunca chafa —los Ases no se jactan de hacer rolas de broma.

El primer sencillo, "Gehena", es el mejor tema del álbum. Es la canción que mejor funciona con fans de los Ases Falsos y es la que mejor mezcla el estilo clásico de la banda con este espíritu garage rock que llevan forjando desde que se llamaban los Fother Muckers. Cristóbal Briceño se cimienta como un cantautor testarudo con la frase "Si voy a comer mierda, que sea a mi manera".

Entre momentos Beach-boyescos y ejercicios de voz en pistas como "Sal de ahí"y "Subyugada", el disco entra a terreno de rock de estadio, a la Titus Andronicus. Donde antes había temas sociales y gritos de protesta, ahora escuchamos un Cristóbal doloso e introspectivo, enseñándonos un lado más íntimo de la banda.

Esta entrega de los Ases Falsos no decepciona, a pesar de no tener los arreglos rebuscados de sus obras anteriores. Aunque se trata de un ejercicio más corto, cuenta con algunas de las mejores rolas del grupo hasta la fecha. Ahora sólo es cuestión de ver cuándo estas canciones se convertirán parte de mi vida.

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