Después de superar el horror inicial de saberse perdido, la experiencia se desarrolla a un ritmo más pausado. Vas avanzando, intentando solventar problemas mientras combates con la creciente sensación de hambre. Te duele todo el cuerpo. No dejas de pensar en comida y en todas esas personas a las que quizá no vuelvas a ver. Tienes la sensación constante de que ahí delante, entre los árboles has visto un camino o un claro, pero no es cierto. A veces sientes una extraña paz interior y otras estás al borde de un ataque de pánico. Pero sigues avanzando hasta que mueres o encuentras una salida.
Me despertó un fuerte aguijonazo en el pie. Palmeé el suelo a mi alrededor en busca de la linterna y de la posible presencia de hormigas. "Dejadme en paz", farfullé mientras intentaba sacudírmelas. Solo quería dormir. Quería encender la linterna, pero sabía que solo parpadearía unos segundos antes de apagarse por completo porque la batería estaba a punto de terminarse.Cerré los dedos en torno a una pequeña piedra, casi por instinto de autodefensa. Empecé a aplastar las hormigas con ella antes de que pudieran acercarse lo suficiente como para morderme. La linterna emitió varios parpadeos, iluminando a breves intervalos una escena violenta, como si se tratara de una película de acción. Cuando hube aplastado la última decena de insectos, guardé la linterna por encima de mi cabeza y traté de encontrar una postura relativamente cómoda para dormir. El escozor de los arañazos que me cubrían las piernas, no obstante, hacía que conciliar el sueño fuera una tarea casi imposible, aunque lo peor eran las palpitaciones que sentía en los pies. Había seguido el curso de varios arroyos rocosos (es más fácil avanzar por cursos de agua que a través de la espesura) y las botas me habían provocado rozaduras en los laterales de los pies. La carne, que se había hinchado con la infección, desprendía un desagradable olor y palpitaba dolorosamente. La única solución era tratar de volver a conciliar el sueño, regresar al subconsciente.Yo encontré una salida. En retrospectiva, los días que pasé allí los recuerdo bastante parecidos. Esta es el relato de uno de los días que pasé perdido en el Parque Nacional de Mulu según lo recuerdo.