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Dinero

Este vine en el que a un tipo se le sale el pene debería ser el video oficial de ‘Work’

¿De verdad este tipo rompió sus pantalones por intentar twerkear?

Por si no lo vieron, ayer salió el doble-video de 'Work'. Es genial: Rihanna, un ángel que no merecemos, se contonea en una pista de baile pegajosa mientras Drake ignora todo código de vestimenta que ha existido con sus pants, y hace el paso de baile en el que "frunce las cejas y mueve la mano como si acabara de oler el microondas del trabajo". En la segunda parte, Drake sólo está sentado en un sofá admirando la obra de arte que tiene enfrente y Rihanna solamente camina un poco hacia atrás y canta.

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Es magnífico. No existe ningún otro par de seres humanos que yo prefiera ver coger que no sean ellos dos. Felicitaciones a los directores, Director X y Tim Erem. En verdad lo hicieron bien. En verdad se lucieron.


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Con esto dicho, me complace anunciar que el mismo videoclip del que hablé acaba de ser anulado. El vine de este tipo al que se le salen el pito y las bolas por la parte delantera de su traje es ahora el video oficial del sencillo con el que Rihanna planeaba hacer su regreso:

Lo he visto 70, tal vez 80 veces. Sumérgete en él. Asómate a todas las grietas de este vine. Lo que se muestra son emociones humanas en todo su esplendor. Es una obra en tres actos que dura seis segundos. Hay humildad y redención; hay júbilo y dolor. El vine de este tipo lo tiene todo.

A todos nos han avergonzado en la vida ¿no? En mi caso, mi anécdota más vergonzosa ocurrió en la escuela, durante un descanso. Un dato que necesitarás recordar es que yo era un chico gordo y entonces me veía como una de esas madres cuarentonas que salen mucho en programas familiares. En mi escuela nos dejaban salir durante los descansos y la hora del almuerzo. Había una pared entera en la que se juntaban los chicos cool para fumar, mientras yo cruzaba la calle bamboleándome frente a todo el mundo como si fuera una señora que tiene dos hijos robustos y que usa un cuarto de su casa para guardar todo el papel de baño que compra en las ofertas de 3x2.

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Como iba diciendo, llegué a media calle y vi que un camión venía bastante rápido por el sentido contrario. Algo en mi cerebro se quebró en ese momento: moví mi pierna izquierda lo más que pude para alcanzar el otro lado de la calle, pero mi pierna derecha se movió en dirección contraria (donde estaban lo chicos cool fumando) con todo y mi trasero. Fue un momento de pánico, de sudoración nerviosa y de verdadera locura. Algo salió mal y mi cerebro falló. Terminé haciendo un split.

El camionero frenó justo a tiempo para ver a un niño extremadamente gordo y asustado haciendo un split a media calle y frente a él por ninguna razón. El hombre se rió tanto que no podía manejar. Muchos coches se quedaron parados atrás de él por varios minutos. Todos y cada uno de los chicos cool de la escuela me vieron usar mis brazos para tratar de levantarme. Fue tanta la presión que mis pantalones se deslizaron y todos vieron la raya de mis nalgas.

Todos hemos pasado vergüenzas, ¿pero acaso nos ha tocado algo tan humillante como al tipo que accidentalmente se le salieron el pito y las bolas? No lo sé.

La cosa es esta: 'Work' es muy bailable. Es muy difícil que después de un par de tragos no te emociones con la canción. Hasta piensas "A huevo, ahora sí me va a salir el twerking". 'Work' te da un especie de confianza que sólo las canciones de pop más grandiosas pueden infundir: te hacen sentir inmune, te hacen sentir libre. Te hacen pensar que quizá deberías hacer ese paso de baile sin pantalones aunque no sea clínicamente recomendable. Terminas haciendo un movimiento que rompe tus pantalones tan rápido que suena como si alguien hubiera abierto una bolsa de papas.

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Mi principal preocupación cuando vi el vine del tipo al que se le salen el pito y las bolas fue: ¿en verdad este tipo rompió sus pantalones por intentar lanzar su trasero al piso? ¿cuánta tensión puede generarse en la ingle de este güey? No mames. Pero entonces, lo repetí una y otra vez, una y otra vez y concluí que a menos de que se desintegren como átomos en el segundo exacto en que este tipo se deja caer, no hay manera de que trajera ropa interior, el único material es del traje que se tensa hasta el punto de la destrucción.


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Esto, me imagino, es el centro agridulce de este pastel de vergüenza. Él deja caer su trasero con toda la inocencia del mundo —que este dulce y breve segundo de su vida no lo arruine irremediablemente, o lo defina como hombre, no será el punto culminante de su humillación, cuando cubre su torso con su mano y mira a la cámara— y ese momento lo deja cambiado. A lo largo de seis segundos vemos el fin de la vida de alguien tal como la conoce y una nueva comenzar en su lugar. Él renace en ese mismo instante en que se le salen el pito y las bolas.

Antes:

Después:

Y luego está su reacción. La vergüenza es un sentimiento extraño; nos hace enrojecer, nos hace arder y por alguna razón es la emoción que más dura. Nos causa tristeza y desesperación que no podemos dejar atrás y felicidad a la que podemos aferrarnos mientras podamos, pero la vergüenza duele profundamente. Es algo que podemos recordar 10 o 20 años después y sentirnos igual que la primera vez. No hay otro sentimiento que dure o se extienda tanto. Es la salsa boloñesa de las emociones y sabe mejor la segunda vez que la calientas.

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Este hombre tiene mis respetos por los 2 a 3 segundos que duró con el pito y las bolas fuera. Este es el momento del shock: el momento inicial de estupefacción "porque su pito y sus bolas se salieron". Seguro mientras trataba de pararse no pensaba "¿cómo le voy a hacer para que la gente no me vea la pinga y las bolas?", en vez de eso se cubrió instintivamente la entrepierna y ahogó un grito. Es un momento tan puro como el nacimiento de un bebé o la muerte de un cerdo.

Y finalmente, mira su entrepierna otra vez para confirmar que, en efecto, su pantalón se rompió tanto que dejó su pito y sus bolas colgando y además lo grabaron todo. Esta sí que fue una noche agria.


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Tenemos que aprender de los demás: los errores que cometen, las adversidades que superan, y los triunfos que logran. Cuando a alguien se le salga el pito y las bolas mientras está bailando 'Work', tenemos que preguntarnos qué es lo que podemos aprender de eso, cómo nos puede servir para crecer.

Lección número uno: no te dejes caer en cuclillas a menos de que tengas una triple costura en tu entrepierna. Lección número dos: los calzones son amigos, ya sabes. Lección número tres: la vergüenza es un instinto que nos puede salvar del abismo. Momentos como éstos, cuando el pito y las bolas se te salen del pantalón en un vine, pueden definir a una persona. Pero una vez que asimilamos el shock nos convertimos en alguien más fuerte y duro y nos volvemos de cierto modo inmunes de una manera que no se puede simplificar.

De uno u otro modo, todos hemos llegado a quedar con el pito y con las bolas de fuera y lo hemos superado. Ahora este hombre puede ser más fuerte. Todos podemos.

@joelgolby