Las cazadoras 'bomber' vuelven a los estadios —y ya no son para canis
Foto: Imago/Jan Huebner

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nostalgia de las alphas

Las cazadoras 'bomber' vuelven a los estadios —y ya no son para canis

Las "bomber" llegaron a ser muy populares entre los grupos de ultraderecha en los 90: ¿quién no recuerda las chaquetas Alpha? Pues ahora han vuelto, pero con un significado muy distinto.

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"Chaqueta naranja de bombardero, hoy por fin empieza, por fin vamos al campo y nadie nos podrá parar…", dice una canción del rapero alemán Rostock. En las gradas de la Bundesliga, las cazadoras se alzan sobre las cabezas y crean una estampa muy llamativa: para esto sirve exactamente esta chaqueta.

Originalmente, la cazadora de bombardero —conocida como bomber— se creó para los pilotos del ejército estadounidense: en caso de accidente, solo tenían que quitársela, darle la vuelta y alzarla para que les vieran y pudieran rescatar. Tanto en Alemania como en España, sin embargo, la prenda se convirtió en un símbolo de una cultura callejera de ideología próxima a la ultraderecha: ¿quién no recuerda los canis y pelaos con sus Alpha Industries?

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Sven Friedrich, sin embargo, representa una nueva oleada de usuarios de las bomber nacida en Alemania, muy relacionada con el fútbol… y que nada tiene que ver con los jóvenes conflictivos que las usaban a finales de los 90 y principios de los 2000.

"Ahora la bomber se utiliza para esconder gente en las gradas de los estadios", afirma Friedrich. "Si la policía busca a alguien en nuestro sector, solo hace falta que todos le demos la vuelta a nuestras cazadoras y así no lo podrán encontrar".

Friedrich es un fan del BFC Dynamo y propietario de la tienda Hoolywood de Berlín. Vende bombers desde 1991: "Es la ropa perfecta para las experiencias de juventud, un estilo de vida que no tiene nada que ver con los nazis", explica. En su web, de hecho, Sven define la pieza como algo "apolítico y anti-racista": Friedrich está muy contento de que hoy en día la cazadora naranja ya no se relacione con la ultraderecha.

¿De dónde viene, sin embargo, esta relación con los movimientos extremos? Los primeros civiles que llevaron chaquetas bomber fueron los mods del Reino Unido en los años 60; también los rockeros se la apropiaron. Ambos movimientos juveniles rivalizaron y alcanzaron una fuerte polarización en Gran Bretaña: los mods, con los años, se convirtieron en punks y skinheads.

Esto último hoy nos parece contradictorio, pero cabe decir que en ese momento el movimiento aún no tenía una orientación política firme. Debido a la alta tasa de desempleo juvenil que había en los años 70, el movimiento se fue desplazando hacia la derecha.

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"A principios de los 70, la tasa de desempleo de los jóvenes en Inglaterra era similar a la que ahora hay en España o Grecia", explica Gabriele Rohmann, jefa del archivo de cultura joven de la Alianza por la Democracia y la Tolerancia alemana. "Durante los años 80, los skinheads se unieron a los movimientos ultras de derecha y alcanzaron una gran popularidad".

Cuando el movimiento skinhead saltó al resto de Europa a finales de los 70, ya hacía tiempo que estaba impregnado de un contexto muy cercano a la derecha radical. Skinheads y ultras de todos los países cultivaron una relación estrecha; desde entonces han sido los principales compradores de bombers y botas militares en todo el continente.

Las bombers pronto se convirtieron en un símbolo relacionado con la ultraderecha

Uno de los máximos ejemplos del alcance del movimiento en Alemania llegó en octubre de 1983. En un partido de la selección germana frente a Turquía, varios grupos de skinheads se unieron para luchar contra los llamados Kanacken, los hijos de inmigrantes turcos instalados en Alemania: la violencia derivada provocó un terremoto mediático en el país. El problema, sin embargo, no quedó confinado a las fronteras teutonas.

Jacek Purski, miembro de la iniciativa polaca antirracista Nigdy Wiecej ("Nunca más"), explica que a principios de los años 90, las bomber eran un símbolo para muchísima gente. "Los estadios alemanes y polacos estaban llenos de aficionados que tenían que vestir sus cazadoras naranjas al revés porque estas estaban llenas de símbolos fascistas en el exterior", asegura Purski.

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La fiebre de las bombers —y su identificación con los neonazis— llegó a tal nivel de locura que la ministra alemana de Familia incluso propuso prohibir la prenda en 2001.

Aficionados del Dynamo de Dresden escondiendo al aficionado que se pasa el partido tirando las cáscaras de pipas al suelo. Foto vía Imago

Cabe decir que en Alemania las bombers no fueron patrimonio exclusivo de los ultras neonazis: en los 90, la prenda llegó a ser popular incluso entre los aficionados de izquierdas, aunque estos principalmente las utilizaban para dar colorido a las gradas. En el año 2000, en un partido entre el VfB Stuttgart y el Eintracht de Frankfurt, los aficionados visitantes llevaron las chaquetas naranjas para hacer un mosaico.

Las bombers, sin embargo, fueron desapareciendo de los estadios alemanes a medida que su imagen se relacionaba con movimientos extremistas. Empezaron a ser propiedad exclusivas de ciertas escenas skinhead, pero desaparecieron de las curvas de hooligans.

"La imagen era tan mala que en Alemania llegó un momento que nadie llevaba una, ni cerca de los estadio y mucho menos como representación de un símbolo de algún equipo", recuerda Friedrich. Al mismo tiempo, en España las bombers tuvieron peso en las calles como elección estética —y a veces política—, pero en los estadios no alcanzaron el mismo nivel de prominencia.

Actualmente, estas cazadoras han atraído la atención de varias subculturas y algunas marcas han hecho ejemplares que recuerdan a las clásicas bombers naranjas. Uno de los que inspiró esta nueva moda fue el provocativo y conflictivo rapero alemán Bushido, que apareció con una versión de la clásica Alpha en uno de sus vídeos.

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Hansa-Fans mit der orangenen Bomber; Foto: Imago

"Tras el vídeo de Bushido, empezaron a venir clientes a mi tienda que me pedían una chaqueta como la del rapero", asegura Frederick. Probablemente esto ayudó a que las chaquetas naranjas de deshicieran de su imagen nazi, y desde entonces las bombers vuelven a avistarse en los estadios de la Bundesliga.

En 2009, los ultras del Frankfurt empezaron a usar las cazadoras masivamente para animar a su equipo creando el llamado Oranges Kaos: en 2013 se hicieron famosas en Europa gracias al partido que el Eintracht jugó frente al Girondins en Burdeos. En 2015, el Dynamo de Dresden incluyó las bombers en el uniforme con el que se anima al equipo en los partidos.

Lejos del estadio, la chaqueta naranja se ha vuelto a poner de moda en Alemania, pero sin el estigma negativo de los años 90 y 2000. La pregunta ahora es… ¿y en España? ¿Volveremos a ver Alpha Industries por todas partes como antes?

El autor asegura que nunca ha encendido una bengala en un campo de fútbol pero su Twitter saca humo: @mirkolorenz