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Chris Bosh y el corazón del fin de semana All-Star

El concurso Shooting Stars era el más tonto y menos amado del fin de semana All-Star de la NBA, pero Chris Bosh lo convirtió en un arte.
Photo by Bob Donnan-USA TODAY Sports

En realidad Chris Bosh no pertenece del todo en el concurso de tiros de tres, y es muy probable que él te lo diga. Bosh declaró para el Palm Beach Post hace unos meses que si llegara a ser incluido en la competición, estaría pensando, "¿Qué hago aquí? No encajo en esto."

Explicó que su escenario ideal sería pasar sus años que le quedan discutiendo cómo podría brillar en el concurso sin siquiera tener que participar. "Quiero ser el tipo que dice, 'pude haber entrado al concurso de tres, pero en realidad no quise hacerlo. Habría sorprendido a todos.'"

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Esta línea de pensamiento es la razón por la que Bosh no pertenece en la competición. No es porque no sea un gran lanzador de tres puntos. Lo es, con más de dos metros de altura, y actualmente es el mejor tirador en el Miami Heat. Tampoco es que no sea la estrella que se merece la bulla de la noche del sábado; es más famoso que la mayoría de los demás participantes.

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En realidad, Chris Bosh es tan consciente como para entender lo bobo que resulta ser el espectáculo All-Star del sábado por la noche. Si llegara a presentarse, es muy probable que competiría en un concurso que nunca fue tomado en serio en primer lugar. Dicha competición existió hasta que fue descartada este año. Se trata del concurso Shooting Stars, de la cual Bosh era el maestro indiscutible.

De 2004 a 2015, el concurso Shooting Stars fue la primera competición en el evento del sábado, es decir que iniciaba tres horas antes del concurso de clavadas, o Slam Dunk Contest. Era algo simple: equipos conformados por un jugador de la NBA, una jugadora de la WNBA, y una "leyenda de la NBA" tenían que encestar desde cuatro lugares diferentes sobre la duela, culminando con un tiro a mitad de cancha. El equipo con el mejor tiempo ganaba. Todos los equipos tiran desde los mismos lugares, y nunca cambian. En esencia es como jugar H.O.R.S.E., pero sin la creatividad.

Un Bosh muy contento. Foto por Bob Donnan-USA TODAY Sports

Dadas las opciones disponibles para la mayoría de la gente que tiene una televisión o que en apariencia tiene una vida social, se necesita una cantidad considerable de fanaticada para ver el evento All-Star del sábado en su totalidad. Pero seamos honestos: invertir las horas acumuladas que los ávidos fans pasan viendo basquetbol de noviembre a junio, o en realidad darle importancia a quien sea que gane el concurso de clavadas, probablemente sea igual de tonto en un panorama general. Se necesita mucho para que alguien se interese tanto en la NBA, y para algunos de nosotros, es difícil no verlo. Como no habrá basquetbol profesional en la tele, la gente sintonizará el evento.

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Tal vez sería apropiado decir que he sido una de esas personas en los últimos 11 años; un hecho que nunca falla para hacerme reflexionar aunque no lo quiera. He apostado en el desafío Shooting Stars; Chris Bosh me ha hecho ganar dinero en este evento. Dos veces. Lo vi concursar el año pasado. También en el día de San Valentín. Todo esto dice mucho de Chris Bosh y de mi persona.

Su participación nos hace ver que la noción de las leyendas de la NBA es algo bueno. Aunque el hecho de que los ex atletas que rondan los 50 años tengan que ponerse un jersey para competir en un bobo concurso frente a un público que en su mayoría aún no llena las gradas puede romperles el corazón. Esta foto de Penny Hardaway ligeramente frustrado por el resultado del concurso del año pasado me entristece un poco.

penny hardaway

Si existiera un concurso donde se le ordenara a Kobe Bryant, Russell Westbrook, o Chris Paul sacar su competitividad al máximo sobre hombres de edad un poco avanazda, sería algo incómodo de ver, y probablemente brutal. Pero Bosh es el tipo de atleta profesional que sabe cómo divertirse e intenta ganar al mismo tiempo. El concurso fue como un chiste, una forma a medias de incluir a la WNBA en el fin de semana All-Star que nunca pasó de eso.

Aunque Bosh se la pasó tan bien que todos terminaron por divertirse. Casi se podía sentir cómo todas las jugadoras de la WNBA y las leyendas que participaron estaban celosos de Swin Cash y Dominique Wilkins por haber jugado con Bosh, quien brincó sobre la espalda de Dominique para celebrar la victoria del año pasado. No sabemos si el haber sido parte del equipo Bosh alivió el dolor de Wilkins por nunca haber ganado un campeonato de la NBA.

El concurso ya no existe, y la dinastía de Bosh en esta competición tal vez haya sido el microcosmos perfecto para él como jugador de la NBA, quien ha tenido una carrera criminalmente desestimada. Este domingo disputará su 110 All-Star Game, donde ha sido votado por los entrenadores en cada uno de ellos. Es un jugador defensivo que marca diferencia y más adaptable, tal vez, que cualquier delantero de poder. Está en camino hacia su primera votación para el Salón de la Fama. Pero si a Bosh le importa realmente las cosas que la mayoría de los basquetbolistas hacen, como ganar, el dinero y vivir en lugares divertidos, tampoco se opone. Solo unos cuantos pueden llegar a ser LeBron, Durant o Steph, y de toda formas Bosh parece estar muy contento siendo él mismo.

Si James Harden gana el concurso de tres, es muy posible que sea parte importante de una campaña de Adidas en el futuro. Curry competirá para dejar bien claro a todo aquel que no ha prestado atención de que él es el mejor tirador en la historia de la NBA. Bosh competirá en los tiros porque alguien se lo pidió aprovechando su estancia en la ciudad. Dijo que no iba a practicar para la competición. Si termina ganándola, es casi un hecho que sostendrá el trofeo en el aire con una mezcla de ironía y vibras de bienvenida. Ya nos mostró que en realidad quiere hacerlo.