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Cultură

Como es ser maestro de secundaria a tus veintitantos

Platicamos con un grupo de maestros jóvenes y les preguntamos cómo es tratar de mantener un balance entre su edad y su en el salón de clases.

Collage por Marta Parszeniew.

Las múltiples responsabilidades y presiones de ser maestro no concuerdan con el concepto abstracto de tus "veintitantos", una década donde se supone que todavía puedes tener lapsos de irresponsabilidad, falta de compromiso y dudas sobre quién eres. Por otro lado, ser maestro significa una vida de dedicación caracterizada por una rutina de 70 horas a la semana, estudiar sin parar y controlar salones llenos de adolescentes demoniacos y hormonales.

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Lo sé porque acabo de terminar mi servicio en una escuela secundaria. Por más satisfactorio que resulte, puede ser muy difícil. Casi el 40 por ciento de los maestros que empiezan a trabajar consideraron dejar la profesión tan sólo el año pasado y estoy seguro de que muchos creen que su trabajo se ha apoderado de sus vidas.

Platicamos con un grupo de maestros jóvenes y les preguntamos cómo es tratar de mantener un balance entre su edad y su en el salón de clases. Cambiamos sus nombres por obvias razones pero no fueron muy tímidos al momento de hablar sobre sus problemas, sus fiestas, sus peticiones de amigos en Facebook y las dificultades de tratar de cumplir con el estereotipo del "maestro buena onda" y fallar.

David, 29, maestro de arte

VICE: ¿Cómo le haces para divertirte como cualquier otra persona de tu edad y al mismo tiempo cumplir con tu trabajo?
David: En mi trabajo anterior solía empedar y llegar tarde al trabajo, en vivo, directo de la fiesta. Pero ahora ya aprendí a separar el trabajo de mi vida social. En seis años, solamente he ido a trabajar crudo unas tres veces porque me parece muy poco profesional llegar y tomar el papel de maestro cuando es obvio que estás destruido por la noche anterior. Además, ser responsable de un salón lleno de estudiantes es lo peor que te puedes pasar cuando estás crudo.

He notado que los adolescentes no te consideran muy ajeno a su realidad en comparación con los maestros mayores y más experimentados. ¿Cómo le haces para que eso no sea un problema?
Cuando empecé a trabajar, la brecha cultural y de edad que nos separaba era todavía más pequeña. Ahora disfruto hacer comentarios despectivos sobre Kanye West o Joey Essex y acepto con entusiasmo su ira.

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¿Entonces no tratas de ser su amigo?
Conozco a algunos maestros que utilizan cierto grado de familiaridad para construir lazos fuertes de enseñanza con sus alumnos y no me parece que esté mal. Siempre y cuando la interacción se quede dentro de los límites socialmente aceptables, perfecto. Aunque, como maestro, cargas con muchas responsabilidades. Desde el principio traté de definir mi carácter para que no se confundiera con el enfoque de "maestro cool". Soy firme y formal; una versión mejorada de mi persona.


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¿Alguna vez tus alumnos han encontrado tus redes sociales?
La experiencia en redes sociales más graciosa fue una vez en la que un alumno que ni siquiera iba en mi clase me mandó un mensaje que decía "eres un pendejo". Se fue directo a la bandeja de "otros" porque no éramos amigos y no me di cuenta hasta como tres años después. Era demasiado tarde para responderle. Nunca entendí la razón de ese mensaje.

¿Tuviste algún maestro joven cuando estabas en la escuela? En caso de que respondas que sí, ¿el hecho de que haya sido tan joven influyó en su relación?
Tuve una maestra de veintitantos que enseñaba economía. Una vez, en las primeras clases, nos pidió que contáramos nuestros mejores chistes. Lógicamente todos contaron los chistes más sucios y groseros que se sabían. Creo que yo conté uno sobre un tipo que se cogía a un árbol pero no me acuerdo muy bien. Pero recuerdo que a ella le dio mucha risa. Todos creyeron que era muy buena forma de empezar el año escolar pero después de eso la maestra se volvió demasiado estricta y hacía un escándalo por cualquier cosa. A nadie le habría importado si hubiera sido estricta desde el primer día pero esa congruencia hizo que disminuyera nuestro respeto hacia ella. Fue una buena lección sobre ser congruente en la forma en que te diriges a las personas.

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La maestra invitó a mi amigo al baile de Navidad como su acompañante. Estaba claro que a ella no le importaba mucho la opinión de los demás.

¿Qué opinas sobre las relaciones entre maestros y estudiantes. ¿Has visto un caso así?
Cuando iba en sexto año me enteré que uno de mis amigos estaba saliendo con una chica que acababa de entrar como maestra a nuestra escuela. Creo que tenía poco de haber terminado la carrera y era su año de prueba. La diferencia de edad era de apenas tres años pero era muy raro tener 18 años y estar en el bar con tus amigos y con la maestra. De hecho, la chica era muy agradable pero la ciudad donde vivíamos era muy pequeña y es probable que no haya conseguido la planta en la facultad por esa relación. La maestra invitó a mi amigo al baile de Navidad como su acompañante. Según yo, mi amigo no fue pero quedó claro que a ella no le importaba mucho la opinión de los demás.

Vick, 22, maestra de humanidades

¿Es posible ser un joven normal de veintitantos si eres maestra?
Es difícil. La vida que llevaba antes de empezar a enseñar era totalmente diferente a mi vida actual. Ser maestro te hace madurar mucho —en especial si empiezas a trabajar formalmente a los 21—. Ya no estoy tan loca. Y ya no salgo tanto.

¿Cómo le haces para lidiar con la brecha de edad tan corta entre tú y tus estudiantes?
Dios, la diferencia de edad es un dolor de cabeza. Los adolescentes no te toman tan en serio como a los otros profesores. Además, muchos de mis alumnos se ven mucho más grandes que yo cuando tenía su edad. Hay unos que apenas tienen 17 años pero se ven mucho mayores. La clave es ser consiste. Las reglas y las rutinas son muy importantes para los adolescentes. Debes apegarte a las reglas que estableces, ya sea para bien o para mal, porque una vez que conocen tu forma de reaccionar, ya no hay vuelta atrás.

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¿Alguna vez has tratado de ser la "maestra buena onda"?
Sí y aprendí a la mala que no funciona. Los maestros y los alumnos no pueden ser amigos.

¿Por qué quisiste ser maestra?
Quería ayudar a la gente. Me gusta sacar lo mejor de mis alumnos y, aunque suena como un cliché, es uno de los trabajos más satisfactorios que existen. Algunos amigos tienen trabajos horribles de oficina y cuentan los minutos para que llegue la hora de salida. Pero yo no me siento así con mi profesión.

Alex, 26, maestro de física

VICE: ¿Es posible salir de fiesta, emborracharte o usar Tinder si eres maestro?
Alex: En realidad, no. Mi trabajo me consume y no me permite tener una gran vida social. A veces siento que salir y ponerme hasta la madre con mis amigos es algo que quedó en un pasado muy lejano.

Las pocas veces que traté de hacer bromas son algunos de los momentos más aterradores de mi vida.

¿Tus alumnos te toman en serio a pesar de ser tan joven?
Lo más grandes siempre me preguntan si salí el fin de semana. Y siempre les respondo con la verdad: no. ¿Cómo chingados voy a tener tiempo de salir? Nunca he tratado de ser su amigo; de hecho, al principio era demasiado estricto y tampoco me respetaban.

¿Entonces no tratas de que se identifiquen contigo?
Las pocas veces que traté de hacer bromas son algunos de los momentos más aterradores de mi vida. Trata de hacer una broma frente a 30 adolescentes. Es una pesadilla.

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¿Por qué decidiste ser maestro.
Salí de la universidad y no tenía idea de qué iba a hacer con mi vida. Ser maestro parecía la mejor opción. Y ahora me gusta. Es difícil y te consume pero vale la pena.

Laura, 23, maestra de Inglés

VICE: ¿Cómo manejas la presión de ser apenas unos años mayor que tus alumnos?
Laura: Es un acto de balance muy delicado y sigo tratando de perfeccionarlo. En mis primeros meses como maestra, recuerdo que una vez me desesperé y miré a mi alrededor en busca de un adulto pero poco después me di cuenta que yo era ese adulto.

¿Cómo te perciben tus alumnos en el salón de clases?
La clave es saber qué puedes divulgar (como las series de Netflix que te gustan) y qué no. Además, es muy satisfactorio. Algunos estudiantes tienen la confianza de acercarse y contarme sus problemas cuando necesitan apoyo. Prefiero tratarlos como adultos y no como niños, y creo que lo aprecian.

¿Alguna vez has tratado de ser la maestra buena onda?
La verdad, soy la peor de los nerds. No me da pena hablar con mis alumnos sobre mi obsesión con los dinosaurios, Harry Potter y otras ñoñerías. Trato de enseñarles qué está bien no ser cool, siempre y cuando seas tú mismo. Espero que sea un enfoque positivo, aunque no dudo que haya cientos de tweets que digan "OMG, escucharon lo que dijo la maestra hoy?…".

¿Por qué decidiste ser maestra?
Tal vez suene muy cliché pero quería hacer la diferencia. Fui a una escuela increíble pero pasé por muchas cosas durante mi adolescencia. Y tuve una maestra que nunca se rindió por mi actitud. No de dejó otra opción más que salir adelante. Y no puedo evitar creer que hay miles de niños en la escuela que merecen esa misma oportunidad.

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