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Música

La escena punk nazi de Inglaterra está viva aunque cojeando

O sea que en el 2013 hay gente que sigue creyendo en ese pellejo llamado patria…

Los viejos skinheads tuvieron que salir del este de Londres después de que el alcalde de Newham cancelara un concierto al que se esperaba asistieran varios grupos de neonazis. A pesar de que el concierto fue cancelado, el establecimiento (la emblemática taberna Boleyn, la cual se llenara de glamour luego de que Elijah Wood perdiera el control en ese lugar en Green Street) terminó con los vidrios rotos, probablemente resultado de ataques antifascistas.

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Todo el alboroto fue por un día de skinheads llamado Monsters of Oi, un evento sin una agenda explícita de extrema derecha, pero con la sospechosa participación de la escena musical underground de la supremacía blanca; un delicado frente para algo mucho más siniestro. Y esto no es nada nuevo. Mientras que los grupos antifascistas se han estado enfocando en otras cosas (grupos “políticos”, como el EDL y BNP), los bares en todo el Reino Unido han estado abriendo sus puertas a cada vez más hombres encabronados con guitarras que gritan “sieg heil”.

Esta alineación en particular incluía a un número de bandas cuyos miembros tienen vínculos con Blood and Honour, la red neonazi organizada por Ian Stuart (un extraño conocido de Suggs y vocalista del famoso grupo de supremacía blanca, Skrewdriver) para financiar a la extrema derecha a principios de los noventa. No todas las bandas en la lista original era nazis, pero no tenían que serlo, la lista de invitados en Facebook incluía a ex miembros del grupo neonazi pseudo terrorista, Combat 18.

Sin embargo, lo que desató las protestas en primer lugar contra el concierto fue el hecho de que la banda IC1 (código de la policía para “hombre blanco”) fue señalada como fascista y Unidos Contra el Fascismo convocó a una manifestación. Los organizadores ofrecieron eliminar a IC1 de la lista, pero se vieron obligados a huir del lugar cuando las cosas se empezaron a romper.

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Hay un par de razones para explicar el resurgimiento del llamado "Rock Contra el Comunismo" (RAC): uno, el regreso a las marchas fascistas de una época racista mucho más simple (organizadas por el EDL y varios grupos disidentes) ha revitalizado a muchos de los cabezas rapadas originales y ha inspirado a una nueva generación de jóvenes a afeitarse las cabezas y escupir una retórica política infundada que realmente no entienden. Dos, el colapso de la extrema derecha organizada en los últimos dos años ha llevado a que el número de miembros en los grupos neonazis supere los dos dígitos por primera vez en más de una década, esto gracias, irónicamente, a la llegada de skinheads de Europa del este.

Los militantes antifascistas dejaron de prestar tanta atención a la escena de la supremacía blanca a mediados de los noventa, para enfocarse en el BNP (Partido Nacional Británico), cuya intención de convertirse en un partido político respetable tras su ruptura con Blood and Honour era considerada una amenaza mucho más seria que una bola de cabrones exigiendo más derechos para los blancos en un país gobernado por blancos.

Batalla de Waterloo, 1992.

Blood and Honour quedó humillado en las calles tras la Batalla de Waterloo en 1992. Un año después, su líder Ian Stuart murió cuando el auto que manejaba dejó de funcionar y se estrelló (hay rumores de que esto fue obra de antifascistas, pero nadie ha asumido responsabilidad). Su muerte motivó un mórbido culto a su personalidad en todo el mundo, liderado por hombres que no pueden tocar sus instrumentos. Pero el movimiento en sí se quedó sin cabeza.

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Eso dejó a los fascistas ingleses con una decisión difícil: reformarse o rebelarse. Sus opciones eran vestirse de traje junto con el BNP y pretender que sus opiniones eran una acción política seria, o seguir siendo miembros de Blood and Honour, movimiento que pronto cerró sus filas, se retiró de las calles y se volvió extremadamente furtivo.

La escena Blood and Honour todavía existe y continúan organizando conciertos secretos varias veces al año, así como una ceremonia anual para conmemorar a ISD en septiembre. Aunque la ceremonia del año pasado no fue tan secreta, pues uno de los asistentes subió una foto con su ubicación en un campo en Loversall, Yorkshire. Un poco preocupante, aunque no particularmente sorprendente, algunos de los invitados decían ser miembros de las fuerzas armadas.

En años recientes, el grupo de matones de Steve Jones, English Rose, comenzó una cruzada para rebautizar al rock neonazi como “patriotic oi”. También le cambiaron el nombre a su banda a Tattooed Mother Fuckers. Es la misma música horrible de siempre, las mismas esvásticas y el mismo saludo nazi del público, sólo que la letra de sus canciones es ahora casi un grito de guerra. Así que ya es completamente aceptable.

Saludo nazi durante un concierto de Tattooed Mother Fuckers.

IC1 quizá fue la única banda eliminada de la lista, pero también estaban Last Orders y Citizen Keyne, las cuales no tienen ningún problema con tocar a lado de Tattooed Mother Fuckers. Es una escena muy pequeña, y la línea entre los supuestos patriotas y el extremismo directo es tan delgada que se vuelve casi transparente. Pressure 28, otra banda skinhead, toca regularmente con muchas de las bandas que tocarían en Monsters of Oi y su vocalista Kevin Gough, miembro del BNP y hooligan vinculado con el C18, también estuvo presente. Así como Kevin Watmough, fundador de la terrible Redwatch, una página en la que se solicita información como nombres y direcciones de objetivos fascistas.

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Por supuesto, no todos los involucrados en la escena son unos fervientes nacionalistas, pero muchas de las bandas juegan con ideologías muy peligrosas, y es obvio que todos se hacen de la vista gorda en cuando a la presencia de los miembros de Combat 18. En 2011, algunos punks iniciaron una campaña llamada “Get off the Fence” para cuestionar la complacencia de la gente mientras Blood and Honour se infiltraba en la escena punk, utilizando un blog, No Retreat, para investigar y exponer sus vínculos.

Waredigaeth: extremistas con overoles y banjos.

Blood and Honour organiza eventos underground casi todos los meses; su primer concierto en 2013 fue el 28 de enero e involucró un punto de redireccionamiento secreto en el centro de Londres para despistar a cualquiera que quisiera arruinarles la diversión, y un teléfono al que había que marcar para ser invitado al evento. El evento tuvo lugar una semana antes de que la librería anarquista Freedom Press fuera incendiada, lo que algunos creen fue un ajuste de cuentas por parte de Combat 18.

El pasado fin de semana, Blood and Honour Yorkshire organizó el Viking Fest, con los fascistas checos, Cirhoza 88, invitados para tocar junto a los ingleses, Section 88. El 88 es un “código secreto nazi”, que se traduce como HH o Heil Hitler.

Ese argumento tan débil de que estas bandas son “patrióticas” no durará mucho. Por lo mismo, es probable que los enfrentamientos entre fascistas y sus opositores de izquierdas continúen y se conviertan en algo común. Pero, en esencia, la forma más rápida de llevar un martillo a la raíz del problema es educar a los promotores para que excluyan a las bandas extremistas, y las dejen sin una plataforma para su escena en el mundo fuera de sus oscuros agujeros donde suelen emborracharse.

Sigue a Brian en Twitter: @brianwhelanhack