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A Beyoncé se le da bien todo… Excepto diseñar ropa

Los diseños no eran lo único que pedían ayuda a gritos.
Beyoncé diseña ropa merchandising Adidas
Will Ragozzino / Getty Images y Shop Beyonce 

Beyoncé ha presentado una nueva colección de merchandising de Beyhive después de crear expectación entre los fans por el gran lanzamiento de algunas de las prendas la semana pasada, pero los looks no son nada del otro mundo.

Se trata de una colección minimalista de camisetas, bodies y una variedad de cosas-que-podrías-sacar-de-Zazzle (como calcetines, bolsos, mallas de ciclista y camisetas sin mangas), y en muchas de esas prendas han escrito “beyhive” en una fuente pequeña (o lo han repetido en una fuente más grande) por algún lado.

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La procedencia de los artículos resulta cuanto menos confusa —hay uno de estilo indio que contiene el nombre de la marca en escritura Devanagari— bajo lo que se podría decir que es la mejor prenda del lanzamiento, dos pañuelos de 30 dólares (unos 25 €) de la marca de Beyoncé. La mediocridad de su nuevo merchandising puede resultar sorprendente para aquellos que todavía disfruten de los productos de su documental Homecoming, inspirados en Nefertiti o de un agradable té en tazas de Lemonade en las que se puede leer “BOY BYE”, pero no para aquellos que recordamos los primeros intentos de Beyoncé en el sector de la moda, como House of Deréon y la original marca Ivy park: parece ser que el diseño de moda es la única área en la que la reina Beyoncé no se ha conseguido proclamar como el vanguardista icono que suele ser.

Es posible que la cultura haya decidido perdonar y olvidar colectivamente a Beyoncé y a Tina Knowles, de House of Deréon, que se suspendió de no oficialmente en 2012. Pero reconsideremos esto. La pareja de madre e hija presentaron en su día —y después le pusieron el nombre Agnéz Deréon, la madre de Tina Knowles— en 2004, con la idea de que la ropa se inspirase en las tres generaciones de mujeres en su familia. Luego, Beyoncé presentó una colección llamada Deréon con su hermana Solange Knowles. Pero estos artículos, en especial de los vestidos, parecen estar hechos para alguien que tiene un baile de graduación en un reality show de Nueva Jersey, un bar mitzvah en el trópico o una fiesta de quinceañera en algún barco. A veces, ni siquiera Beyoncé era capaz de lucir los modelitos.

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Los diseños no eran lo único que pedían ayuda a gritos, en cierto modo el concepto ya era confuso. Solo hay que ver este vídeo promocional de 2009, donde a Beyoncé casi le atrapa una inminente tormenta tropical en una sesión en Bermuda, seguida de otra sesión en una cueva con grandes éxitos dignos de tonos de llamadas de los 2000, sonando su colaboración con Lady Gaga en 2008 Video Phone. Incluso Beyoncé terminó admitiendo que la sesión en la tormenta y la visión de la cueva no le convencía mucho al principio.


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House of Deréon no solo es una incógnita para los estándares del contexto actual. De alguna manera, la marca era demasiado ordinaria para los 2000 y para los Estados Unidos de principios de 2010, cuando la ordinariez y el mal gusto estaban a la orden del día. Estamos hablando de una época en la que llevar unas gafas de fiesta con rejillas en las lentes mientras bailabas Boom Boom Pow de los Black Eyed Peas o lucir una camiseta con un enorme y deslumbrante diseño de Ed Hardy de forma no irónica era algo guay. Pero incluso en aquel entonces, House of Deréon era demasiado.

Después de que la línea juvenil de House of Deréon resultase ligeramente interrumpida y que el resto de la operación se cancelase no oficialmente los siguientes años, Beyoncé creó una colección deportiva llamada Ivy Park en 2016 con la compañía referente de moda urbana original de Reino Unido, Topshop. Puede que Ivy Park no generase las mismas autoparodias en cuanto a la promoción de la misma forma que lo hizo House of Deréon, pero tampoco revolucionó el mundo de la modasport, ni el mundo de la moda en general. La línea era tan deportiva que la mayoría de las modelos eran chicas blancas escuálidas en chándal. La colección no implicó un contenido social muy radical sobre la belleza o el deporte, aunque el nombre era una referencia a un parque donde Beyoncé aprendió la disciplina que representaba su marca, pero es muy consciente de que el deporte puede usarse como reto para las políticas raciales.

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El mismo año en el que presentó Ivy Park, invitó a Serena Williams a que saliese haciendo twerk a su lado en su vídeo “Sorry”, seguido de la historia sobre las mujeres negras en Lemonade. Beyoncé también salió con un grupo de bailarinas con boinas como las de los integrantes de los Panteras Negras en su actuación en la Super Bowl de 2016, meses antes de la protesta de Colin Kaepernick arrodillándose empezase. Pero quién sabe, quizá se está guardando los comentarios para una futura colaboración de Ivy Park con Adidas, teniendo en cuenta que están más dispuestos a hacer declaraciones políticas que apoyan a los deportistas de color, del mismo modo que las de Kaepernick en los últimos años.

Quizá estamos juzgando a Beyoncé injustamente, o poniendo demasiadas expectativas en ella, ahora Rihanna ha dejado claro de que lo que son capaces las emprendedoras del mundo de la moda negra, desde la diversidad de las mujeres con todo tipo de piel y de cuerpos a través de sus colecciones hasta las lecciones en la historia de la moda con su lanzamiento en colaboración con Fendy el pasado mes de mayo. Pero las expectativas nunca pueden ser tan altas cuando se trata de una reina visionaria como Beyoncé, quien desafía las nociones de la belleza con sus propios elementos visuales, representando los cuerpos de la gente de color, especialmente los de aquellas mujeres del sur, de manera innovadora y atrevida. No es coincidencia que la noche antes del gran lanzamiento, provocase un gran revuelo entre los fans con un tuit de un vídeo de Britney Spears en el que luce un crop top de Ivy Park e informa de que se dirige a hacer esquí acuático.

La falta de sensacionalismo de Beyoncé, innovando entre las emprendedoras del mundo de la moda es desconcertante, pero simplemente porque nos ha aportado una versión salvaje de su contribución al mundo. Esa visión ha usado la moda como medio para empoderar a generaciones de mujeres de color de una manera en la que ningún artista lo había hecho antes. Solo queremos tomar medidas y ver qué pasaría si usase la misma energía para los looks que tenemos a nuestro alcance.

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Este artículo aparece originalmente en VICE US.