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Beyoncé

Beyoncé pidió kétchup en un restaurante de lujo de Barcelona

Sucedió en Botafumeiro y, por lo que parece, hace muy poco.
Beyonce
Imagen vía Instagram/@botafumeirobcn

"Del mar a la mesa. El restaurante-marisquería de referencia en Barcelona". Así se define el restaurante Botafumeiro de Barcelona, un local de decoración versallesca al que, al parecer, Beyoncé ha ido a comer. No sabemos si recientemente o no, porque quizá el restaurante haya recuperado la foto de hace meses —ya sabéis, los #tbt, guardar las fotos de verano, en las que estamos más morenos y más delgados, para el invierno—, pero ese no es el asunto que hoy nos ocupa.

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Tampoco nos ocuparemos del restaurante en sí ni del por qué de la elección de Queen B: por Botafumeiro han pasado desde Shakira y Piqué hasta Pau Gasol o Gerard Butler. Es un sitio de ricos muy ricos, vaya, tampoco tiene más. El asunto más importante, la piedra angular de la foto colgada por este templo del marisco es que en la imagen aparecen su fundador, Moncho Neira, Beyoncé, una paella con una pinta excelente y, si agudizamos la vista, veremos que también se ve un bote de kétchup.

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Un bote de kétchup de los buenos, de los de envase de cristal, pero un bote de kétchup al fin y al cabo. ¿Es Beyoncé una de esas personas que le echa kétchup a todo? Parece que sí. Y con todo no nos referimos a la tortilla, a las croquetas o a la pizza, que son las cosas raras a las que le echamos kétchup los mortales que le echamos kétchup a todo. Y es que, recordemos, ella está más en el Olimpo que en la Tierra, casi como cualquiera, por otra parte, que pueda pagarse un restaurante como ese.

Revisemos la carta del Botafumeiro para conjeturar por qué puede haber pedido kétchup Queen B —porque, joder, en las marisquerías de lujo no te ponen kétchup así, de entrada, como hacen en el bar Diego's, ¿no?—. En primer lugar, el restaurante ofrece un abanico de entrantes que van del jamón ibérico de bellota gran reserva (¿os imagináis que era para eso el Heinz?) al salpicón de centollo, el caviar de beluga o el foie de oca con coulis de mango. Para continuar, platos típicos de la comida gallega: empanada, caldo, pulpo á feira, lacón con grelos… Y después los platos fuertes: una selección de los mejores mariscos (ostras, cigalas, centollos, bogavantes, gambas de Palamós), arroces, pescados salvajes y carnes a la brasa (cabrito, solomillo, chuletón…)

Sobre el precio de los platos, igual que sobre a cuál de ellos le echó Beyoncé un chorrazo de kétchup, solo es posible conjeturar porque no vienen incluidos en la carta. Lo que es seguro es que este gesto, que seguramente sea interpretado por muchos —por muchos gallegos, sobre todo, y con toda la razón— como un sacrilegio, como una paletada de yanqui que viene a Europa sin tener ni puta idea por mucho que ese yanqui se llame Beyoncé, no hace sino acercar un pelín a la Tierra a la diosa del pop.

Porque ella, como nosotros, ha tenido que llamar al camarero y ha tenido que decirle, probablemente con un poco de vergüenza, eso de: "Perdona, ¿me podrías traer un poquito de kétchup?". Solo que, en su caso, imaginaos la cara del camarero al ver que era, yo que sé, para un centollo, para un solomillo de ternera rubia de Galicia a la brasa de carbón natural o para un lenguado al cava con langostinos. No sé si los ricos lloran o no y probablemente nunca lo sepa, pero igual a ese pobre hombre alguna lagrimilla sí se le cayó.