FYI.

This story is over 5 years old.

Música

La fiesta del Coronel Sanders con Mauricio Garcés

El restaurantero más famoso del mundo (y el más temido por los pollos) dio un rol por México para escribir uno de los discos más extraños de la historia.

Harland Davids Sanders puso su primer restaurante de pollos fritos en Corbin, Kentucky. De vez en cuando lo visitaba un señor que era amante de comer biscuit con miel, pero que después de probar el pollo del Coronel Sanders dijo que lo único más rico que su biscuit era el pollo frito.

Este hombre, cuyo nombre no conocía ni el Coronel Sanders, le platicó sobre México: de lo buenas que estaban las regias, de las peleas de gallos, del chile verde y Acapulco. El dueño de Kentucky Fried Chicken vendió su restaurante por dos millones de dólares, tomó un bote lleno de pollo y vino a conocer México.

Publicidad

Para no irse solo le habló a Herb Alpert, líder de la mítica banda Herb Alpert & The Tijuana Brass - como el señor Sanders leyó “Tijuana”, supuso que Herb sabía un chingo sobre México. Herb le propuso al Coronel Sanders hacer un disco sobre su viaje y venderlo como los discos navideños que el gordobigote blanco ya había vendido por todo Estados Unidos, cosa que fascinó al restaurantero, así que, con disco en mente y mucho pollo bajo el brazo, emprendieron el viaje.

Primer destino: La Sultana del Norte

Harland Davids jamás pensó que en México pudieran gustar sus pollos, pero los empresarios que le compraron su cadena no dudaron en eso ni un segundo. Cuando Sanders llegó a Monterrey, se encontró un KFC en Avenida Gonzalitos y Vancouver (ahorita ya no existe el restaurante y en su lugar hay un establecimiento para depilación láser) y se metió a comer unos pollos, midiendo su éxito y sabor. Ya satisfecho, él y Herb se fueron a recorrer la ciudad. Visitaron el Jardín Cruz Blanca, el Obispado, echaron las Carta Blancas afuera del Universitario y ya en la noche se fueron a La Fe Music Hall a tirar los pasos de baile. Ansiosos de más aventura mexicana, decidieron irse a probar suerte a la capital.

Segunda parada: Salsa verde y toros

Cuando llegaron a la TAPO, lo primero que querían hacer era ir a dar el rol por Garibaldi para buscar un mariachi que tocara canciones de Buddy Holly y mandarle un recuerdito a algún amigo. Ya en la plaza, a Herb se le hizo fácil comerse unos tacos de garbanzo con chile verde; fue tanta la enchilada que fue ahí donde a Herb se le ocurrió que era buena idea comenzar a componer las canciones del disco. El problema es que Sanders no cantaba, así que no hubo de otra más que hacerlo sin letra.

Publicidad

Esta es la canción dedicada al “Chili Verde”:

Chili Verde by Herb Alpert on Grooveshark

Y esta, al garbanzo…

El Garbanzo by Herb Alpert on Grooveshark

Le gustó tanto el garbanzo que recomendó agregarlo a la receta del pollo frito

Tercera visita: En Taxco no hay plata, hay circos de pulgas.

Llegaron a Taxco después de su aventura capitalina como típico gringo con shorts, sandalias con calcetas y una cámara fotográfica. Anduvieron por el centro subiendo y bajando calles, comprando plata como si fueran dulces y visitando cada iglesia como si fuera KFC. Llegando la noche andaban por el Tempo de Santa Prisca cuando se les acercó un viejo preguntando que si querían ver pulgas; se les hizo muy extraño pero el viejito prometió pulgas, pulque y putas, así que no la pensaron dos veces. El resto de la historia se cuenta sola…

Spanish Flea by Herb Alpert on Grooveshark

Cuarto destino: ¡Arrrooooozz!

Bien prendidos por las pulgas, con chingos de pollo frito y mucho dinero, el Coronel Sanders y su compita el Sr. Alpert llegaron al bellísimo puerto de Acapulco para ser recibidos por el dandy de dandys, Mauricio Garcés. Con un buen arroz esperándolos, pasaron el fin de semana bajo el sol, la arena y el mar, eso sí, tragando pollo como si no hubiera mañana. Tirados en unos camastros del hotel más lujoso de aquellos tiempos, los tres nuevos amigos solo veían pasar las horas.

Alpert compuso esta canción mientras Mauricio Garces le ponía unas cuantas líneas de diversión al inventor del crispy chicken.

Publicidad

Third Man Theme by Herb Alpert on Grooveshark

No puedo dejar de pensar en unas nenas echándome aire con esa canción.

Destino final: Tijuana, taxis y un chingo de putas.

Llegando a la frontera norte, y ya de regreso a Estados Unidos, Davids Sanders deseaba un excelso cierre para su viaje. Contrató a Don Lupe, un taxista tijuanense que manejaba como si Tijuana fuera su rancho y no existiera otro carro más que el suyo. Pasaron por la Avenida Revolución y al ver tanta pinche luz fosforescente en una calle llamada “Coahuila”, el Coronel dio la orden para girar a la izquierda y perderse entre tanto brillo, foto con un burro pintado de cebra, la mejor mota del país, una cubana con acento norteño, unos tacos de “asada” y para el final, una corrida de toros, fue lo que el güero y su estimado compañero de viaje pudieron obtener, eso sí a cada parada una puta diferente, ninguna mexicana, pero qué bien tragaban pollo. De tanto tiempo en el taxi se rifaron de las mejores canciones del disco:

Tijuana Taxi

Tijuana Taxi by Herb Alpert on Grooveshark

El Toro

El Toro by Herb Alpert on Grooveshark

Al final regresaron a Kentucky felices de la vida, con chingos de chiles, mucho garbanzo y la idea de “nunca mirar atrás, excepto para aprender de tus errores”, de lo cual no me explico por qué carajos encontramos un Taco Bell junto a un KFC.

Completaron el disco con una canción dedicada a un amigo del Coronel que fue perseguido por un toro.

El disco completo, aquí.