FotoTorcida: la fiesta en las gradas de los estadios brasileños según Gabriel Uchida
Foto de Gabriel Uchida.

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FotoTorcida: la fiesta en las gradas de los estadios brasileños según Gabriel Uchida

El fotógrafo Gabriel Uchida pasó años retratando la realidad de las 'torcidas' organizadas de los equipos de fútbol, un grupo tan numeroso como demonizado por los medios en Brasil.

No recuerdo cuándo decidí de qué equipo me iba a hacer aficionado, pero en cambio recuerdo muy bien en qué momento me apasioné por esos colores. Un estadio lleno a reventar: banderas, música, tambores, cerveza y un tipo excéntrico que no paraba de gritar: "¡si no cantas, aplaude!". Todos ellos eran parte de una historia que nunca me habían contado antes.

Las 'torcidas' [aficiones] son parte del espectáculo tanto como Neymar o David Luiz. Para que tengáis una noción de la gente que mueven, diré que, según una encuesta del instituto brasileño Datafolha de junio del 2014, las 'torcidas' del Corinthians, el São Paulo y el Palmeiras suman un total de 56.739.148 personas. Por comparar, en España viven unas 47,737,941 personas según el Factbook de la CIA. Aún así, no hay ninguna publicación brasileña que cubra la realidad del fútbol en las gradas. Para compensarlo, el fotoperiodista Gabriel Uchida creó, en su primera visita a un estadio de fútbol, la página FotoTorcida.

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"Algunos amigos de São Paulo me dijeron que iban al partido entre Portuguesa y Santo André, en la última jornada del Campeonato Paulista del 2009. En aquel entonces yo estaba empezando en el mundo de la fotografía. No me interesaban los equipos: prefería simplemente pasear por las gradas. Acabé haciendo algunas fotos de mis amigos. Cuando salí del estadio, tuve una idea, y de ahí nació FotoTorcida", explica el propio Gabriel Uchida, que durante seis años colgó fotos históricas de las 'torcidas' paulistas.

Uchida es un tipo con gusto por el riesgo. ¿Sabéis aquel típico hermano que escoge invariablemente el mal camino? Pues eso. Tras muchas conversaciones y sesiones de fotos, el fotógrafo se convirtió en una figura importante y respetada entre los miembros de las 'torcidas' organizadas.

"En el inicio del proyecto, yo ya sabía que meterme en las organizaciones iba a ser la mayor dificultad. A las 'torcidas' no les gusta las prensa, y costó mucho que cambiaran de idea. En los primeros partidos, más que hacerles fotos yo me dedicaba a hablar con ellos", explica Uchida.

"Mucha gente se me acercaba a preguntarme qué estaba haciendo allí, y yo siempre fui muy franco: 'soy santista, del interior, periodista. El partido me da igual, lo que me interesa es la fiesta de la afición', les explicaba. Tuve la suerte de que la empresa tuvo éxito. Cuando la gente me veía, me relacionaban automáticamente con FotoTorcida".

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FotoTorcida logró que los aficionados de las 'torcidas' organizadas, históricamente demonizados por los medios deportivos, fueran retratados más allá de su controversia (aunque ésta no se olvidara). La historia, por primera vez, se contó de dentro hacia afuera y ganó una complejidad que iba mucho más allá del tópico violento.

"Mi idea siempre fue mostrar la 'cara B' del fútbol, enseñar que este deporte no solo son estrellas y glamour. Más que retratar el lado popular en general, sin embargo, yo siempre quise mostrar a las 'torcidas' organizadas. Todo el mundo les tiene miedo, la prensa no sabe cómo lidiar con ellos, la opinión pública siempre está en su contra. Yo no soy un defensor de las 'torcidas': yo solo intento humanizarlas y mostrar realmente lo que ocurre", me explica Gabriel en su casa mientras tomamos un té helado.

"La construcción de nuevos estadios para el Mundial es un pretexto para prohibir las 'torcidas' con el argumento de que todo sea más organizado y seguro", explica Uchida, que retrató a dichas 'torcidas' en el periodo previo a la 'gourmetización' del fútbol brasileño. La Copa del Mundo del 2014 transformó muchas infraestructuras históricamente populares en el coto privado de los aficionados ricos con palcos VIP.

Las sillas dificultan la vida de los 'torcedores', que desde la época de los regates de Garrincha asistían a los partidos de pie, saltando y cantando. El precio de las entradas merece otro capítulo: en 2009, el tiqué más barato para entrar en el estadio del Palmeiras costaba 27,82 reales brasileños (un poco más de 8 euros). Hoy, la misma entrada vale 76,25 reales (unos 22 euros). Este brutal aumento de los costes es uno de los mayores responsables del cambio de perfil de los aficionados que asisten a los estadios brasileños —y también de su paulatina desaparición de los campos. La media de asistentes que pagaban entrada para presenciar los partidos del Corinthians en el Campeonato Paulista del 2009 era de 22.358 personas; en 2015, ese número había caído hasta los 14.978.

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Buena parte de las fotos de Uchida para FotoTorcida se compilará en un libro. La mayoría de editoriales brasileñas no se han interesado demasiado por la publicación, y las que lo han hecho han sugerido precios desorbitados. Ello ha forzado a Gabriel a recurrir al país donde más se han publicado sus fotos: Alemania.

"Un libro de fotografía en Brasil es muy caro: como mínimo, 100 reales [30 euros]". Yo no quería un libro así. La mayor parte de mi público procede de las 'torcidas' organizadas y no puede permitirse pagar tanto", asegura Uchida. La edición alemana, que contará con unas 270 fotos, será bastante más barata, aunque no está previsto que se distribuya en Brasil.