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Música

El cabrón que pudo con Kenia y Estados Unidos

Un gringo hizo pensar a un grupo de africanos que era un dios gracias a la portada de sus discos.

A orillas del lago Victoria, dentro del territorio keniano, habita una de esas tribus que están a punto de desaparecer, pero que bien han logrado sobrevivir hasta nuestros días. Son los Kipsigis, y es la tribu más numerosa que habita en aquella región, siendo igual de importante que los Masai (aquellos que vemos en todas las pinches fotos del National Geographic y demás), aunque pocos la conozcan. Por lo menos fuera de ahí. Es decir, ¿habías oído hablar de ellos alguna vez? ¿Y ellos de los mayas? En fin, podría decirse que los Kipsigis dejaron atrás sus tiempos nómadas y que ahora son un pueblo pastor, pero aún siguen circulando por aquella región del continente africano. Supuestamente cuentan con una tradición guerrera que los hacía pelear con otras tribus únicamente por pura diversión y entretenimiento. Ahora lo tienen prohibido y se dedican a comerciar piezas de ganado. No tienen jefes de ningún tipo. No hay un líder dentro de los Kipsigis, sino meros consejeros llamados Kiruogi. Pero vayamos al grano que todo esto, por ahora, vale verga.

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Los Kipsigis cuentan con su panteón. Hablo por supuesto de dioses, no de un cementerio, el cual seguramente tienen. Dioses. Los Kipsigis conocieron al Dios occidental durante la década de los 30 y 40. Los evangelizadores europeos se iban (se siguen yendo) a todas partes del mundo para intentar convencer a la banda de cambiarse al cristianismo, catolicismo, protestantismo, o cualquier otra cosa imaginable que involucre a Dios (occidental). Pero también conocieron a los colonizadores, quienes fueron llevando elementos culturales propios de Occidente, entre ellos también Dios, pero en su mayoría otras cosas, como la cerveza o qué sé yo.

Años después del primer encuentro entre europeos y Kipsigis, precisamente durante los años 50, el etnógrafo sudafricano Hugh Tracey llegó a Kenia con la intención de grabar la música tradicional de esta tribu. Entre muchas otras cosas, le llamó la atención que un mismo personaje jugara el papel central en tres canciones diferentes. Las tres versiones fueron grabadas, y en ellas el nombre de Chemirocha era el que saltaba al oído. Así pues, en los temas que fueron titulados “Chemirocha”, “Chemirocha II” y “Chemirocha III”, voces femeninas son acompañadas por un instrumento de cuerdas similar a la guitarra llamado chepkongo. Pero en cualquier caso, ¿de qué se trataba? ¿Un dios, un héroe? ¿Quién o qué es Chemirocha? ¿Por qué putas estaba en tres canciones diferentes cuando ningún otro dios o personaje del panteón kipsigi lo estaba? Tracey indagó más acerca de él, y a final de cuentas resultó ser un ente mitad hombre, mitad antílope, al cual las muchachitas kipsigis le bailan –o bailaban– en pelotas para mejorar su fertilidad. Sin embargo, la búsqueda de Tracey no quedó ahí. Encontró dentro de las pertenencias de algunos miembros de la tribu unos LPs de un cantante estadounidense. Su nombre, Jimmie Rodgers. Blue Yodel era el vinilo que tenían y el cual en repetidas ocasiones… No. En un putero de veces, escucharon una y otra vez sin parar cuando algún europeo, haya sido misionero o colonizador, dejó con los Kipsigis aquellos LPs y el reproductor de acetatos años atrás. Y sí. Chemirocha es Jimmie Rodgers. (O sea Jimmie, Chemi; y Rodgers, Rocha)

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Años y años de escuchar a Jimmie Rodgers les hizo creer que se trataba de un dios, o de un ser sobrenatural. No podían creer que un humano pudiera tener una voz tan angelical; tenía que ser un personaje mítico, alguien de otro mundo. Nadie puede cantar así si ha nacido en esta Tierra. Nadie en su puta vida como terrestre podría yodelear como Rodgers lo hacía. Eso pensaron, te lo pinche juro. Lo incorporaron a su panteón y lo veneraron porque para acabarla de fregar, su pinche música pone jariosos a los kipsigis. Y cuando la hormona mueve, quien la pare.

Lo curioso, en contraparte, es que Rodgers es considerado el padre de la música country, que a su vez es casi-casi por definición LA música de Estados Unidos. Qué pinche cabrón. Se apañó la música tradicional kipsigi y la música tradicional gringa. Lamentablemente para Rodgers, su vida se terminó muchos años antes de que Tracey llegara a las tierras habitadas por los Kipsigis, pero por lo menos este caso nos permite ver que realmente la música es un pedo muy cabrón. No me voy a poner cursi, ni mucho menos, pero es un lenguaje en el que vale verga todo y jala parejo con todos. Y así, en una última acotación, tenemos a Kría Brekkan, la cantante de múm, haciéndole un homenaje o simplemente siendo hipster con esto, a Chemirocha.

Bendito sea este mundo. Bendito Chemirocha.