Un médium en México: entrevistamos a Diosque antes de sus shows

Foto de arriba: Dafna Szleifer​

​Que sea Noisey el primero en prepararlos: cuando Juan Román Diosque se vaya de México habrá dejado tras de sí un tendal de cabezas rotas. El argentino se presentará este miércoles 28 en Toluca, el jueves 29 en Caradura,​ y el sábado 1º  de octubre en el Friendstival de la CDMX.  ¿En qué basamos tal seguridad? Veamos.

Si relevamos un poco las distintas reseñas sobre este músico de 34 años, podríamos elaborar un campo semántico más o menos así: Único, mutante, insólito, particular, personal, experimental, libre, intuitivo, surreal…. Y está muy bien, pero lo que aterrizó en el Aeropuerto Benito Juárez en la mañana del domingo no puede entenderse sólo por su sonoridad sorprendente o por esas extrañas canciones que uno parece haber conocido desde siempre en el instante mismo en que las descubre. Todo lo anteriormente escrito sobre la música de Juan Román entorna una puerta que no termina de abrirse, así que aquí va un último empujón: la obra de Diosque es un médium. Su alquimia electrónica y poética enlaza un aquí con un más allá del que sólo podemos dar fe porque -como sucede con las quásares en el espacio- recibimos destellos de su luz, partículas de su belleza.

Cuando un disco como Constante, por ejemplo, corre el velo de ese otro lugar donde la física es derrocada por la poesía y el tiempo se traspapela, quedamos expuestos ante una prédica de lo bello que no supimos desarrollar. No pensamos en tirar la primera piedra y escondernos detrás de ella ni entendimos que para el viento nosotros somos un centavo ni consideramos que el sol en la baldosa es la verdad rota. Al espacio donde la electrónica realza lo más humano de la canción y donde la paradoja poética expande la realidad hasta estallarla, ahí nos conduce Diosque para destruir nuestra percepción. Y regalarnos, tras el trauma, una diferente.

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Noisey: ¿Qué se siente estar en México por segunda vez? ¿Con qué expectativas preparan los shows?

Diosque:

El año pasado venimos por primera vez. Fue en el Festival Nrmal y estuvo buenísimo. Aunque los tiempos que corren y la tecnología ayuden, no deja de ser sorprendente ir a un lugar lejano y que la gente conozca tus canciones. Ahora volvemos y para mí es como tallar una piedra. Digo: ir enhebrando la relación con el público de un país lejano es como eso, como tallar una piedra. Tenemos muchas ganas de encontrarnos y profundizar el vínculo.  Es increíble esa oportunidad de mirarte a los ojos con alguien que está recibiendo tu música por primera vez.

Hace poco editaste un single con Julieta Venegas ¿Cómo fue tu experiencia con ella? ¿Cómo se dio ese vínculo?
Nos conocimos porque ella recomendó Constante en su cuenta de Twitter. Entonces aproveché y medio en un lapsus de atrevimiento le pregunté si le podía pasar una canción. El tema le gustó mucho y cuando vino a Buenos Aires lo grabamos. Con ella fue hermoso: las cosas fluyeron desde el primer momento. Apenas nos cruzamos musicalmente ya vimos algo en el otro y eso es algo muy especial que se da a veces. Muchas veces la música trabaja lo que no se puede preguntar y a nosotros nos pasó eso.

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Muchas reseñas de te han descrito como insólito, mut­ante, surrealista, ¿Por qué si en Argentina te consideran de esa manera, tienes público más allá de Buenos Aires en lugares como México, Colombia o Ecuador? 
[Risas] ¡Que digan que soy insólito como cantante está muy bien porque no lo soy! Mira, no puedo explicarte por qué sucede. Y más cuando en este mundo hay tanta injusticia. Que la gente ponga la oreja en la música que hacemos es maravilloso y prefiero quedarme con lo que se arma cada vez que tocamos. Por más que yo esté ahora en una compañía discográfica y que gracias a ellos y a Quemasucabeza [sello chileno que hizo la primera edición de Constante] yo esté aquí ahora, eso no alcanza para explicarlo del todo. Estimo que tiene que ver con los tiempos que corren, con Internet y con una industria que quiere mira  lo independiente y viceversa. Los tiempos cambian, hoy pareciera que las cosas se dividen entre mainstream y under, pero estoy seguro de que eso va a mutar para transformase en otro enfrentamiento que no sabemos cuál será.

Tus tres discos hasta el momento fueron hechos como solista, pero ahora estás girando y componiendo con una banda. ¿Cómo afecta eso al nacimiento de tus canciones? ¿Cómo será el nuevo disco de Diosque con otros recursos? 
Con la banda siento más estímulo para componer porque estoy conociendo y tocando con otras mentes. Mi modo de componer cambió, claro, lo hago pensando de otro modo y compartiendo un lugar con ellos. Es mucho más increíble porque nunca lo había hecho así. Creo que el próximo disco va a tener un pie en lo que es Constante, pero el otro 50% va a estar en otro lado y creo que ese lugar es el rock. Creo que va a tirar para el lado del rock.

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¿Qué cosas te disparan una canción? ¿Surge con una idea, una sensación, una palabra, algo que necesites crear o deformar?

Surgen de distintas maneras porque me surgen todo el tiempo. Siempre tengo una lapicera encima. Puede pasarme en cualquier momento. Antes de dormir, cuando recién me despierto, en la calle. Si se me viene algo para empezar una primera estrofa, mezclo eso con melodías que tengo en guitarra. Si veo que entre esas dos cosas huérfanas se llevan bien, me siento a escribir. Pero también me pasa que la canción me viene directamente y ya está, la canté. Como "Soy las seis". Ahí simplemente empecé a cantar ¿

qué será del día aquéeeel…?

​El primero en hablarme de ti fue Adrián Paoletti. Y siento que hay puntos de contacto entre su forma surreal de abordar la escritura y la mirada que existe en tus letras. ¿Puedes reconocerte en otros letristas o cantautores?
Wow, es muy lindo que digas eso porque soy un gran admirador de Adrián [Músico mítico y seminal del under argentino que influyó a decenas de bandas jóvenes]. ¡Cuando escuché "En busca de la canción perfecta" no lo podía creer! Tenía 17 años y me estalló la cabeza. Conocer su música y los discos del sello  Índice Virgen me impactaron muchísimo. Considero que me reconozco en él, en Gustavo Álvarez Núñez, Tanguito, Charly García, Luis Alberto Spinetta, Andrés Calamaro…. Charly es nuestro papá, el padre de los cantantes argentinos. Y Calamaro tiene una verborragia musical fantástica. Me reconozco en ellos….y en esta planta que estoy mirando ahora mismo.

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En tus letras hay una realidad que es contradicha por hechos ligados entre sí no por concatenaciones lógicas sino poéticas. Y la poesía es la amalgama que une los bloques de ese mundo potencial,  es el verosímil que nos permite tirar la primera piedra y escondernos detrás de ella. ¿Hay una falta de poética en la realidad que te lleva a volcar esa mirada? ¿O la realidad es inevitablemente poética y sólo hay que saber verlo de esa manera? 
"Soy las Seis​" habla un poco de este tópico. Primero creo que no es posible definir poesía.  Y creo que tampoco es posible definir realidad. Entonces ¿para qué queremos definir algo? Seguramente porque lo necesitamos. Y yo lo necesito también. Cuando algo nos interesa queremos saber todo. Imaginemos una chica que nos gusta; algo más vas a querer saber sobre ella. Creo que es inevitable "estar en la realidad", hay que pagar las cuentas de algún modo, siendo punk, hay que hacerlo. Pero una vocación o algo así que tenga que ver con el arte te orienta indefectiblemente a pensar de manera poética, "bohemia". Claro que sí, está en los de esta raza. Ojalá se vuelva a usar la palabra bohemia, es tan significativa.