Antes de que el DJ se convirtiera en una de las figuras musicales más deseadas (y de las más mofadas también), existían adolescentes obsesionados con la música que pasaban sus días y gastaban sus ahorros en encontrar joyas musicales. Cuando esta obsesión le llegaba a algún joven lejos de aquellas partes del mundo donde todo llegaba fácil, ésta búsqueda se hacía muchísimo más especial una vez descubierto el tesoro. Y esos hallazgos son mucho más significativos cuando en realidad lo que buscaban eran rarezas.
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