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Música

Una pijamada con Warpaint

Ahora, después de 12 años, Warpaint nos comparte todo lo que sabe acerca de las amistades femeninas.

Fotos por: Kayt Jones

Las entrevistas a través de Skype siempre comienzan con una incertidumbre extraña. ¿Hacer livestream o no? Si le haces una llamada de video a un artista y decide responderte sólo con audio, eso te hace un idiota y tu única opción es cancelar a toda prisa para evitar una hora completa de incomodidad. Si llamas sin activar la cámara, lo tomarán como que sólo es una llamada de voz y te pierdes por completo un elemento sensorial de la interacción, y peor aún, no logras mirar a tu artista favorito durante toda la noche. Por suerte, cuando Emily Kokal y Theresa Wayman de Warpaint deciden llamarme desde su habitación de hotel en Nueva York, optan por la llamada en video. Es media tarde y están descansando cómodamente en la cama de Theresa, Emily se está poniendo un curita en el pie. "Esto casi no ocurre en LA", me asegura, "hemos caminado mucho por aquí". Están en la ciudad atendiendo a la prensa, pues se preparan para lanzar su tercer álbum, Heads Up. Hace unos días volvieron a lo básico y dieron su primer concierto juntas en mucho tiempo en el Baby's All Right en Brooklyn.

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Entrevistas pasadas han hecho ver a la banda como muy a la defensiva pero hoy son todo lo contrario. De hecho, me siento como si acabara de unirme a su pijamada. "Ella es es mi BFF desde que teníamos once años", dice sonriendo Emily, mientras abraza a Teresa. Las dos crecieron juntas en Eugene, Oregon, y pasaban los días faltando a la escuela para dar vueltas en el auto escuchando hip hop. Junto con la bajista Jenny Lee, han estado haciendo música como Warpaint durante doce impresionantes años, la baterista Stella se les unió poco después. Sus lanzamientos previos "Undertow" y "Love Is To Die" fueron éxitos instantáneos, al igual que el video increíblemente cool del sencillo "Disco//Very", en el que bailan en slow-motion en al mitad de una carretera que atraviesa un bosque, mientras un puñado de los mejores skaters de LA patinan a su alrededor.

La banda original de chicas, Warpaint, conoce la importancia de la amistad. "Hay seguridad en el vínculo y el lazo familiar que se forma al pasar tanto tiempo juntas", reflexiona Theresa. "Es como una familia". Puede ser que sean el equipo de ensueño, pero también son realistas. "A veces las amistades que has tenido por más tiempo no necesariamente son las más sencillas todo el tiempo…" admite Emily riendo, "pero son las más satisfactorias". Es refrescante escuchar hablar a un artista tan francamente sobre la dinámica de su banda; un tema que muy a menudo es un tabú. "Es casi como si la banda fuera algo secundario con respecto al proceso de aprender a existir juntas como seres humanos", continúa. "Estamos aprendiendo cómo ser mejores personas entre nosotras, esa es la meta principal, y la música es sólo el subproducto de eso". Con la fuerza interior para inspirar, transportar y mover a la audiencia a un estado de trance, su música es demasiado buena para ser un subproducto.

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Tras un año de proyectos solistas y colaboraciones extra curriculares, Warpaint se reagrupó en enero para escribir su adictivo tercer álbum de estudio, Heads Up. "Es un poco más estimulante, más positivo, más 'mantén la cabeza en alto' ", explica Teresa. "Sí, en lugar de, '¡Voy a lanzarte un balón a la cara así que levanta la cabeza!' ", se ríe Emily. "¡¿O no?!", le pregunta a Theresa. Las dos se carcajean. Hecho "haciendo cada quien su parte de forma individual", como dice Emily, las cuatro le dieron una perspectiva experimental y relajada al desarrollo del disco. "Hemos estado tratando de fusionar nuestros estilos y comprendernos más", dice ella. "No nos hemos presionado para nada". Lo escribieron -a veces juntas, a veces en parejas- en su espacio de práctica del centro de LA, donde, de acuerdo con las chicas, realmente no se debería hacer ningún álbum. Podría haberse filtrado el sonido de la banda de metal de al lado y el reggae del chico al final del pasillo, pero con ventanas de piso a techo y vista al río Los Angeles, a las chicas les encanta el lugar e incluso hicieron la sesión fotográfica de la portada del álbum ahí.

"Queríamos divertirnos lo más que pudiéramos", dice Emily. "Creo que nos lo merecemos en este momento". Haciendo equipo con el productor Jacob Bercovici, con quien trabajaron en su EP debut Exquisite Corpse, el resultado es un disco que inmediatamente es menos una improvisación y es más bailable que los lanzamientos anteriores. Titularon su primer sencillo de forma acertada, "New Song" es endiabladamente pegajosa y tiene frescura funky, le sigue la industrial "By Your Side", una canción llenada de armonía que se enfoca en la amistad y proclama, "ahora sé que no estoy sola, tengo a mis chicas y no estoy sola". Otra canción sobresaliente es "Don't Let Go", que es en parte una película noventera de espantos para adolescentes y en parte Led Zeppelin, y cuenta con las cuatro voces que se superponen una sobre otra de manera excepcional. Curiosamente, después de Biggie de 2014, Heads Up cuenta con una pista llamada "Dre". ¿Tal vez un regreso a sus días adolescentes de ensueño? "¡Oh, Dios mío, tienes razón!", exclama Theresa. "¡Chica, es la rivalidad Costa Oeste/Costa Este! ¿Te das cuenta?" Con "Dre" como nombre provisional, debido al ritmo de apertura, la alusión accidental a los dos grandes del hip hop es un buen toque. El álbum como un todo es ecléctico, y como Jenny Lee ha señalado, es sin duda una evolución de la banda, "una versión madura de Warpaint".

Con los álbumes llegan las giras y Theresa y Emily se están poniendo nerviosas. "Nuestro concierto de hace días se sentía muy rígido, ¿sabes? Especialmente con el material nuevo, tuvimos que concentrarnos de verdad", explica Teresa. Sin embargo, una vez que logran concentrarse no tienen miedo de ponerse a bailar. Al hablar de sus movimientos favoritos, hacen algunos pasos de la "Macarena" y "YMCA", antes de que Teresa se levante y haga un increíble paso de Charleston. Es impresionante. "Me encanta porque es imposible bailar Charleston y estar triste", sonríe. Alguien toca a la puerta y, tal como lo harían sus padres, su publicista les dice que ya se les está pasando su hora de ir a dormir, con lo cual nuestra conversación llega a su fin. "¡Ah, pero ahora somos mejores amigas y sólo estamos pasando el rato!" le responde Emily, antes de lanzarle una almohada a la cámara de la laptop y decir adiós muy de pijamada.