La guía Noisey para poner tu recinto underground (mejor dicho, ilegal)

Worst Gift en Soybomb - Foto cortesía de Becky Martyn - Flickr

Te des cuenta o no, tu ciudad necesita desesperadamente un recinto underground de música. Ya sea una bodega, una casa abandonada o algún otro tipo de espacio extraño de usos mixtos, los lugares un poco menos que legales son los que le dan el flujo de vida a la escena musical. De lugares de mala muerte donde se toque punk o hardcore hasta los raves nocturnos, los venues underground han ayudado a definir casi toda la música vanguardista desde siempre. Mientras que la mayoría de nosotros damos esos lugares por sentado mientras estamos tomando unas cervezas enfrente de alguna banda local a las 4 de la mañana un jueves, hay gente partiéndose la madre tras bambalinas para hacer de estos lugares una realidad. Y sin ellos, estaríamos muy mal.

Dicho eso, ustedes jovenzuelos con tarjetas de crédito nuevecitas y sueños de grandeza, deberían empezar un nuevo recinto underground. Sin importar la ciudad en la que vivan, definitivamente ésta será mejor con otro lugar promoviendo música nueva y extraña. Para guiarlos por su camino (que, spoiler alert, no durará por siempre), platicamos con algunos dueños de estos lugares para adquirir un poco de sabiduría acerca de cómo abrir un recinto secreto.

Aunque comenzó como una serie de shows semi secretos en el estacionamiento de Emily Carr, el Emergency Room en Vancouver encontró una bodega en el Este de Vancouver y se convirtió en uno de los recintos más vitales de la ciudad, incubando su escena noise y brindando un lugar para que tocaran bandas en ese entonces nuevas como White Lung, Nü Sensae y Justin Gradin de Shearing Pinx, cuya banda Mutators era uno de los actos recurrentes en ese entonces, también fue el tipo que firmó el contrato de arrendamiento para el lugar. “En ese tiempo no había ningún lugar para tocar en Vancouver tenías una banda de punk o de noise”, recuerda. “Había lugares donde literalmente nos cortaban la luz a media presentación y todo el mundo se tenía que ir. Justo en ese momento se presentó la oportunidad de comprar la bodega y sentí que era necesario”.

Años después, inspirados por el Emergency Room, un par de jóvenes decidieron fundar 360 Glen por razones similares. “Ninguno de los clubes de la ciudad estaban haciendo lo que yo creía que tenía que hacerse para respetar a la música en vivo y la electrónica”, dice el cofundador Anacasio (nos pidió no usar su nombre real). “Ningún club estaba dispuesto a darme un espacio un fin de semana sin querer cobrarme una cuota altísima o ponerme restricciones estéticas y/o de sonido”. De la misma forma, un promotor en Ontario (cuyo recinto está clausurado actualmente por lo que definitivamente no quiere que usemos su nombre) dice que se dio cuenta de que su espacio estaba llenando un nicho. "Cuando me di cuenta de que no había lugares que realmente representaran lo que yo como promotor o las bandas que generalmente agendo (punk DIY) significamos”, explica. “Ningún recinto de mi ciudad apoya los eventos para todas las edades o para la comunidad musical de la que formo parte. Dirán que lo hacen pero en cuanto se dan cuenta que no es redituable, lo dejan de hacer”.

Otros han encontrado sus lugares casi por accidente. Jason Wydra, dueño del Soy Bomb de Toronto (que es más bien una casa que de vez en cuando tiene fiestas con bandas), explica que él simplemente quería un lugar en el que pudieran caber él, unos cuantos roomies y una rampa de skate. Los shows se fueron dando orgánicamente, y él dice que el recinto ha "crecido antinaturalmente”. David Mattatall, un DJ y músico de Vancouver, tenía una fe similar cuando fundó su ahora extinto venue y tienda de discos. “Zoo Zhop inició como un espacio de improvisación y vivienda para mi banda, que se separó, y quedé atorado con un montón de espacio y renta”, recuerda. “Decidí convertir el espacio que teníamos en un lugar de conciertos sin importarme de donde iban a salir las cuentas… Entonces, creo que si quieres forzarte a hacer algo interesante con el espacio, tienes que comprometerte”.

No quieres rentar un espacio en medio de una colonia residencial. En vez de eso, quieres una locación que esté alejada de los vecinos pero que siga siendo fácil llegar a ella. Naturalmente, también tendrás que trabajar con lo que esté disponible. "La locación nos escogió a nosotros, pero si estuviera buscando, escogería algo en una zona industrial", dice Gradin. "Entre más genérico se vea el edificio, mejor".

"Era un lugar perfecto en la ciudad", recuerda Mattatall de Zoo Zhop. “¿Vecinos? Del otro lado de la calle estaba el Palacio de Justicia, pero ahí no se preocupaban si hacías ruido en la noche porque no había nadie. Al lado de nosotros había una bodega que pertenecía al putero más famoso de Vancouver así que nadie sabe qué mierda podía estar pasando ahí. Del otro lado estaba Don Pottie, un artista impresionante que ante todo era un gran seguidor del espacio y nos apoyaba cada que venía la policía. Era un gran hombre. Murió en el 2012. Era un gran tipo sin duda; sin su apoyo como vecino no habríamos podido existir tanto tiempo”.

“La locación exacta en realidad era un mezcla de cercanía con la gente pero al mismo tiempo tenía la distancia necesaria con vecinos que podrían quejarse”, nos cuenta nuestro amigo secreto de Ontario. "Eso y un arrendatario al que no le molestó lo que queríamos hacer”. Hablando de vecinos—si los tienes, no seas un idiota. Como explica Wydra, Es importante mantener la paz. “Se un embajador con tus vecinos”, dice. “Si hay algún problema, no actúes con esa actitud de mierda de “bueno, entonces a la chingada”. Tienes que actuar como, “Perdón, ¿cómo podríamos hacer que esto funcione?” Cómprales un cartón de cerveza y bárreles la entrada de su casa.

Una vez que hayas encontrado el lugar indicado, el siguiente paso es firmar un contrato. A pesar de que eso obviamente es una situación única para cada caso, asegúrate de mínimo leer la maldita cosa. O mejor, de hacerle cambios. Antes de moverse a Zoo Zhop, Mattatall revisó su contrato con un palillo para asegurarse de que se acoplaba a sus necesidades. "Cuando nos mudamos para usarlo como un espacio de improvisación, sabíamos que íbamos a tener shows de vez en cuando", recuerda. "Edité el contrato antes de firmarlo de una forma que fuera favorable para nosotros si descubrían lo que estábamos haciendo ahí. Vivimos ahí y quité cualquier referencia a que eso pudiera ser anulado del contrato. La cláusula de molestias decía algo como “ser una molestia para los vecinos” y la cambié para que dijera “ser una molestia irrazonable”. Sólo le agregé todo lo que pudiera ser benéfico para nosotros”.

Gradin también vivió un tiempo en el Emergency Room después de firmar su contrato. “Le disparé a las ratas con mi pistola de diábolos y mi roomie nos consiguió Disney Channel usando una cuerda de bajo como antena”. El tipo sin nombre de Ontario inteligentemente fundó una corporación de responsabilidad limitada con sus compañeros, cuyo nombre quedaba registrado en el contrato como inquilino. “Cuando estás trabajando bajo el radar, estás predispuesto a saber que hay algo mal en lo que estás haciendo”, dice. “Es por eso que firmábamos un contrato por mes”.

Dependiendo de donde vivas, las leyes pueden variar. Pero operar un recinto sin licencia atraerá inevitablemente atención no deseada de los poderes correspondientes. Al menos, tienes que estar seguro de que has leído las reglas. "Si estás abriendo un recinto ilegal, tienes que saber todo lo que puedas de estatutos y leyes en tu ciudad”, dice el tipo de Ontario. “Tienes que saber cómo podrían chingarte y haz todo lo posible para que eso no pase”.

“Tienes que saber cuál es el uso de suelo de la zona donde estás”, añade Gradin. “Cuando los policías llegaban al ER y decía que estábamos teniendo un evento privado, ellos siempre revisaban dos cosas: si tenía seguridad (no tenía que ser profesional, sólo alguien en la puerta que cuidara el lugar), y cuál era el uso de suelo de mi lugar. Yo tenía el derecho de uso de suelo como un estudio de grabación y lugar de ensayo, entonces tenía permitido hacer ruido técnicamente. No es caro conseguir esto y a fin de cuentas ayuda mucho”.

Como dice Mattatall, tu ciudad puede ser capaz de cerrar tu lugar por una noche pero es más difícil para ellos cerrar tu espacio definitivamente. "Si una ciudad en realidad quiere cerrar un lugar, tienen que llevarte a la corte", explica. "Eso le costará al gobierno mucho dinero, porque los abogados son costosos. Entonces la ciudad no va a hacer eso. Yo sabía que el gobierno no iba a cerrarnos. Nos iban a amenazar, y la policía tiene sus propios métodos, pero la ciudad no nos iba a cerrar. No es una ofensa que merezca arresto, la policía no te puede llevar a la cárcel por eso. Y la delegación no te puede llevar a la corte por un cargo criminal. No es nada. Entonces en realidad lo único que puede hacer la policía es cerrarte una noche".

Dicho lo anterior, si te metes en un verdadero problema y llegas a la corte, no te portes como un imbécil. “Si terminas en la corte, intenta no lucir como un tipo que dirige un recinto ilegal”, explica Gradin. “Una vez llegué con dos costillas rotas y un ojo morado, pero llevaba una camisa y una corbata, y me tomaron más en serio. Había otro tipo en el pueblo que también tenía un lugar ilegal y se vestía como un Bart Simpson gótico. Parecía que siempre estaba teniendo problemas con ellos".

Las posibilidades de que vaya a haber gente tomando alcohol en tu lugar son muy altas. Todavía más peligroso, puedes optar por vender alcohol. Esto también puede ser una bandera roja, así que ten mucho cuidado. “Si estás vendiendo alcohol ilegalmente no permitas que te descubran”, dice Mattatall. “Pero honestamente, eso tampoco es un crimen muy grande. Es un problema para los recintos legítimos si pierden su licencia de alcohol porque están perdiendo miles de pesos en potenciales ventas de alcohol, más allá de la multas. La multa es porque obtuviste una licencia de alcohol y abusaste de ella. Es una multa enorme en la provincia de la Columbia Británica. No soy abogado, pero con un recinto ilegal nunca te han dado una licencia. No te pueden quitar una licencia, sólo pueden ir detrás del individuo que está vendiendo la cerveza".

White Lung en el Emergency Room - Foto cortesía de Sarah Cordingley Flickr

Aunque todos podemos hacer énfasis en el punto de que él no es un abogado, Mattatall continúa con más explicaciones. "La delegación puede cerrar lugares legítimos porque les pueden quitar su licencia de alcohol. Nosotros nunca hemos tenido una licencia de alcohol. No hay algo que nos puedan quitar. Depende de la policía si quieren aplicar algún cargo por cualquier cosa, pero la policía no sabe qué cargos son aplicables, si acaso—te quitarán tu cerveza, probablemente. Eso nunca nos pasó a nosotros, porque nunca nos atraparon. ¡No dejen que los atrapen! No pongan el bar en un lugar abierto. Pon la barra tan lejos de la puerta como sea posible. Has que sea fácil esconderla en caso de ser necesario”. Si planeas vender alcohol sin pedir identificación (malditos anarquistas), estén conscientes de las consecuencias. "Averigüen cuál es la multa en tu ciudad por vender alcohol a menores", añade Gradin. "Ahorra este dinero de los shows, y siempre guarda ese dinero en un lugar seguro".

Una vez que tengas tu lugar funcionando, definitivamente va a empezar a hacer ruido entre tu clientela. Y una vez que eso suceda, los periodistas sedientos van a empezar a husmear. Aunque es un poco irónico mencionarlo aquí, tengan cuidado con quien hablan, y conozcan los límites de lo que quieran decir.

Nuestro promotor anónimo de Ontario está a la mitad del desmontaje de su lugar porque los periodistas locales comenzaron a hablar del espacio, atrayendo demasiada atención a él. “La gente escribía de él cuando les pedimos que no lo hicieran”, dice. Si volviera a ponerlo en otro lugar, dice que el ya no “publicaría la dirección nunca más y mandaría a la chingada a los periodistas que quisieran escribir del espacio”.

Por el otro lado, Mattatall encontró el éxito desde una perspectiva opuesta. Conociendo sus derechos en Vancouver, promovió abiertamente Zoo Zhop tanto como pudo. "Me metí en esto sabiendo que podía ser un dolor en las bolas para el gobierno, y eso hice", nos cuenta. "Y Zoo Zhop era tan escandaloso. Nos anunciábamos abiertamente. Fui al ayuntamiento y ellos sabían exactamente lo que estábamos haciendo”.

La actitud de Mattatall es la principal razón de que Zoo Zhop haya sobrevivido por cuatro años de renta. “Cada error que cometía, terminábamos arreglándolo”, recuerda. “No dejes que te quieran echar abajo. Se persistente. Encuentra las reglas, las reglas reales que rodean al asunto, para que puedas estar obstinadamente confiado de que lo que estás haciendo no te va a meter en muchos problemas”.

El promotor sin nombre de Ontario añade que tienes que cuidarte el trasero en cada paso que des. "Si estás haciendo algo ilegal, es cuestión de tiempo para que te atrapen, así que más vale que estés protegido".

Telephone Girls en el Zoo Zhop - Foto cortesía de Steve Louie Flickr

“No aceptes un no por respuesta—busca otra forma de hacerlo”, añade Wydra. “Si estuviéramos haciendo todo con los permisos adecuados, no existiríamos. No podríamos costearlo. Sería completamente insostenible. De hecho justo ahora no podemos sostenerlo, es un pasatiempo muy caro. Nunca conseguiré suficiente dinero para el equipo de audio con el dinero que consigo de los conciertos”. Gradin resume todo con su visión simple y trivial: “No se espanten, no lo piensen de más, sólo hagan lo que se les dé la gana”.

Aún cuando todo esté funcionando bien, probablemente no acabas de fundar el nuevo Auditorio Nacional—tu lugar definitivamente va a terminar tronando por alguna u otro razón. “Espera fallar y perder todo el dinero que estás invirtiendo”, dice Brent. “No hay forma de sentirte seguro si tienes un espacio underground. Un desempleado que espera que le den un trabajo en el estacionamiento del Wal-Mart tiene más seguridad de trabajo que el dueño de un lugar underground”:

Para Mattatall, Zoo Zhop tuvo que terminar simplemente porque su contrato se estaba terminando y el dueño del lugar le dobló el precio de la renta. Gradin dice que Emergency Room cerró durante su último show. “Tuvimos unos cuantos problemas y todos estábamos cansándonos del asunto de los shows, así que decidimos hacer una última fiesta y ahí dejarlo", recuerda. "Cuando llegaron los policías a preguntarme qué estaba pasando, les dije que estábamos teniendo un evento privado y que todo "estaba bajo control". El policía señaló a un grupo de adolescentes que estaban en la puerta del ER—uno de ellos estaba vomitando y los demás estaban tomando y fumando mota… Vancouver es un lugar anal. Quieren que obedezcas las reglas, pagues por estacionarte en la calle hasta las 10 de la noche y que nunca bailes. Pensar por tí mismo es un problema aquí”.

Ya que Soy Bomb es operado como una serie de shows caseros informales, no tienen presión de las autoridades y las cosas están relativamente calmadas. "Mucha gente comete el error de poner espacios DIY y convertirlos en un recinto viable, como un espacio legal en el que puedes tener un modelo de negocios", explica Wydra. “No conozco ningún lugar que haya intentado eso y haya durado. Creo que una de las cosas de las que estamos orgullosos en Soy Bomb es que, como no nos lo tomamos muy en serio, como no es un negocio para nosotros, hemos podido curar eventos y escoger bandas que nos gustan mucho sin ningún problema”.

Limpiar vómito, disculparse con los vecinos y esconderse de los policías puede hacer parecer esto como una empresa ingrata, pero a fin de cuentas son estos esfuerzos los que mantienen la cultura independiente viva. "Te hace pensar que no estás en este sistema regimentado de hacer las cosas—hay esta libertad”, dice Wydra. “No hay barreras, no hay última llamada. Es una vibra de reunión amistosa. Algo especial está pasando y no está restringido a los adultos. Eso impregna mentes de una forma severa. Me lo hizo a mí, y se lo está haciendo a miles de niños creciendo en Norte América y en el resto del mundo”..

Más allá de ser un facilitador, también están los lugares donde las nuevas ideas están naciendo. “¡Están creando todo!”, exclama Mattatall. “No hay cultura en los recintos grandes porque tienen una idea de que la cultura es bacteria. Está viva. Los rudimentos de todas las cosas que están en los otros lugares se dan en estos recintos más pequeños. Un cambio grande no viene de arriba, viene de abajo. Viene de un millón de recintos pequeños diferentes. Y cuando no tienes este ambiente, las cosas se estancan”.

Josiah Hughes es un escritor que vive en Calgary - @josiahhughes