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Música

Oi! ain't dead: La historia del género más incorrecto de Colombia (Parte 2)

Cómo un género de la juventud obrera inglesa viajó más de 8 mil kilómetros para instalarse en Colombia.

Foto por Rado Imaging Lab

Oi! (o ¡Ey! en castellano) es una exclamación británica que acabaría dando nombre a un tipo de punk-rock inglés que surge en la década de 1970 y que describe un género enérgico, tribal y emotivo, interpretado por rusos, manufactureros y desempleados de toda Inglaterra. Aunque no representó una especial aportación musical a la historia del rock, significó la conformación de poderosas identidades alrededor del trabajo asalariado, la inconformidad y las relaciones sociales de la juventud de los barrios más pobres. En nuestro país, el grito encontró también las condiciones para gestarse. En Colombia, también se canta Oi! Oi! Oi!.

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Esta es la segunda parte de esta historia. (Para ver la primera parte haz click aquí).

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La politización musical o el lustro perdido del Oi!

Para muchos la política jodió el movimiento skinhead y de paso al Oi!. Existen diferentes posturas al respecto, pero es la izquierda quien suele verse como legítima dentro del género, mientras que se señala a la derecha como una invasora. Ahora, teniendo en cuenta que los chicos de la calle repudiaron siempre a los políticos, manteniéndose por fuera de esa esfera mucho tiempo, sería la derecha la primera en inmiscuirse en el Oi!, siendo además, en muy buena parte, la culpable de la estigmatización de los skinheads y su música. Sin embargo esto no significa que la línea conservadora o derechista no diera muestras de buena música.

Podrá ser un cliché decirlo, pero un ejemplo perfecto de lo anterior es Screwdriver, una banda que si bien era apolítica en su primera producción, inmediatamente giró hacia la derecha hasta convertirse en un grupo de descerebrados nazis. Ahora, si uno oye el All screwed up -su primer álbum- se encontrará con un discazo que lleva a todo amante del punk a pensar en estar recorriendo kilómetros de carretera a toda velocidad, mientras se cabecea frenéticamente al ritmo de unas letras rabiosas, honestas y directas. Se puede decir que los conservadores y los fachos supieron capitalizar muy bien su presencia en el Oi! mundial, aunque el otro extremo no se quedaría atrás con bandas como Angelic Upstars (South Shields, 1977), The Oppressed (Cardiff, 1981) o The Blaggers (Londres, 1988).

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En Colombia, pocas o ninguna banda de derechas logró hacer algo significativo, salvo Ressiduo (Medellín, 2006), una banda nacionalista a medio camino (en calidad y estilo) entre los chilenos de Curasbun Oi! y los españoles de Último Asalto, y que grabó un único largo llamado El estandarte del kaos en el 2010. Y pocas o ninguna banda de izquierdas logró hacer algo realmente relevante en el plano musical entrando en el nuevo milenio. Se podría decir que hay un lustro perdido entre el año 2000 y el 2005 -más o menos-, durante el cual la música Oi! en Bogotá se centró en la militancia política y descuidó el aspecto artístico, al punto de que no existen registros decentes de la marea de bandas que nacieron o crecieron en ese lapso.

Lo anterior se enmarca en un contexto específico. Previamente, en la capital de España -nuestra principal fuente de inspiración del género- habían sonado los anarquistas de Pisando Fuerte (Santa Coloma de Gramanet, 1983), que endurecieron el clásico Oi! acercándolo más al Rock Radical Vasco de bandas contemporáneas como Cicatriz (Gasteiz, 1984). Además todos los jóvenes punks y skins habían oído a 37 Hostias (Madrid, 198?), Andanada 7 (Madrid, 1988) o Matando Gratix (Madrid, 1991). Para principios del noventa, se vivía a nivel mundial, una mutación de la hegemonía Oi! hacia sonidos más pesados y reivindicativos, que encuentran su implantación en los altavoces con la aparición de grupos politizados como Ignotus (Móstoles, 1995) o, evidentemente, los míticos Kaos Urbano (Alcobendas, 1996).

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Sin embargo, sería el lanzamiento del álbum Orgullo Obrero en 1999 (uno de mis discos favoritos del punk en castellano) el que significaría la ruptura absoluta con el Oi! ochentero que masivamente había dominado el imaginario del género. El éxito de la banda fue tan rotundo que hizo que por toda Europa se escuchara y se siguiera a los madrileños, y que en Latinoamérica se identificara al Oi! con esta banda, aunque el sonido tuviese ya poco que ver con el desarrollo musical de éste. La suerte estaba echada, Non Servium había conquistado la nueva definición del Oi! y en Colombia los grupos que surgieron se ciñeron a la escuela del grupo de Móstoles.

Así, surgieron una infinidad de bandas que querían sonar como sus grupos favoritos. De la mano de Guerrilla Oi! (Madrid, 1998) o Curasbun Oi! (Santiago, 1995), quienes en 1999 sacan su primer material skinhead en América Latina bajo el nombre Punks y skins la: la historia kontinúa, surgen en el país grupos como Terrible Operario de Medellín, una banda que curiosamente recuerda a Maraboots (París, 2009) y como sonarían sus temas "La soup aux choubes" y "Parmentier"; o Komintern 43, quienes rompieron la tendencia de imitar el sonido de Móstoles para moverse un par de kilómetros y sonar más a Pozuelo/Madrid. Entre otros muchos, empezaron a hacer ruido grupos como Clase Nosstra, que básicamente sonaban a los Subestimados interpretados y grabados con mucho más esfuerzo que los segundos. Vozintierra, o los Adeptos Vehementes, una suerte de Suburban Rebels con serio acento metalero. Todos, de alguna manera, más que quejarse e hijueputear al mundo, llamaban a la acción organizada.

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Cabe destacar sin embargo a la joven Terror Skins (Bogotá, 2013) que, aunque proviene de esa interpretación “militarizada” del género, decide abrir sus influencias y darle un matíz a su música al incorporar el saxofón, construyendo poco a poco una identidad que recuerda a lo que hacían Stomper 98 (Göttingen, 1998) en su Für die Ewigkeit. Con dos grandes conciertos a sus espaldas, en los que compartió con bandas europeas de los años 80 como Evil Conduct, Terror Skins tiene la oportunidad de enderezar la historia del Oi! de izquierdas en Colombia.

Tercera oleada, la vuelta a las andanzas…

Entrado el siglo XXI, el panorama musical Oi! en Colombia no tenía nada por lo que ser resaltado si se compara con escenas como la chilena, donde incluso varias bandas lograron renombre internacional como los antifas de Curasbun Oi! o posteriormente los derechistas de Orgullo Sur. Sin embargo, el país aún tenía muchas cosas que decir y de esa necesidad salen sus grupos más representativos.

Exceso de Alcohol

En 2004 nace en Medellín una banda de efímero y poco éxito llamada Exceso de Alcohol. Su papel fue importante porque abrieron camino por nuevas tendencias, despegándose del sonido brutal de Non Servium, aunque no dejaron mucho material grabado. Su sonido y actitud recuerda poderosamente a la manera cómo berrearían los polémicos Shaved Dogs durante el 2005 en España, siendo también claras las influencias de grupos como Zakarrak, Close Shave (Birminghan, 1986) -sobre todo en la voz-, o Condemned 84 (Ipswich, 1980). La ciudad contaba con la solidez de su escena punk y guardaban algunas experiencias con el Oi!, por lo que era relativamente fácil que afloraran numerosas bandas de skins con sonidos street-punk. Acababa de sacar su álbum debut la banda The Clichés (Norrköping, 2003), al mismo tiempo que estaba a punto de publicar The Janitors (La Rochelle, 2003), haciendo de alguna manera que el r'n'r skinhead removiera las estancadas aguas del género.

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Urban Noise (Bogotá)

Urban Noise (Bogotá, 2006) podría ser la banda skinhead más famosa de Colombia y con más proyección en el exterior. Es también la cuna de músicos de otras agrupaciones del género. En ella tocan o han tocado miembros de Skandalo Oi!, The Adhocs (Madrid, 2015), Dead Hero (Bogotá, 2014), Aggro Gang (Bogotá, 2015), 45 Adapters (NY). El grupo arranca cuando un parche de amigos, que tocaba en una banda de rock politizada llamada Horda Roja, decide hacer una grupo de punk skinhead. Las influencias de Urban Noise son variadísimas, pero está claro que el núcleo de su sonido rinde tributo a bandas como Krawallbrüder o Toxpack (Berlín, 2001), cuya brutalidad y violencia corresponde con la idiosincrasia del bogotano de la época, como canta la banda capitalina en "Una vida de lucha": "soldados callejeros de la working class a bate y a cuchillo te masacrarán". Una música visceral y contundente que, con muchos coros y con líneas de bajo que se salen de las tradicionales del street punk, lleva ya 10 años creando pogos monumentales entre calvos y punks en toda Colombia.

En 2015 Urban Noise tocó junto a los franceses Komintern Sect (Orléans, 1980), banda clásica e institución del género, y Lion's Law (París, 2012), con un directo potente, sugestivo y que invita al desenfreno. También junto al Oi! folkero de la canadiense Jenny Woo (Edmonton, 2009. Ex Birds of Pray) y la dureza de los peruanos de Sangre Dorada (Lima, 2013) en el Bogotá Unity Fest 2015. En 2016 lanzan su segundo álbum Hasta en el infierno, de cuyo primer sencillo homólogo sacan un videoclip con Unity Records y Radion Collective.

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Yesterday's Heroes (Medellín)

Por otra parte, los paisas Yesterday's Heroes son la primera banda de la nueva generación de punk Oi! colombiano que se atreve a generar una propuesta bien producida. Muestra de ello es el lanzamiento de su EP La llama que nunca se apaga de 2016. Su identidad recuerda a bandas americanas tanto por la manera en que machacan el escenario, como en la rítmica y el imaginario patriota-romántico de su música. Ésta banda, que recuerda a los estadunidenses de Noi!se (Tacoma, 2010), especialmente en su álbum The scars we hide de 2014, tiene una voz muy potente que se acerca bastante al hardcore americano más punkarra, lo cual también hace pensar en sonidos de frontera hardcore/Oi! como la banda No Time (Pittsburgh, 2013).

Sus influencias son difíciles de hallar, aunque surge del ambiente del skinhead en Medellín que, para hacer un paralelismo con la escena que más nos ha influido -la española-, es la Barcelona de nuestro país: el apoliticismo del Oi! de la capital de la montaña hace que los límites entre el desinterés y la derecha nacionalista/regionalista se desdibujen y trastoquen, haciendo que los foráneos de Medallo, como es el caso de los bogotanos, sientan un natural recelo por las tendencias de las agrupaciones del género en esa ciudad. No por nada podemos asegurar que bandas como la derechista Offensive Weapon tiene definitiva influencia en el sonido de estos paisas.

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Dead Hero (Bogotá)

En la capital, la nueva generación Oi! surge del revival punk que, por fortuna, se ha ido cocinando de la mano de sellos y colectivos como Rat Trap. Así, de la gran banda de punk SECTA -antes Secta Suicida- (Bogotá, 2012), Paula -cantante- tomó prestados al guitarrista y el bajista (este último toca también en Urban Noise) con la intención de sonar al Oi! clásico, de reinterpretar los sonidos macarras de los años 80 del viejo continente.

La esencia del grupo me trae a la mente diversos idiomas y momentos. Estos rolos hacen una revisión que pasa por bandas míticas como Cobra (Osaka, 1982), Vice Squad (Bristol, 1978), Komintern Sect, Reich Orgasm (Orléans, 1978), Polikarpa y Sus Viciosas (Bogotá, 1995), Trotskids (Rennes, 1982), o X-Ray Spex (Londres, 1976). Podría decirse que lo que hace Dead Hero es una amalgama deliciosa de sonidos que ponen los pelos de punta dado que, en lo personal, me trae a la memoria todas esas bandas que marcaron la historia del género. Sacaron dos videoclips (uno autoproducido y otro en vivo con Blog ANTI) en 2015 y cuentan con dos trabajos discográficos: Seguimos en pie (Demo, 2015) y Antisocial (Split 12” con SECTA, 2015). Ocho canciones en total que suenan a una rebeldía inteligente repleta de escupitajos callejeros directos a la cara de todo tipo de imbéciles: posseurs, la policía, los políticos. Si los franceses de Reich Orgasm volvieran a tocar esas canciones que parecen sacadas del imaginario de películas de la época como Christiane F., probablemente querrían compartir tarima con Dead Hero.

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Unity Records y el sueño de la gran new-wave latinoamericana

Evil Conduct. [Foto por Rado Imaging Lab]. (Bogotá, Colombia 2015). Unity Gigs: Evil Conduct.

En esas famosas carreteras alemanas sin límite de velocidad -entre Osnabrück y Bremen-, dos bogotanos pensaron en generar un espacio de intercambio entre las escenas punkeras y skinheads de Europa y Colombia. Unity Records nace en 2014 cuando Mario Rivera Lombardi, viejo conocido de la escena underground bogotana, artista del tatuaje y dueño del emblemático estudio Bogotá Tattoo, y el cantante de la extinta banda española Drunken Bräwl (Madrid, 2009) se encontraban en una gira europea tatuando franceses, noruegos y polacos. Los dos soñaron con revolucionar la escena punk/skinhead desde lo musical y planearon crear un sello que grabara y distribuyera música, pero que además sirviera de puente para las bandas más reconocidas del género que quisieran conocer y tocar en el país cafetero.

Tras la conversación más imaginativa y emotiva que habían tenido en todo el viaje (pues el camino por carretera entre París y Hamburgo se hace eterno y hay mucho, pero mucho tiempo para hablar), se pusieron en marcha y comenzaron a trabajar en lo que más tarde sería el Bogotá Unity Fest 2015, un momento de quiebre para el Oi! de nuestro país.

Con este y un Unity Gig, empezó a surgir un cambio. Nuevas bandas empezaron a surgir. El paso de Contra Las Cuerdas (San José, 2014), Sangre Dorada, Excluded (México D.F, 2005), Lion's Law, Jenny Woo, Komintern Sect y los ahora extintos neerlandeses Evil Conduct (Roermond, 1984), puso a Bogotá a en el panorama internacional del género, creando redes para que lo nuestro también rompa fronteras.

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Dos videoclips en alta definición de sendas Live sessions se grabaron en Bogotá de la mano de los artistas audiovisuales españoles Cristian Mena y Marta Vizoso en los estudios de La Mano Peluda. Jenny Woo interpretó una versión acústica de su "Hated and proud" junto a Swann al contrabajo (Lion's Law), y Komintern Sect grabó el videoclip oficial del primer sencillo de su album D'une même voix: Nous marchons dans la rue.

Aggro Gang (Bogotá)

Las ganas de surgir se empiezan a cristalizar. Con este impulso creativo nace, entre otras, Aggro Gang (en cuya formación hay un ex Urban Noise y un ex Vozintierra/No One's Voice), una banda que suena a una Hawkins Thugs (Arrasate, 2012) menos saltarina y-principalmente en la voz- a unos 45 Adapters (Nueva York, 2008) menos refinados. Sus letras hablan de tópicos típicos como la cerveza o la lealtad a los amigos y, siendo una banda muy, muy patriota, las influencias de grupos ilocalizables europeas son bastante claras. Hace poco ficharon con el sello estadounidense Crowd Control Media (Contra Las Cuerdas, Klasse Kriminale, Wolf Bites Boy, etc) para sacar su primer trabajo en formato vinilo.

No One's Voice (Bogotá)

Con este grupazo llegamos a la última de las bandas de Oi! hecho en Colombia. De las cenizas de otros grupos de punk capitalino surge la propuesta liderada por un inmigrante ecuatoriano que creció musicalmente en nuestra tierra. Se trata de una agrupación que por inercia me suena a mezcla: cuando los oyes en vivo (porque aún no han editado nada) piensas en un punk-rock que ya no recuerda al parque y cartones de vino barato, sino que ofrece letras maduras que expresan ideas más complejas: su registro evoca sueños añejados en barrica, idealismos adormecidos pero no olvidados, amistad verdadera y no a colegueo callejero. A internacionalidad.

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Tendremos todavía que esperar a que salga su debut con Unity Records que se encuentra en grabación, aunque ya es posible encontrarlos en las tarimas de la capital. Si te gustaron Frontkick, Rude Pride, Perkele, The Clash o Piperrak, te gustará No One's Voice, una banda profundamente colombiana, pero definitivamente eficaz en todo el globo.

El género se ha mantenido en pie a pesar de más de 40 años de historia, por eso es importante recordar que todo fenómeno, musical o no, se explica y se comprende por su contexto. No funciona igual un país desarrollado en la década de los 80 que uno en vías de desarrollo en nuestra época. No se entienden de la misma forma los anhelos e inquietudes de los trabajadores de un estado de bienestar que los de un país empobrecido y en guerra. Han sido muchas las variaciones a través de los años, sin embargo, toda esta construcción simbólica ha mantenido con vida al género a lo largo del tiempo y es deber de los amantes de la música seguir cultivando un tipo de punk que, ante todo, es profundamente auténtico, y donde muchos seguimos encontrando un estilo de vida.

Larga vida al Oi!

*BONUS

Discografía/filmografía recomendada de “la politización musical”:

Non Servium: Orgullo Obrero (LP 1999)
Kaos Urbano: Bronka y Rebelión (LP 2001)
Comando Suicida: Argentina Despierta (LP 1994)
Daniel Schweizer: Skinhead Attitude (Documental 2003)

Discografía/filmografía recomendada de la “tercera oleada”:

No Time: You'll Get Yours (LP 2016)
SECTA: Secta Suicida EP (EP 2014)
Lion's Law: Watch 'em die (EP 2013)
Dead Hero: Seguimos en Pie (Demo 2015)
Rude Pride: Be True To Yourself (LP 2015)
Komintern Sect: Komintern Sect, Lion's Law and Jenny Woo in Colombia (Documental 2015)

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