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Música

'Straight Outta Compton' es el disco más gringo del siglo XX

Treinta años después, recordamos como N.W.A fue un caballo de Troya para introducir el gangsta rap a la clase media.
Giacomo Stefanini
traducido por Giacomo Stefanini
Milan, IT
Ruthless Records

Una vez que se calmaron las aguas —después de las cartas de acoso del FBI, después de la intimidación policiaca en su gira, después de los millones de dólares y después de que MTV cediera bajo el yugo del street knowledge—, los protagonistas de esta saga comenzaron a atacarse entre ellos. N.W.A, uno de los grupos más importantes creativa y comercialmente de la historia del rap, no pudo permanecer unido para darle un seguimiento adecuado a su obra maestra. Y así, Straight Outta Compton, el LP que cambió el equilibrio del poder en el hip hop hacia el Oeste, lejos de Nueva York, y sirvió como caballo de Troya para que el gangsta rap conquistara el corazón de los hogares de la clase media, quedó como el único testamento del grupo en el pináculo de sus poderes. El álbum ha sido estudiado y diseccionado y formateado para las pantallas de cine; ha sido sampleado y retrasado y despojado por partes, incluso convertido en municiones para peleas posteriores entre integrantes del grupo.

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Sin embargo, aunque Straight Outta Compton está ubicado con precisión en la historia del hip-hop (y en el organigrama de la cultura pop estadounidense de fines de los 80), no se suele entender como un punto de inflexión en la historia musical de Los Ángeles. Cuando una de esas peleas al interior del squad alcanzó su punto más álgido con "Real Muthaphuckkin G’s", el diss track de Eazy-E a Dr. Dre de 1993, el fundador del grupo se burló de su productor por haber adoptado la imagen callejera de N.W.A relativamente tarde en su vida. Lo que Eazy olvidó (u omitió convenientemente) es que esa era la fortaleza del grupo: N.W.A no era solo el producto del racismo de Estado y del sistema de justicia cobarde de California. También fue el producto de movidas atrevidas y descaradas en la sala de juntas corporativa, y en los clubes y discos brillosos y más decididamente "para adultos". Straight Outta Compton se reduce fácilmente a un par de declaraciones clave: "Fuck The Police" salta a la mente. Pero el disco es igual de fascinante cuando se lee como un acto de síntesis.

Hoy en día, la mera mención de Compton tiene un peso moral y narrativo extraordinario en el hip-hop. Kendrick Lamar, el artista más célebre del género para esta década, pudo usar el nombre de su ciudad como la forma abreviada de un linaje que los fanáticos del rap han internalizado. En los años 50 y principios de los 60, Compton era un suburbio aspiracional para los angelinos afroamericanos; en los años 80, cuando Dre, Eazy, Ice Cube, MC Ren, DJ Yella (y el otro miembro fundador, Arabian Prince) estaban rozando la mayoría de edad, Compton estaba en decadencia y con demasiados policías en las calles.

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Como ha sucedido en diferentes épocas y culturas, esta brutal penuria generó música brillante, pero al principio no tuvo nada que ver con rap callejero. La fundación creativa de N.W.A se remonta a Eve After Dark, un club nocturno en Avalon Boulevard que engendró al World Class Wreckin 'Cru, un equipo de DJs que incluía a Yella y Dre. El Wreckin 'Cru abarcaba toda la gama sonora de la época, de R&B a electro, y sirvió como laboratorio de pruebas para que Yella y Dre perfeccionaran sus habilidades en los decks y aprendieran a mover multitudes. También en Eve's fue donde el par de DJs trabó alianza con Ice Cube.

Cuando Eazy sintió la cosquillita de formar su propia disquera y, poco después, convertirse en uno de sus artistas emblemáticos, sabía que necesitaba un productor para que sirviera como columna vertebral de la música. La leyenda dice que en 1987, Eazy le pagó la fianza a Dre y lo sacó de la cárcel a cambio de sus servicios como productor. Lo que Dre aportó a N.W.A fue una amplísima paleta musical; además de, claro, la magia técnica y las habilidades de coaching en la cabina que hicieron que Eazy, de ser un amateur se convirtiera en una de las voces más distintivas del rap. En el momento en que N.W.A estaba grabando Straight Outta Compton, sus canciones se desdoblaban en grooves luminosos y llenos de aire ("Gangsta Gangsta"), el pánico absoluto de Public Enemy (en la canción homónima al disco) y jabs lúdicos ("I Ain’t Tha 1", "Parental Discretion Iz Advised"). El álbum incluso termina con "Something 2 Dance 2", un showcase de DJ que tiene más que ver con "Planet Rock" que con "P.S.K.", considerada la primera canción de gangsta rap de la historia.

Por supuesto, las imágenes de Straight Outta Compton que quedaron tatuadas en la memoria colectiva son del grupo vestidos todos de negro, atravesando el fuego y arrojándole piedras a la policía; la voz definitoria es la de Ice Cube, gritando contra policías abusivos. Es, no cabe duda, una canción de protesta. Estas eran voces marginadas gritando por encima del ruido. Pero la música que acompañó esos gritos no fue utilitaria. Fue una investigación compleja de los instintos que Dre et al. perfeccionaron después de vivir una infancia obsesionada con el baile, en uno de los barrios con mayor diversidad cultural, en la segunda ciudad más grande de Estados Unidos.

Como se mencionó, fragmentos de Straight Outta Compton fueron utilizados por los miembros beligerantes de N.W.A cuando estaban peleando uno contra el otro: las proclamas de Dre de estar libre de drogas en "Express Yourself", lo convirtieron en un blanco fácil para Eazy; cuando Ice Cube sacó "No Vaseline" en 1991, uno de los diss tracks más célebres de la historia, sampleó a Eazy diciendo "Ice Cube writes the rhymes that I say" de "8 Ball". Pero durante un breve periodo de tiempo N.W.A le atinó a la fórmula, con su mezcla perfecta entre lo comercial y la arrogancia, entre el sarcasmo y la furia. Straight Outta Compton es el contraste perfecto para la imagen brillosa y ruin que proyectaba la prosperidad troglodita de Wall Street en la época de Reagan, y fue un paso definitivo para que el hip hop terminara por ser el género dominante de la música estadounidense. Pero también es una cápsula del tiempo para revisitar lo que sucedía en las calles amplias y los clubes estrechos de Los Ángeles en el momento en que se hizo.

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