Galería: Misterio, noche y grito, el Llano como nunca lo ha visto
Fotos: Cortesía de Juanita Escobar, tomadas del libro 'Llano' (2017).

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COLOMBIA

Galería: Misterio, noche y grito, el Llano como nunca lo ha visto

La fotógrafa caleña Juanita Escobar se internó en esa región por diez años. Presentamos el resultado: el libro 'Llano'.

Lo primero que hay que decir, porque es impresionante cuando uno mira sus fotos, es que Juanita Escobar no estudió fotografía. Lo segundo es que ganó el Premio Colombo-Suizo de Fotografía y este año fue seleccionada para el Joop Swart Masterclass de la World Press Photo.

Ahora, con su proyecto Llano, un libro con aproximadamente 40 fotos suyas que tomó durante casi diez años, trata de entender la cultura llanera con sus matices a través de imágenes. Con él, Juanita se enfocó en transmitir emociones, personalidades, personajes e historias que rodean un territorio.

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En sus palabras, nos cuenta la historia que la llevó a ser una fotógrafa empírica que se ha dedicado su vida a entender a fondo el contexto que rodean los personajes en sus fotos y en sus investigaciones.

Soy de Cali. No estudié en la universidad, entonces solo tengo mi título de bachiller. Desde el colegio me retiré para trabajar en cine, en una película que se llama "El Rey". Fui asistente de luces, asistente de luces, de cámara y me formé en películas de amigos. Estuve muy cerca de la gente que estudiaba comunicación social en la Universidad del Valle.

Como me salí del colegio, quería aprovechar ese tiempo para trabajar en los proyectos que me estaban invitando. Me hice muy amiga de un profesor de fotografía de la universidad, llamado Luis Hernández, que fue mi guía y amigo por muchos años.

Con la ilusión de seguir en el cine, volví al colegio a graduarme del Liceo Francés de Cali. Fue entonces que me aceptaron en una universidad para estudiar Artes del Espectáculo en París donde duré una semana. Contundentemente sentí que necesitaba más vida y nutrirme de mi territorio entonces me devolví a estudiar biología en la Universidad Nacional de Colombia para aprender de otras maneras.

Me interesa hablar sobre los territorios y abordarlos desde lo documental, y con esa carrera haríamos salidas de campo para conocer los diferentes territorios del país. Era muy idealista: estudiar biología para entender el territorio y así poder contar historias, un camino muy largo.

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A los 10 días de empezar biología, me salió la oportunidad de hacer fotos en una reserva en el llano colombo-venezolano. Siempre hice fotos. Desde que tuve mi acercamiento con el cine y con Luis Hernández fui construyéndome una carrera y un oficio.

Junto con una amiga directora de foto y documentalista fuimos al llano por visitas muy cortas, navegando por los por ríos, para documentar la fauna y flora que justificara que ese lugar debía ser considerado una reserva.

Al tercer viaje empecé a acercarme mucho más a los llaneros, poco a poco uno va comprendiendo las dinámicas culturales. Al principio, mientras recorría los montes y los ríos de la reserva no sabía mucho quienes eran hasta que conocí a un hombre al que llamaban "Peluso", que me hizo partícipe de sus trabajos.

Él me enseñó la vida de los llaneros: me enseñó a montar, a correr, a trabajar, me inició en su cultura a través del caballo. No se trata del amor al caballo porque me guste el animal, pero a ese caballo como símbolo de esa cultura. Es ver una cultura viva que basa su identidad en el animal. Y eso hizo que me quedara siete años de corrido.

Ahí conocí a una mujer antropóloga y a un historiador llamados Francisca Reyes y Carlos César Ortegón. Ellos me ayudaron a entender a los llaneros y así empezamos muchos proyectos juntos. Uno de ellos fue un libro sobre mujeres llaneras llamado Silencios en el que, a través de historias de las mujeres, se cuenta la vida y la dignidad de esa cultura. Y el otro con Carlos César, que es compositor, historiador y poeta, con quien nos ganamos una beca del Ministerio de Cultura llamada Crea Digital, para hacer un Ebook. Se llamó El Llano a ras de cielo, y era sobre poesía y cantos del llano.

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Mi fotografía apoya este tipo de proyectos: todo está muy anclado a las ciencias sociales. Y de esta manera, en mi trayectoria fotográfica, siempre estuve muy ligada a los textos que acompañaban las imágenes. En este proyecto, "Llano", quise desprenderme de los textos y contar eso mismo a través de las fotos.

Fue un momento de cambio donde quise gritar.

Me sentía en un lugar cómodo en cuanto a en la manera en la que estaba usando la fotografía y quise que ésta invadiera y llenara muchas otras capas que yo había abordado de manera distinta, a través de la construcción de los testimonios por ejemplo. Violencia, traumas, amor, intimidad, todo esto estaba pero en el texto. Pero eran las imágenes cómodas que mostraban una especie de registro. Mi fotografía necesitaba salir de eso.

Así, este proyecto Llano se basa en transmitir ese viaje épico, ese sentido de la lejanía. Ese caballo que se vuelve símbolo del misterio, de la noche, del amor que se apodera de capas más externas como el paisaje. Es a veces físico, a veces místico.

Juanita recopiló toda esa experiencia en el libro Llano, que fue editado por Musuk Nolte, quien se unió a su proyecto. Juntos, crearon la campaña de preventa del libro para recopilar fondos para su creación en este link.

*** Este artículo es producto de una entrevista a Juanita Escobar, editada para VICE Colombia por María Rivas.