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Música

"No me llores más": Marc Ribot regresa a Colombia junto a Los Cubanos Postizos

Marc Ribot pisará nuevamente Colombia. Esta vez junto a Los Cubanos Postizos en Jazz al Parque 2016.

Marc Ribot, con su ingenio, ha sido una mano invisible creadora de un verdadero universo en el colindan y conviven lógicas y fuerzas sonoras, a menudo, diametralmente opuestas. En las manos de este guitarrista norteamericano se concentran grandes milagros de la música: la contundencia interpretativa en su agrupación Ceramic Dog; la capacidad improvisatoria en proyectos del movimiento del No wave neoyorquino como The Lounge Lizards; la disciplina y esmero por la memoria, enalteciendo las composiciones del compositor y guitarrista haitiano Frantz Casseus; y la capacidades histriónicas al generar choques entre el punk-funk y la música soul de Filadelfia con su agrupación The Young Philadelphians. Estos son apenas algunos ejemplos que dan prueba de su gran versatilidad y virtuosismo. Su particular estilo ha ayudado, desde los setenta, a consolidar el sonido de muchos otros proyectos alrededor del mundo. Ha participado con incontables músicos. La lista es tan diversa que va desde Tom Waits hasta Aterciopelados, pasando por John Medeski, Caetano Veloso, Vinicio Capossela, Susana Baca, John Zorn y Elvis Costello, por nombrar solo algunos.

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Los Cubanos Postizos, proyecto con el que vendrá a Jazz al Parque, nació a finales de la década de los 90 a partir del amor, del estudio y de la apropiación por parte de Marc Ribot de las composiciones del tresista y director cubano Arsenio Rodríguez, llevándolo a su propio lenguaje musical. Su visión de la música de Arsenio Rodríguez, tan auténtica y original como transgresora, dejó dos álbumes titulados The Prosthetic Cubans (Atlantic, 1998) y Muy Divertido (Atlantic, 2000). Este sábado 10 de septiembre en Bogotá vendrá con todos sus miembros originales: Anthony Coleman (teclados), Brad Jones (Bajo) y EJ Rodríguez (percusión), con la participación del cubano, Horacio "El Negro" Hernández en la batería.

Marc Ribot ha venido varias veces a Colombia, presentándose en solitario y una vez con su agrupación Ceramic Dog en el marco de la edición 2012 del Festival Distritofónico que se realiza en Bogotá. Ha tocado en el Museo de Arte Moderno de Medellín, en el Auditorio Comfenalco de Buenaventura y en la sala de conciertos de la Biblioteca Luis Ángel Arango. También se presentó junto a Edson Velandia en un "mano a mano" en el teatro Roberto Arias Pérez de Bogotá y se rumorea que alguna vez tocó en el bar El Anónimo de Bogotá junto a Urian Sarmiento (Curupira) y Eblis Álvarez (Meridian Brothers). Lo que sí es seguro es que se trata de su primera vez en Colombia con Los Cubanos Postizos.

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Hablamos con él con motivo de su presentación en el festival Jazz al Parque 2016, y esto fue lo que nos dijo.

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Sabemos que la música cubana, y específicamente la música de Arsenio Rodríguez, son un elemento fundamental en Los Cubanos Postizos, pero ¿de dónde viene tu interés personal por ellas?

Como guitarrista, cuando escuché la música de Arsenio Rodríguez, me impresionó mucho su forma de tocar el tres cubano. Era como una combinación de Jimi Hendrix y Duke Ellington. Era un gran líder de banda, un gran compositor, pero también un gran intérprete, un gran músico. Me empecé a interesar por él y por la música cubana casi de inmediato. Además de todo esto, me di cuenta que estaba viviendo en un área de Nueva York en donde compartía con muchos latinoamericanos, más que todo puertorriqueños, aunque también cubanos y peruanos. Naturalmente se escuchaba mucha salsa y también son. A pesar de que yo era muy curioso, realmente no sabía mucho de ella. En ese momento no era música que yo pudiera tocar. Luego sucedió un evento que cambió un poco las cosas.

Al comenzar la década de los noventa, cuando cayó el muro de Berlín empezaron a llegar montañas de discos de artistas cubanos y latinos mediante varios sellos discográficos de Alemania del Este. La verdad es que la música que yo estaba escuchando, o más bien que la gente estaba escuchando, era música de alrededor del mundo: música africana, música de los Balcanes, pero también música cubana. Años antes yo tenía un par de discos de Eddie Palmieri y de Tito Puente, pero a raíz de esta llegada masiva de discos, comenzamos a descubrir montones de música cubana. En ese tiempo mi amigo Anthony Coleman, que toca teclados en Los Cubanos Postizos me presentó a Arsenio Rodríguez. Ahí fue donde realmente conocí su música.

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¿Cómo fue adentrarse a interpretar esta música?

La forma en que aprendí estas músicas fue simplemente tocándolas yo mismo. Decidimos crear una banda que interpretara esta música, para aprenderla, para estudiar: Los Cubanos Postizos. No pensamos que fuera a volverse tan grande. Pensamos que llegaríamos a tocar en alguno que otro bar pequeño y practicar unos buenos años. El azar y la suerte… en nuestra tercera fecha firmamos un contrato con Atlantic Records.

Lo que estábamos haciendo era muy, muy distinto a lo que Arsenio Rodríguez hacía. No teníamos vientos, no teníamos coristas en realidad ¡eran más gritos que coros! Pero, sabes, era el formato de una banda de rock y queríamos tocar esa música de todas formas. Yo trabajaba muy juiciosamente sacando todas las frases que Arsenio Rodriguez hacía en sus composiciones y en su interpretación del tres. Las transcribía en partitura y luego trataba de crear un arreglo para guitarra eléctrica que tuviera algo de sus líneas de vientos, algo de sus coros, una de sus líneas de bajo, algo de su tres cubano, algo de la melodía de la voz principal, en fin, un poco de todo lo que conforma la música de Arsenio. El arreglo lo componía para mi guitarra y luego se la enseñaba al grupo. Todo esto sumado hizo que me envolviera con el proyecto.

¿De donde viene el sonido distorsionado de Los Cubanos Postizos? ¿Qué te llevó a incorporar este recurso?

Me gusta que me preguntes por eso. Una de las cosas que más me llamó la atención del sonido de Arsenio Rodríguez y también de algunas de las grabaciones de ese tiempo es que en muchas de ellas el tres cubano sonaba muy distorsionado. En su sonido realmente se siente esa tecnología analógica de tubos y transistores. Finalizando la década del noventa, la tecnología del audio migraba rápidamente al ámbito digital, en donde poco a poco se fueron metiendo las tarjetas de sonido. Algunos de nosotros, y en realidad la gente que podía costearlo, estaba decidiendo trabajar con la tecnología analógica. Sin embargo, al mismo tiempo, en Cuba todas las orquestas y bandas grababan con la tecnología analógica, simplemente por que esa era la que tenían disponible allá. En ese momento además estaba trabajando en muchas grabaciones con T Bone Burnett en las que también estaba explorando la distorsión que podía generar esta tecnología.

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Creo que la manera en la que Arsenio Rodriguez grababa con esta tecnología su tres generaba una distorsión que, guardando las proporciones, era de alguna forma muy cercana a la del punk rock. Tal vez él hubiera querido un sonido más limpio, no sé. En todo caso así fue como quedaron sus grabaciones y así fue como las escuché yo. Eso explica ese sonido distorsionado y un poco punk de Los Cubanos Postizos.

A propósito, ¿es del todo cierto que empezaste haciendo punk? ¿Cómo llegaste a juntarlo con la música improvisada?

Bueno, en realidad empecé haciendo muchas cosas. Empecé tocando en bandas de rock durante finales de los sesenta y al mismo tiempo estaba aprendiendo guitarra clásica con mi maestro, Frantz Casseus, pero esa es otra historia. Posteriormente estudié jazz. Cuando me mudé a Nueva York a finales de los setenta, parecía que parte de la música más interesante de la ciudad nacía en clubes y bares asociados con el movimiento No wave, con el Downtown y con el punk. Eso me llevó a conocer la música de James Chance, la de Arto Lindsay, la de grupos como The Lounge Lizards o DNA. Conocí grandes músicos con los que tuve luego la oportunidad de trabajar. Ellos a su vez me permitieron conocer a otros grandes músicos, y así.

Hablando de grandes músicos quería preguntarte por tu amistad con Anthony Coleman, quien además toca los teclados en Los Cubanos Postizos. ¿Cómo lo conociste y qué te llamó la atención de este personaje que es un paradigma de la escena del Downtown en Nueva York?

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Anthony realmente es un viejo amigo. Él es un gran compositor y tiene un conocimiento muy profundo acerca de la composición contemporánea. Yo escucho en sus composiciones una disciplinada atención por la forma y la estructura musical, que sin duda respeto muchísimo. Veo la intención de construir un puente entre la composición clásica con toda la tradición y meticulosidad, y la música que tanto él como yo amamos: la improvisación libre, la música de los balcanes, la música cubana y el jazz. Veo un puente que une de alguna forma concepciones afro-lógicas y euro-lógicas de la música. Si el término Downtown tiene algún significado, ese sería el significado más amable y generoso que yo le pudiese dar. Todos los compositores de mi época hemos tenido que enfrentarnos a esa realidad: es muy difícil componer algo que suene tan bien como sonaban los grandes improvisadores del free. Los compositores de mi generación han tenido que hacer un arduo trabajo.

Sabemos que todos los Postizos participan además en muchos otros proyectos en sus carreras. Quisiera preguntarte por ese estado itinerante entre la actividad y la inactividad que han tenido Los Cubanos Postizos. ¿Cómo planteaste inicialmente el proyecto?

Hmm, creo nunca hemos estado completamente inactivos. Siempre hacemos un par de toques a cada tanto. Al comienzo fue todo muy intenso y llegamos a un punto en donde tuvimos que tomar una decisión. Como te decía, esto fue un proyecto con el que me involucré y además amo esta música. Estoy muy contento contento con el trabajo que hemos hecho y con los discos que grabamos, pero "uno no puede ser postizo por tanto tiempo". Me di cuenta que, o me mudaba a Cuba por un tiempo a estudiar de fondo el lenguaje de su música para convertirme en un compositor como Arsenio Rodríguez, lo cual hubiera sin duda significado mucho en mi vida, o decidía regresar a continuar con los demás proyectos que tenía. Y decidí mantener esto vivo, pero al tiempo seguir adelante con mis demás proyectos. Esta es una de las razones por las cuales puedo viajar con ellos a Colombia, por ejemplo.

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Cambiando un poco de tema, quisiera saber ¿como llegaste a colaborar con Tom Waits en el álbum Rain Dogs? ¿Cómo terminaste trabajando con él?

A principios de los ochenta estaba tocando con The Lounge Lizards… en realidad estaba tocando con otros proyectos también, como con esta banda medio punk, R&B llamada Brenda and the Real Tones. Tom Waits estaba viviendo en Nueva York y por la época estaba preparándose para hacer Rain Dogs. Me imagino que salía a ver lo que sucedía en la escena neoyorquina y a empaparse de la música local. Él me vió tocar con estas dos bandas The Lounge Lizards y Brenda and the Real Tones. Con ambas se metió a cantar mientras tocábamos. Recuerdo una víspera de año nuevo en donde cantó el Auld Lang Syne a la media noche. Yo quedé impresionado por cómo esa voz tan gigante podía salir de un tipo tan flaco. Creo que a él le gustó como yo tocaba la guitarra porque me invitó a participar en Rain Dogs. Luego hice la gira con él.

Has colaborado con muchos músicos de todo el mundo, incluyendo músicos colombianos. ¿Bajo qué parámetros decides participar en un proyecto al que te inviten?

¿Sabes? De alguna forma yo vivo muchas vidas separadas. Con mi propio trabajo tengo ideas muy estrictas de cómo quiero sonar y de lo que quiero hacer. Pero al mismo tiempo soy un músico de sesión profesional, lo que significa que ayudo a otros artistas a darse cuenta de lo que quieren hacer. Algunas veces resulta que su trabajo es exactamente lo que yo hubiera hecho musicalmente, otras veces simplemente disfruto el oficio de tocar guitarra encima de las grabaciones de otros músicos. Me gusta grabar. He tenido la suerte de haber podido trabajar con personas que respeto y admiro mucho.

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Cuéntanos un poco de tu trabajo con el soul y la música de Ornette Coleman en tu último trabajo con The Young Philadelphians.

Como has de saber, la industria de la grabación no está muy sana que digamos en estos últimos años. No hay mucho dinero con qué grabar. Quería hacer este proyecto y ya había trabajado con Jamaaladeen Tacuma y Calvin Weston, y siempre habíamos querido grabar juntos. En este disco por fin lo logramos. Jamaaladeen y Calvin fueron la sección rítmica (bajo y batería) de uno de mis álbumes favoritos de todos los tiempos Of Human Feelings del saxofonista Ornette Coleman y su ensamble Prime Time. Las versiones tempranas del proyecto eran pura improvisación, solo teníamos la idea de trabajar juntos. Luego el proyecto tomó más forma cuando decidí crear ese lenguaje común a partir del material del soul de Philadelphia, la música punk-funk de Ornette Coleman y su ensamble Prime Time. Nos juntamos con la guitarrista Mary Halvorson y este año grabamos junto a un trío de cuerdas en Japón.

Hablemos de la música de Colombia. ¿Qué relación tienes con ella?

Antes debo confesar que soy pésimo con los nombres. He escuchado músicos colombianos impresionantes. Antes de haber ido por primera vez a Colombia, toqué con el grupo Cumbiamba del percusionista colombiano Martín Vejarano en Nueva York, así que tengo un interés por ese tipo de música colombiana. Anteriormente grabé las guitarras del álbum Caribe Atómico de un grupo llamado Aterciopelados. Pensé que eran bastante hip y lo que hacían era realmente bastante avanzado para su momento, era una cosa post rock, me gustó mucho. Wow, esto fue hace casi 20 años ya.

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He estado en Colombia varias veces. Estuve en Cali, y vi grandes similitudes y diferencias entre el son cubano y la salsa de Cali. Ambas son ejecuciones que me gustan mucho. Toqué en Buenaventura el año pasado. Tienen una música con mucho sabor, son increíbles. Con Los Cubanos Postizos hemos tocado varias veces en Argentina, hemos tocado en Brasil, hemos tocado en México, pero será la primera vez en Colombia con este proyecto y estoy muy contento por eso.

Para terminar, quería preguntarte por la película Rodrigo D No Futuro y por su música. Sé que la has visto. ¿Qué opinas de ella?

¡Oh claro! Vi esa película cuando salió. Primero que todo me parece que es una gran película. Segundo, quedé muy sorprendido de ver la escena punk que surgió en Medellín en esta época. Si lo piensas, muchas veces los entornos violentos, generan músicas que ha menudo no son violentas. Por ejemplo, la música que más se escuchaba durante la segunda guerra mundial en EE.UU. era la de Frank Sinatra. Pero esta es una música violenta que se genera en un entorno violento. Me parece una música muy real y muy hemosa. Cada lugar del mundo tiene su propio universo musical y no me cabe duda de que Colombia tiene en el suyo propio.

Escucha los álbumes de Los Cubanos Postizos aquí abajo.

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