¿Cuáles son los beneficios médicos de las sustancias psicodélicas?

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Salud

¿Cuáles son los beneficios médicos de las sustancias psicodélicas?

Entrevisté al profesor universitario David Nutt para descubrirlo.

Este artículo se publicó originalmente en VICE Suecia.

Después de que la LSD se declarara ilegal en muchos países a finales de la década de 1960, la investigación de sus posibles beneficios para la salud mental quedó prácticamente estancada. Sin embargo, recientemente se ha retomado el estudio de esta y otras sustancias psicodélicas a gran escala. Ello se debe, en parte, al profesor David Nutt, que ha dedicado gran parte de su trayectoria profesional a la investigación de las bondades médicas de las drogas psicodélicas. Ha publicado más de 400 estudios, 27 libros y ocho informes gubernamentales sobre el tema, y actualmente está trabajando en una bebida alcohólica sintética diseñada para reducir las resacas.

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La investigación la lleva a cabo en colaboración con la Fundación Beckley, una ONG fundada en 1998 por Amanda Fielding. El estudio se centra principalmente en cómo la LSD y la psilocibina (las setas mágicas) podrían funcionar como tratamiento para trastornos como la depresión y las adicciones. Como era de esperar, esta investigación ha puesto a Nutts en el centro de las críticas mediáticas. En 2009, fue cesado como consejero jefe en materia de drogas de Gran Bretaña tras declarar públicamente que el éxtasis y la LSD son sustancias menos peligrosas que el alcohol. Varios años después, Nutt sugirió que el origen de la crisis económica radicaba en la adicción a la cocaína por parte de los banqueros.

El mes pasado, el profesor Nutt fue invitado por la Swedish Network for Psychedelic Science para dar una disertación titulada "The New Psychedelic Revolution in Psychiatric Medicine" en el Karolinska Institutet de Solna. Me reuní con él al día siguiente por la mañana para hablar del futuro de las sustancias psicodélicas utilizadas como tratamiento médico.

El profesor David Nutt en Estocolmo. Foto por el autor

VICE: ¿Pueden las sustancias psicodélicas activar la parte creativa del cerebro?
Profesor David Nutt:
Estas sustancias alteran todas las dimensiones del cerebro, los aspectos que te influyen visual y espiritualmente y los elementos que dan sentido a tu vida. Esto no quiere decir que crea que las drogas psicodélicas nos puedan convertir a todos en Picassos, pero sí que nos permiten ver que existen otras formas de pensar y pueden ayudarnos a resolver determinados problemas.

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¿Como el dolor crónico?
Estoy intentando convencer a los especialistas de ese campo de que investiguen sobre el efecto de las sustancias psicodélicas. Creo que la LSD podría ser un descubrimiento revolucionario en el tratamiento del dolor. Los procesos cerebrales que se producen con el dolor crónico son muy similares a los de la depresión, motivo por el cual creo que debería ahondarse más en el estudio de la LSD aplicada al dolor crónico.

Si se empezaran a aplicar tratamientos a base de drogas psicodélicas para la adicción o la depresión, ¿cómo crees que funcionarían, en la práctica?
Imagino que sería cuestión de que el paciente fuera a una clínica para que le administraran un tratamiento, una terapia unidosis que produciría un cambio profundo en el paciente durante varios meses. En el caso de las adicciones, si el paciente sufre una recaída, quizá tendrían que reforzar la dosis. Con la depresión, el propio paciente es capaz de ver hasta dónde puede llegar para no sentir ansiedad.

Las sustancias psicodélicas pueden usarse de forma continuada, pero su efecto desaparece. Además, acabas desarrollando tolerancia, incluso aunque aumentes la dosis. No sabemos por qué, pero es una de las razones por las que no son adictivas, como la cocaína.

Estas sustancias se han prohibido durante mucho tiempo. ¿Crees que será muy complicado convencer al mundo de sus beneficios probados como tratamiento médico?
No estamos hablando de magia ni de un puñado de hippies pasándoselo bien. La eficacia de las sustancias psicodélicas está respaldada por hechos científicos. La única razón por la que la se las rechaza como terapia médica es porque no quieren que se demuestre que están equivocados. Los hay que dicen que estas drogas te joden el cerebro. Yo digo que no, que lo que hacen es desactivar las partes del cerebro que son hiperactivas cuando se sufre depresión. Con eso debería bastar. ¿Por qué no iban a creerlo?

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Antes de la prohibición durante los sesenta, la LSD se consideraba una sustancia médica. ¿Por qué no se prosiguió la investigación en esa línea tras la prohibición?
Era complicado por varias razones. En primer lugar, no había dinero, y aunque lo hubiera habido, hacían falta una serie de permisos y cumplir con ciertas regulaciones, lo que puede llevar años. Por otro lado, el precio de la sustancia se puso por las nubes. La LSD que usamos para nuestra investigación viene de Alemania. Los alemanes necesitan una licencia para importar y luego otra empresa necesita otra licencia para transportarla. Con una cosa y otra, acabamos pagando casi 1.800 euros por dosis de LSD. Es absurdo.

Además, tanto los políticos como los medios de comunicación han continuado perpetuando el estigma que pesa sobre la droga. El resultado de todo esto es que, desde que se prohibió, en EUA solo se ha hecho un estudio sobre la LSD.

¿Cuáles han sido los mayores obstáculos a lo largo de todos estos años?
El principal desafío lo han puesto las regulaciones. Nos ha costado casi tres años cumplir con las normativas para poder empezar el estudio. Si la sustancia hubiera sido la heroína, en seis meses ya lo habríamos conseguido. Es una locura que consideren que la psilocibina es más peligrosa que la heroína. Es que no tiene ningún sentido.

El argumento del gobierno para no financiar este tipo de estudios es muy inteligente. "Estas drogas no son adictivas y nosotros financiamos investigaciones dedicadas a estudiar las adicciones", dicen. O bien argumentan que es estudio de las drogas recreacionales podría fomentar su consumo. En fin, es casi imposible encontrar financiación. En nuestro caso, el dinero procede de organizaciones benéficas y del micromecenazgo.

¿Cómo crees que se plantea el futuro?
Espero que cambien las leyes y las regulaciones para que podamos trabajar con estas sustancias sin que resulte tan caro. Sería maravilloso que Escandinavia se uniera, puesto que ahí tenéis mucha experiencia en el estudio del cerebro. Actualmente, en Suecia no se está llevando a cabo ninguna investigación, y precisamente por eso estoy aquí, para animar a la gente.

¿Crees que tu trabajo estará más aceptado dentro de diez años?
Uy, sí, y en mucho menos de diez años. Creo que en cuestión de cinco años, se usará psilocibina  para tratar a pacientes en los EUA. No creo que pase lo mismo con la LSD, en cambio.

Se ha editado esta entrevista para mayor claridad.

Traducción por Mario Abad.