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Música

Blasfemias, perversiones y Hamlet: Cinco minutos con The Tiger Lillies

Nos colamos en el camerino del Julio Mario Santo Domingo para hablar con el director de esta divertida banda inglesa.

Bogotá es una ciudad que emana cultura por cada uno de sus poros. Es una cosa insólita, casi todos los días hay un concierto, una exposición o algún evento. Sobre todo en esta época en la que se celebra la XV edición del Festival Iberoamericano de Teatro que irá del 11 y el 27 de marzo, en cada punto cardinal de esta monstruosa capital en donde se realizarán más de 110 presentaciones de grupos de teatro de todo el mundo. Entre todas las geniales locuras que se exhibirán, probablemente una de las más llamativas es la versión de Hamlet a cargo de la compañía danesa Theatre Republique y el grupo de música inglés The Tiger Lillies.

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Esta profana y peculiar versión del clásico de Shakespeare se presentará del 17 al 21 de marzo en el Teatro Julio Mario Santo Domingo. Los que conocen esta sala saben que es un lugar espectacular que queda muy, pero muy lejos y con tanto carro saturando las venas de la capital, llegar hasta allá es un acto de fe. Eso pensada durante la hora y media que pasé encerrado en un taxi, escuchando al conductor quejándose del tráfico y haciendo chistes malos. Pero hombre, por ver el ensayo de esta obra, vale la pena aguantar el trancón.

The Tiger Lillies es un trío londinense formado en 1989 que se caracteriza por su performance donde combina el teatro con música inspirada en los sonidos circenses y gitanos, mezclados con una fuerte actitud punkera. En sus canciones, este grupo habla de varias aberraciones sexuales, la blasfemia y los temas ligados a los más oscuro de la vida callejera. Lo obsceno, lo grotesco y lo perturbador son la esencia de este trío que con sus desafiante presentaciones, ha logrado que más de un viejo recatado abandone indignado la sala. “Me gusta provocar a la gente, retarla, shokearla. No me gusta solo hablar de flores, busco que las personas cuestionen sus creencias. Ya sabes, hacer que reflexionen un poco” dice Martyn Jacques, acordeonista, compositor y frontman de The Tiger Lillies, mientras se maquilla la cara en el camerino.

Tenía programado verme con Martyn temprano, pero el inclemente trancón bogotano lo impidió. Por suerte, este hombre gordo, robusto y de dientes amarillentos es un tipo tranquilo que mientras se pintaba la cara, no tuvo problema en darme cinco minutos de su tiempo. Lo primero que me llamó la atención en el camerino, es que su maquillaje blanco y negro es muy similar al que usan las bandas de black metal. Después de soltar una risotada, me dice con su inentendible acento británico que su banda es una especie de versión acústica del black metal.

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De la obra cuenta que está compuesta por 19 canciones y un 5% del texto escrito por Shakespeare. Esta es una adaptación moderna de la historia que usa recursos como arneses y marionetas gigantes para contar la trama. La banda aparece de forma superficial, como en un tercer plano, algo así como un narrador omnipresente que musicaliza las desventuras del atormentado y existencialista Hamlet. La escenografía, las expresiones de los actores, la música y el tono de la puesta escénica, le da un aire callejero y gaminoso a la presentación. Esta estética inspirada en lo más bajo y oscuro de la sociedad, es uno de los temas favoritos de The Tiger Lillies. “Si vas caminando por las calles de cualquier lugar siempre vas a ver muchas prostitutas, drogadictos y todos esos elementos lumpen que forman parte de la vida. A mi me gusta mucho hablar de eso”, dice Martyn.

El otro tema predilecto de este grupo es la perversión sexual. Algo muy presente en Hamlet. Para recordar los cursos de español del colegio, en esta obra la reina Gertrudis se estaba acostado con Claudio, hermano y asesino de su esposo, mientras el cadáver del viejo rey seguía caliente. Además constantemente hay un conflictivo romance entre el príncipe Hamlet y Ofelia. “Me hace feliz hablar de la prevenciones de la gente. La razón es que me parece muy interesante cantar acerca de personas que tienen sexo con ovejas o que les gusta meterse hamsters en el recto, hamsters congelados claro está. Además es algo chistosos y no hay que tomarse las cosas como tan en serio. Al final es humor”, comenta.

Para Martyn y sus compañeros de tarima, el mundo es un lugar absurdo lleno de seres ridículos y lo mejor que se puede hacer es burlarse de todo eso. Si no de qué otra forma podemos seguir nuestras mundanas vidas sabiendo que la gran parte del día no la pasamos viendo una pantalla, o viendo carros a través de una ventana empañada.

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Para toda la información sobre las presentaciones de Hamlet entren aquí y si quieren saber la programación de Festival Iberoamericano de Teatro entren por aquí.