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Lo mejor y lo peor de los Golden Globes 2018

Una noche triunfal de hipocresía y estrellas que alzaron la voz.
Juan  Regis
traducido por Juan Regis
Paul Drinkwater/NBC Universal vía Getty Images

Para una ceremonia que parecía dispuesta a celebrar el rompimiento de la cultura del silencio que permitió que personas como Hervey Weinstein pudieran salirse con la suya durante tanto tiempo, la entrega 75 de los Golden Globes estuvo más silenciosa que de costumbre. La alfombra roja arrancó con el reclamo de Debra Messing dirigido a E!por pagar menos a sus coanfitrionas que a su contraparte masculina mientras era entrevistada por E!, pero el espectáculo en sí fue decepcionante.

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Como presentador, Seth Meyers hizo lo mejor que pudo presentando el discurso inaugural antes de retirarse para dar comienzo a la ceremonia. En su mayoría, los presentadores se apegaron al libreto, con excepción de Geena Davis, quien criticó la actitud autocomplaciente que las ceremonias de premios suelen promover, al decir sarcásticamente "me encanta que hayamos arreglado todo", y Natalie Portman, quien se quejó que los nominados a mejor director fuesen todos hombres. Las reacciones de los demás premiados y presentadores fueron un tanto incómodas, aunque la victoria de Guillermo del Toro por The Shape of Water (la cual le dio un premio a la composición musical de Alexandre Desplat) estuvo bien merecida, ya que además de elogiar a los monstruos, la imperfección y al Otro, se resistió a que lo corrieran del escenario porque se había pasado del tiempo para su discurso.

Sin embargo, como era de esperarse, fue Oprah quien pronunció el discurso más destacable de la noche. Al recibir el premio Cecil B. DeMille, Oprah habló del efecto que le provocó ver a Sidney Poitier ganar un Oscar por Lilies of the Field, y destacó que "nunca antes había visto a un hombre negro celebrar de esa forma". También habló de las vidas de Recy Taylor y Rosa Parks, lo cual fue quizás el comentario más contundente que tocó el tema del movimiento #MeToo: "[Taylor] vivió, como todos hemos vivido, en una cultura descompuesta por hombres brutalmente poderosos. Por mucho tiempo, las mujeres no han sido escuchadas o no se les ha creído cuando se atreven a hablar su verdad con respecto a esos hombres poderosos, pero ha llegado la hora".

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Pero el cambio no sucede de un día para otro, y la ceremonia de los Golden Globes no fue la excepción. Gary Oldman, quien supuestamente golpeó a su exesposa y concedió una entrevista molesta, racista, y antisemita para Playboy, se llevó el premio a Mejor Actor por Darkest Hour; a horas de que James Franco ganara el premio a Mejor Actor en un musical o comedia por The Disaster Artist, han surgido varias acusaciones en su contra en las redes sociales. Kirk Douglas, quien en el pasado también fue acusado por una supuesta violación de la actriz Natalie Wood, fue uno de los presentadores de la noche y recibió una ovación de parte de los presentes.

Todo parece un trazo cósmico de ironía dado que Big Little Lies —una serie sobre mujeres que conspiran para vengarse de un hombre abusivo— se llevó cuatro premios a casa, y Nicole Kidman, Laura Dern, y Alexander Skarsgard ganaron en sus respectivas categorías. De los cuatro discursos el de Dern fue, fácilmente, el mejor, ya que exigió que se apoye más a la justicia restaurativa, además de criticar la toxicidad de una cultura que suele silenciar a las víctimas.

También resultó extraño ver que Lady Bird, premiada como Mejor Musical o Comedia y Mejor Actriz en dicha categoría (Saoirse Ronan), no haya logrado una nominación como Mejor Director para Greta Gerwing, dadas la cantidad de nominaciones. Incluso Barbra Streisand destacó la brecha metafórica que existe al mencionar que sigue siendo la única mujer con un Globo de Oro en la categoría de Mejor Director (por Yentl en 1984).

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Este sentido de inequidad persistió toda la noche conforme los discursos de los ganadores se desviaron de la sustancia política —por ejemplo, el discurso de Ewan McGregor por Fargo, o el de Sam Rockwell por Three Billboards—. Incluso los discursos de aceptación de Coco, que se llevó el premio a Mejor Animación, e In the Fade que ganó como Mejor Película Extranjera, fueron pedestres.

De cualquier forma, el discurso de la presidenta de HFPA, Meher Tatna, sobre la importancia del periodismo (y el anuncio del financiamiento para proteger al periodismo de investigación) fue conmovedor. The Handmaid's Tale se llevó el premio a Mejor Actriz en la categoría de Drama de TV (Elizabeth Moss), y The Marvelous Mrs. Maisel ganó los premios a Mejor Comedia o Musical. Allison Janney, con el único premio de I, Tonya's, resaltó el mensaje de la cinta y agradeció a la verdadera Tonya Harding, quien se encontraba en la audiencia.

También hubo primerizos. Aziz Ansari hizo historia como el primero actor asiático en ganar un Globo de Oro como Mejor Actor en una comedia o programa de televisión, y Sterling K. Brown se convirtió en el primer hombre negro en ganar un Globo como Mejor Actor en un Drama de TV. El discurso de Sterling que habló de la importancia de su papel resonó particularmente en una audiencia predominantemente blanca.

Las nominaciones de Three Billboards fueron uno de los puntos relevantes de la noche, ya que ganó cuatro de las seis categorías en las que compitió. La cinta es grandiosa en ciertos aspectos y débil en otros, específicamente cuando aborda el tema de la raza, el cual es siempre un tema delicado que no debería pasarse por alto. Por ejemplo, Get Out, quedó fuera a pesar de ser uno de los mejores filmes del año pasado, al igual que Call Me By Your Name.

Con excepción de Oprah, la ceremonia de este año de los Golden Globes pasó desapercibida, ya que hubo quien sigue teniendo miedo de afrontar al elefante en el sala, y la hipocresía se extendió a algunos de los honores entregados y a aquellos que les quedó el saco por haber colaborado con Woody Allen y Roman Polanski. Pero en términos generales, el show no defraudó. Hay gente que ha lazado la voz, y el mundo ha se convertido en un lugar ansioso de escuchar.