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Música

Ganadores y perdedores del Estéreo Picnic 2015 - Día 1

¿Quiénes merecen aplausos y quiénes tomates? Cumplida la primera jornada de fiesta, tenemos el veredicto inicial.

¿Quiénes merecen aplausos y quiénes tomates? Cumplida la primera jornada de fiesta, tenemos el veredicto inicial.

Ganadores

Jack White y su banda

Sí, en efecto era verdad todo aquello que se decía acerca del blues rockero y su tropa de músicos feroces. Con un rock incisivo, de corte clásico, uno que le debe tanto a las raíces del country y del blues como a los Rolling Stones y a Black Sabbath, el hombre se fajó un concierto memorable que incluyó coros masivos en canciones como la clásica "Seven Nation Army" de sus White Stripes. Puntos adicionales para la chica violinista y el baterista, briosos y alegres, conectados con un show que tuvo un cierre magistral con fuegos artificiales.

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SBTRKT

La de Aaron Jerome es, sin duda, una de las mentes más brillantes en aquello de la electrónica contemporánea. Y su show, un deleite absoluto para los sentidos. Un paisaje emocional dibujado con sintetizadores análogos y beats que pegan suave, muy suave. Y ganador: el remix que hacen de "Lotus Flower" de Radiohead, un momento muy hijueputa, acompañado de visuales para pegarse el viaje.

Échele Cabeza

Tuvimos suerte de quedar al frente del colectivo que está cambiando la cultura de las drogas y la noche en la capital. Con una carpa chulísima y un equipo de gente súper pila, los chicos de este colectivo estuvieron brindando información a los consumidores de estupefacientes que asistieron al festival y testeando sus sustancias para que nadie se fuera a meter Quipitos en lugar de MDMA. Un poco más de higiene en sus mesas, que estaban llenas de polvitos mágicos, no sobra. Pero por demás, gran servicio para la comunidad y éxito rotundo en la cantidad de muestras tomadas en su laboratorio rodante.

Mitú

El dúo de Julián Salazar y Lamparita va para arriba. Atascados en medio de Jack White y Skrillex, en la tarima Club Social, los chicos no tuvieron problema en reunir una sensata cantidad de público que cerró los ojos y los acompañó en su viaje de techno selvático desde las 11:45 y durante más de una hora. Al frente, máquinas fluorescentes toteando murmullos de animales análogos y una pantalla con pura sinestesia visual. De fondo, una medialuna gigante que se asomaba, imponente, sobre los cerros de la ciudad. Mitú: cada vez más grande. Inolvidable.

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El Pescador, de Totó La Momposina (versión Skrillex)

Los puristas se rasgarán las vestiduras, pero el niño Skrillex se las trae. Tiene un humor fino, evidenciado en momentos como cuando puso "El ciclo de la vida" del soundtrack de El Rey León y en pleno clímax la trituró para bajarla y convertirla en un drop de súper bajo. Lo mismo hizo con el estándar del Caribe colombiano "El Pescador", compuesto por José Barros y en la voz de Totó La Momposina. Folcloristas: lástima, pero es un bonito gesto que el gringo se haya dignado a tomar un himno de nuestra fiesta para armar la suya y rendirnos un homenaje. Histeria total.

Perdedores

La entrada

Realmente la primera jornada del festival no tuvo muchos lunares o al menos no tan notables. Uno de ellos, el tema de la entrada. A las tres de la tarde, hora oficial de apertura de puertas, sta estaba bloqueada para el público, que finalmente pudo acceder al parque una hora y media después, a minutos de dar inicio a la fiesta musical. Paciencia niños, que el espectáculo es enorme y si hay demora, es porque quizás es necesaria, por nuestra propia seguridad.

Las marcas

El parque luce precioso, hay atención absoluta al detalle. Hay henos y salas portátiles por doquier, carpitas y mesitas para que la gente pueda parchar, estivas adornadas para sentarse a comer, en fin. Todo lo que lleva la firma Estéreo Picnic es cuidadoso, encantador, medio mágico. Pero hay que decirlo, una vez más, así como lo dijimos el año pasado. El tema de las marcas es honestamente abrumador. Hay que agradecerles, por un lado, por hacer esto posible, porque sin ellas este Picnic no sería realidad. ¿Pero por qué así? Tienen convertido el lugar en un parque de diversiones, con cada una planteando una activación tipo Parque Jaime Duque y generando una contaminación hasta decadente. Todas gritan, al máximo. Hay una tarabita de casi 100 metros de largo y a más de 20 metros de altura para atravesarla disfrazado de primate, pseudo rockstars que arengan al aire y se tiran a un público contratado sirviéndose de una balsa inflable, todo tipo de comestibles humanos y concursos tristes en los que, como premio, las personas pueden acceder a pasar minutos en una terraza. Es un poco tenaz. Aunque hay excepciones, claro, como por ejemplo la cerveza Grolsch, que ha convertido su marca en una plataforma para el arte local, haciendo de su espacio una subasta de piezas de jóvenes creadores colombianos. Gerentes de mercadeo: hay que ponerse al día en acciones de marketing.

Los taxistas

Unos pocos taxistas aprovecharon la salida del parque, en plena madrugada, para hacer paro contra Über, servicio de transporte que es patrocinador del festival. Una manera un poco obtusa de plantear una discusión que, en últimas, está en mora en la ciudad. La confrontación abierta no es la forma, amigos amarillos. Diálogo, no declaración de guerra.