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Música

Esa vez que la escalera de Björk le voló la cabeza a Oliver Sacks

“¡Son piedras de basalto!"

El fin de semana, The Guardian publicó un extracto increíblemente hermoso del nuevo libro de Bill Hayes, Insomniac City: New York, Oliver and Me, que habla de conocer, ser amigo de, y desarrollar una profunda relación con Oliver Sacks. "Era sin lugar a dudas la persona más inusual que he conocido, en poco tiempo me encontré no sólo enamorándome de O, sino algo más, algo que nunca había experimentado antes, lo adoraba", escribió Hayes sobre su relación.

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Todo esto es conmovedor y digno de comentar por más tiempo, pero había una parte del texto en particular que destacó, ya que parecía no tener nada que ver en la historia terrenal de Oliver Sacks, quien odiaba tanto la cultura pop que, al enterarse de la muerte de Michael Jackson, preguntó "¿Quién es Michael Jackson?". Fue en 2012 cuando Sacks y Hayes fueron invitados a la casa de Björk en Reykjavík después de que apareciera en su documental.

Hayes escribe acerca de lo bien que Sacks, el excéntrico autor y neurólogo británico, se relacionó con la cantante islandesa, posiblemente igual de excéntrica que él, a pesar de sus grandes diferencias que los hacían "genios compañeros, increíble e intuitivamente brillantes – siendo al mismo tiempo un par de amigos muy poco probables". Este párrafo en particular sobre su encuentro es suficiente para merecer una sitcom basada en la amistad entre los dos:

Después de comer, Björk nos llevó de la mesa, pasando por una pequeña puerta, a las escaleras. No eran escaleras convencionales de ninguna manera. Oliver, por siempre naturalista, sabía perfectamente: "¡Son piedras de basalto! ¡Parece una escalera tallada de una pared de basalto!". Björk asintió con la cabeza. Añadiendo a este notable vistazo: el barandal de la escalera espiral estaba hecho de costillas de ballena. Björk sonrió y ayudó a Oliver a subir. "Y esto" - apuntó a la brillante lámpara que colgaba iluminando la escalera - "lo hicimos mi hija y yo con conchas de almejas. No se suponía que fuera permanente, pero… nos gusta".

Hay algo en la idea de que Oliver Sacks, que no usaba computadoras, ni tenía relaciones sexuales, ni veía televisión, reconociera y se asombrara por un tipo de piedra (que se forma enfriando lava volcánica, a menos que algún geólogo iracundo nos quiera dar cátedra) en la escalera de Björk, que es igualmente reconfortante y gracioso. Insomniac City ya está a la venta en EEUU. No prometemos que haya más material sobre Björk en el que ella y Sacks queden unidos por más arquitectura. Aún así, parece una buena lectura.

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