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Música

Los hopers se toman el mic

A propósito del escándalo de amenazas contra IDARTES, nueve raperos bogotanos alzan la voz contra el estigma y a favor de la legitimidad de su movimiento. Continúa la discusión.

Esta semana publicamos una polémica entrevista en la que Félix Báez, ex funcionario de IDARTES (Ver entrevista con la entidad por aquí), confesó ser víctima de amenazas por parte de cierto sector del movimiento hip-hop bogotano durante su gestión.

Con el ánimo de detonar una discusión urgente sobre la peligrosa asociación entre música y violencia, pero más allá de eso, sobre el papel de la misma en la construcción de paz, no solo publicamos sus declaraciones, sino que hoy también invitamos a algunos líderes hip-hoperos a compartir su opiniones frente al tema. Hombres y mujeres, activistas masivos y de nicho, artistas y gestores del norte y del sur recibieron nuestra llamada. Al final, logramos reunir nueve voces de algunas cabezas visibles de la escena que nos dieron su opinión alrededor de tres puntos: los incidentes presentados, el estigma que rodea al hip-hop y el diálogo con la institución de cara al futuro.

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Lo que viene, pues, es un intento por comprender, a través de un coro compuesto por voces diversas, la visión de un movimiento cultural tan poderoso como protagonista en una sociedad que tiene por tremendos desafíos por delante. Porque la guerra y la paz también pasan por el hip-hop.

Que tiren la pista. Los hopers se toman el mic.

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Don Popo

Escritor, rapero, actor. Cabeza de La Familia Araya, organización emblema activista del hip-hop en Colombia.

Sobre los incidentes

El hip hop es un movimiento social de millones de participantes en un país como Colombia. Jóvenes que en su gran mayoría están tratando de construir un proyecto de vida. Líderes que están construyendo paz desde sus diferentes iniciativas y prácticas artísticas y culturales. Nosotros no somos un grupo armado, no somos un cartel ni una mafia, para decir que nos organizamos para mandar a matar gente. El movimiento hip-hop ya está estigmatizado por algunos sectores, pero ñeros, gamines, desorganizados, peleones e inconformistas hay en todos los movimientos, desde el rock hasta la iglesia. En todos los campos de la sociedad hay personas que carecen de ciertas habilidades sociales, pero esto no significa que nuestro movimiento como colectivo lo sea. Por eso, para mí esto debería equilibrarse. Es un estigma peligroso, riesgoso y desproporcionado. No fue el movimiento hip hop quien amenazó.

Sobre el estigma

Lo primero es que la ciudad y el país y las personas debemos reconocer que hay una problemática social. Un deterioro. Es la ciudad la que tiene a jóvenes metidos en el delito porque hay carencias, no hay oportunidades laborales o expectativas económicas más positivas y rentables que las que da la criminalidad. Es el país el que tiene un conflicto armado que ha arrojado a los jóvenes a las prácticas degradantes de la humanidad. No es el movimiento hip-hop el que ha generado esto. El hip hop como cultura, como arte, no anda profesando violencia. No hay ninguna persona en un cartel que diga que es hip hoper. No hay grupo armado que diga que es hip hoper. Las personas que están deteriorando el país no son los hip hoper. Son personas que son producto de una sociedad deteriorada. Es el país el que tiene esta problemática social. El hip-hop como expresión artística y como práctica cultural tiene unos principios de creatividad, de cultura, de expresión, de productividad, de colectividad, de construcción y de autosuperación. El hip hop sirve para transformar los contextos, para ejercer liderazgo. Es además una cultura diversidad y cualquier persona puede participar. Ahora, que si algunas de las personas nocivas que tiene el país se identifican con este arte, bueno, pero esto no hace que el arte sea el canal de corrupción. El hip-hop es una cultura de producción de paz. Esa es la única verdad.

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Sobre el diálogo entre el hip hop y la institución

Hace treinta años que el hip-hop está activo haciendo. La familia Ayara cumple este año veinte años. Como artista, llevo 26 y seguiré. Y las personas saben quiénes somos los que hacemos buenas práctica, cuáles somos los que hacemos construcción de país a través de este arte. La institución lo sabe. El problema es que como algunos funcionarios tienen intereses privados en ciertos programas y proyectos, no les conviene sentarse a la mesa con los líderes de mayor criterio, entonces hacen procesos con otras personas que también hacen hip-hop de pronto con menos capacidad de interlocución o de concertación para favorecer sus intereses. Y ese es el problema eterno que ha tenido el hip hop.

Palabras finales

Nosotros, los líderes reales del hip hop, somos una ciudadanía con un proceso organizacional activo que conoce los barrios, conoce las problemáticas, las dinámicas y también las soluciones. Las venimos proponiendo de manera histórica, conteniendo el conflicto, empoderando a los jóvenes para que encuentren un proyecto positivo. La invitación es que a que la nueva administración se acerque a nosotros desprevenida de prejuicios, de estigmas, de intereses particulares, se siente en la mesa y desde ahí empecemos a construir ciudad.

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Lucía Vargas

Productora de sonido y radio. Ha incursionado en el activismo político, social y cultural. También es docente y ha participado varias veces en Hip-Hop Al Parque.

Sobre los incidentes

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Más allá de que haya sido un ex funcionario de IDARTES o más allá de que sea algo que tiene que ver con el hip-hop, realmente es alarmante que se generen amenazas a cualquier ser humano. A ningún ser humano lo deberían amenazar.

Sobre el estigma

La gente tilda muy mal a Hip-hop al Parque, pero a nivel mundial es un referente. Yo he tenido la oportunidad de viajar a muchas partes del mundo y la gente referencia mucho lo que se hace en Hip-hop al Parque acá en Bogotá. Quizás acá no lo valoramos tanto, pero es algo que hay que cuidar. Violentar a alguien por el hecho de manejarlo lo que muestra es inmadurez, hasta paramilitarismo infiltrado en cosas que no debería. El arte en su esencia es puro. Por eso, creo que la única manera de salir de esto es madurando. Teniendo conocimiento frente a lo que está pasando y frente a lo que queremos nosotros como integrantes de una cultura. Más que mostrar, es sentir con el corazón qué significa para nosotros el hip-hop y cómo ha transformado nuestra vida, y luego ya de reconocer esta transformación, hacerla colectiva. Si una persona no se ha transformado individualmente va a ser muy difícil que realmente transmita. Y la transformación no pasa por lo material. Es una transformación que nos hace más conscientes. Más humanos.

Sobre el diálogo entre el hip hop y la institución

Realmente esto depende de cada persona. De la convicción que tenga cada persona frente a la institución. Yo por ejemplo nunca he sido muy cercana a las instituciones, siempre me he mantenido con la autogestión. Si he participado en festivales es porque me han llamado, pero realmente yo siempre he sido muy lejana de la institución justo porque vengo de procesos anárquicos de punk, de metal, de hardcore, entonces creo mucho en la autogestión. Entonces por mi parte no he sentido la necesidad de establecer un diálogo con la institución. Si uno hace bien las cosas, las cosas se van a dar. No necesitas de esto para salir adelante, necesitas es de tus ganas de salir adelante. Este diálogo depende de la gente que quiera vivir de eso, pero yo me alejo de esos problemas que solo generan malestar. En cuanto a las personas que quieran hablar con la institución, tendrán que hablar de una manera madura, como adultos, porque ya no estamos hablando de problemas de niños. Hablando se soluciona todo.

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Palabras finales

Cuando se piensa en cosas materiales lo único que se genera es división, pero si uno se identifica con algo que va más allá, que en mi caso sería el sentimiento que tengo por esta cultura, de ese sentimiento nace la transformación. Uno no necesita de X o Y cosas materiales para lograr que esto cambie, uno necesita del corazón y de la buena disposición de las personas, dejando de lado lo negativo, el ego y la envidia. Más bien ver lo positivo.

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Ángel Todo Copas

Rapero capitalino del barrio Las Cruces.

Sobre los incidentes

Primero que habría que indagar bien realmente de dónde vienen las amenazas. Si dicen venir del movimiento hip-hop, es gente que realmente no pertenece. En el hip-hop nosotros promovemos el respeto hacia las demás personas y nuestras armas son nuestras rimas, nuestra música. Si tenemos algo que decir lo decimos por medio de la música y no nos ponemos con güevonadas de estar llamando a la gente a amenazarla de anónimos. Si tengo algo que decirle a alguien, se lo digo de frente.

Sobre el estigma

Ese estigma que tenemos muchos de los raperos nos lo hemos ganado históricamente, hay personas dentro del movimiento que se han encargado de reafirmarlo. Pero es válido y es importante que la comunidad y el público en general empiece también a entender las dinámicas que se han venido generando desde hace varios años: movimientos culturales independientes, barriales, de base, organizaciones juveniles que están trabajando alrededor del hip-hop con todos sus elementos. Son gente que está transformando la vida en los barrios, de los jóvenes. Que está generando nuevas alternativas. Raperos que están trabajando con el corazón generando proyectos para que los pelados puedan aprovechar de mejor manera su tiempo libre. Que están transformando la ciudad desde la gestión. Y también tenemos raperos que son transformadores desde otras profesiones. Nos tienen estigmatizados de vagos, gente que se dedica a las acciones ilícitas, pero muchísimos de los raperos son trabajadores que hacen sus cosas de manera honesta. Es cuestión de ampliar más el espectro y que se pueda observar que la cultura hip-hop promueve el respeto, la evolución, el cambio, el salir adelante, estar bien, sentirse bien y vivir la vida.

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Sobre el diálogo entre el hip hop y la institución

Creo que los raperos deben ser un movimiento independiente, que trabaja de manera autónoma. Frente a los diálogos con el Distrito, por unos u otros motivos no se ha podido avanzar mucho porque dentro del mismo movimiento existen recelos, situaciones que no permiten evolucionar. También dentro de la institución muchas veces ha faltado entender los lenguajes. Pero creo que hay que hacer un trabajo más de base. De fondo. Si el Distrito quiere trabajar realmente con los raperos y con el movimiento hip-hop, creo que se tiene que sentar a reconocer los procesos territoriales, a escuchar las nuevas voces que están surgiendo en los barrios. Muchas veces las personas que van a representar en estos espacios de participación son personas que no aportan al movimiento sino que buscan sus intereses personales. Si se quiere dar un diálogo, que haya un diálogo con los territorios, con los pelados de los barrios. Así pueden ser más asertivos.

Palabras finales

Lo que pasó no representa al movimiento hip-hop. Esperemos que el incidente se solucione de la mejor manera y que la institución responda con el apoyo que el man está pidiendo.

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Mathyz

DJ y grafitero de la localidad de Santa Fe.

Sobre los incidentes

Es difícil. Sale a la luz en este momento pero viene desde hace varios años. Es absurdo decir que viene de todo el movimiento, puede ser cierto que sea una parte, pero la conclusión es que no se pueden estigmatizar a todos los raperos de Bogotá. Estos hechos suceden, no hay que negarlo, pero todo tiene un trasfondo. Desde el momento en el que decidimos crear lo que se llamaba en ese entonces la Plenaria Distrital del Hip-hop, que es la reunión de varios líderes del movimiento, nos reunimos para guiar las actividades que se hacen y sobretodo, el buen manejo del dinero público. Nosotros evidenciamos que el festival, ya llegando a sus veinte años, tiene grandes problemas, de todo tipo, administrativos incluso. Y nosotros desde hace rato venimos pidiendo una reestructuración al Festival. Ahí ni el tema de las amenazas o de los malos manejos del dinero público nos parecen. La propuesta que estamos haciendo es la restructuración y la claridad con el manejo del dinero.

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Sobre el estigma

En primera instancia nosotros estamos proponiendo la creación de un nuevo sistema distrital de participación del hip-hop en temas de presupuesto público. Creo que ese sería el primer paso para quitar el estigma sobre el trabajo que hacemos en las barriadas los líderes del hip-hop. Un segundo punto es ponerle mucho más cuidado a dónde nace el hip-hop, en los barrios y en las localidades. Esto es realmente lo que fomenta la cultura, no centrarse únicamente en el festival. Y hay que visibilizar lo que se hace en términos culturales y educativos en las localidades, porque siempre es mucho más visible cuando suceden cosas negativas.

Sobre el diálogo entre el hip hop y la institución

Lo que está pasando es que la institución decide y deja al sector en vilo. Nos hace partícipes en unas cosas pero en otras que son importantes, no. El punto es llegar a un diálogo concreto y transparente entre las dos partes. Es un trabajo mancomunado. Uno que tenemos que hacer desde el sector y que a su vez tiene que ser esclarecido desde el la institución pública. Nosotros estamos promoviendo eso, un diálogo más claro, más permanente, de las dos partes.

Palabras finales

Es importante entender que la tapa que nos está llenando es el festival. Es importante para nosotros y para el Estado, que no se debe acabar, pero en este momento está pidiendo a gritos una reestructuración. Por eso suceden a gritos este tipo de adversidades.

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Diego Microphone

Dj y Radiodifusor. Por sus esfuerzos en localidades como Soacha y Sibaté ha sido galardonado con premios como el Orden Civil al Mérito Periodístico Álvaro Gómez Hurtado 2013 y 2014. Fue candidato al Concejo de Bogotá.

Sobre los incidentes

Somos un país que culturalmente se crío en una cultura de violencia, un fenómeno que ha permeado a todas las esferas y que se ha usado como medio para ganar espacios. Pero no solamente pasa en el hip-hop, pasa cuando usted va en la bicicleta y el SiTP lo cierra porque tiene que orillarse como sea. Pasa cuando el taxista tiene que recoger su carrera. No es exclusivo del hip-hop. Esto no quiere decir que no rechacemos la violencia o las amenazas. A nadie se lo puede amenazar.

Sobre el estigma

Los medios de comunicación nos enseñaron que lo que vende es lo que está mal hecho. Aunque miles y miles de jóvenes dentro del hip-hop construyen cultura y construyen ciudad y ciudadanía, nos han enseñado a ver precisamente ese lunar. Esa cosa que pasa de vez en cuando que genera la noticia. Por no saber digerir esas situaciones, la gente lo que va a ver es lo mal que hemos actuado algunos de nosotros. Obviamente quienes lo han hecho, lo han hecho a sabiendas de que están llevando al hip-hop a ser estigmatizado. Eso hace que la ciudadanía se lleve la percepción que eso es así. Es un tema de trabajar los imaginarios de la gente y permitirle al hip-hoper demostrar qué clase de persona, qué clase de ciudadano y qué clase de ciudad está construyendo.

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Sobre el diálogo entre el hip hop y la institución

Hay tres actores clave que tienen que sentarse a dialogar. Por supuesto la institución, la ciudadanía, que incluye los medios de comunicación, y nosotros, que estamos vinculados a la cultura. Y tendríamos que sentarnos a mirar qué cosas buenas sabemos hacer, qué cosas positivas hemos hecho en los territorios, qué espacios hemos recuperado. Y que los medios y la ciudadanía logren tomar esas cosas y replicarlas. De tal manera que cuando usted se encuentre con un graffiti, que es parte de lo que se hace en recuperación de los territorios, no piense usted que es una vaina de echar pintura y perder el tiempo, sino entender que si usted le quita el gris a esa pared que normalmente estaba dominada por los jíbaros y los traquetos, lo que está haciendo es recuperar algo que puede ser para los pelados más adelante. La gente tiene que entender es que nosotros lo que hacemos es construir a través de algo que quizás no han entendido: una canción, un baile, una pared. El hip-hop ofrece una salida. Y la institución tiene que dejar de tirarnos boronas. Dejar de dividirnos por cuatro pesos. Si hay un presupuesto, que nos siente y que nos diga cuánto es y con eso lo que generamos son los procesos que realmente requieran los territorio y el movimiento hip-hop. Además, algo con lo que nos han mantenido siempre al margen es el tema de la contratación, porque nos dicen que no hay organizaciones dentro del hip-hop para contratar. Eso es una gran mentira. Tenemos organizaciones que tienen la capacidad y la solvencia económica para contratar los procesos que surgen desde el hip-hop con los dineros del Estado, justo para que no se generen este tipo de situaciones. Y finalmente, para los funcionarios que están mediando estos procesos, que entiendan que nosotros pensamos y somos capaces de diseñar nuestro propio futuro. Hay que abrir más las puertas a la participación.

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Palabras finales

Gran parte del problema de hoy en día es que las decisiones de lo público se tomaron a puerta cerrada con dos o cuatro personajes. Sí, raperos, pero que no representaban el sentir del movimiento hip-hop en general en la ciudad de Bogotá. Eso hizo que hubiera mucho rechazo. Seguramente los que estuvieron consideraron que hicieron lo correcto. Quizás se tomaron malas decisiones, quizás no. Pero lo cierto es que los dos o tres que amenazaron no representan el sentir del movimiento. Nosotros somos gente pacífica que se la guerrea todos los días, que si hay que darle un brinco a la gente se lo damos, pero ante todo respetamos la vida. No somos gente de violencia.

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Diana Avella

MC que reflexiona en sus rimas sobre el papel de la mujer, la guerra, la colonización y la descolonización. Se ha presentado en varios escenarios del mundo.

Sobre los incidentes

Mi opinión es la de cualquier persona que observa un fenómeno de violencia en el ámbito musical, lo cual no debería ser, porque justamente el arte el arte es un medio emancipador, un medio a través del cual se liberan esas tensiones que históricamente han existido en la sociedad. Es absurdo que desde el arte, desde el trabajo en gestión cultural y desde la música, hayan víctimas de amenazas. Ese tipo de cosas no deberían pasar ni en el hip-hop ni en ningún de movimiento cultural. El hip-hop se debe un espacio de reflexión acerca del lugar de los líderes, de los artistas, de los periodistas, de los escritores de graffiti, de los bailadores, de los DJ’s, alrededor de su lucha a la hora de pensar y construir la paz.

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Sobre el estigma

Es un tema que tiene que ver con los medios masivos de comunicación. Lo que no es digerible para un medio de comunicación se convierte en un problema, en un problema de entendimiento para la sociedad en general. Los medios masivos de comunicación han entendido ciertos géneros musicales, usualmente más comerciales, como una expresión cultural de Colombia, como si estos dieran una idea de lo que somos. Pero el rap es un género musical muchísimo más underground, es un tipo de música que no es tan digerible para los medio y por tanto desde ahí se ha iniciado una estigmatización. Ahora, hay algunas agrupaciones musicales que tienen que asumir una responsabilidad frente a esta estigmatización que cada día es más fuerte, porque a través de sus letras han puesto en tela de juicio el papel del hip-hop como movimiento emancipador, constructor de paz y liberador de jóvenes de la guerra.

Sobre el diálogo entre el hip hop y la institución

Este diálogo no puede venir de una visión paternalista que deba asegurar cosas a las personas que hacen parte de los movimientos. Tiene que ser un diálogo donde haya una horizontalidad, correspondiente, donde los hip-hopers también asuman una posición y unas responsabilidades. Tiene que ser un diálogo entre gente adulta. Un diálogo donde cada una de las partes respete a la otra, no uno en el que se instaure nada a la fuerza, se instrumentalice el trabajo del otro o se presenten amenazas. Hay que avanzar en eso. Y creo que podríamos avanzar vetando a cualquier persona que utilice la violencia como un medio para acceder a espacios de participación. Eso lo único que significa es un retroceso en la democracia. En este país hay gente que ha dado la vida por garantizar espacios de participación justo para que podamos escucharnos así pensemos diferente.

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Palabras finales

Ya que en este medio de comunicación se le ha dado un espacio a este tema, se le dé también un espacio para difundir las cosas buenas. Resaltar trabajos artísticos y abrir cada día más espacios de manera objetiva y responsable al hip-hop.

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Cerbero

Rapero y radiodifusor. Investigador, muy activo políticamente e interesado en los temas de memoria.

Sobre los incidentes

No estoy de acuerdo con ningún tipo de violencia, me parece que es terrible. Pero también pienso que no se puede estigmatizar al movimiento. No todo empieza y termina con Hip Hop al Parque. Nosotros no estamos con la mano estirada esperando que IDARTES o la Alcaldía nos den todo, hay otros procesos que se han desarrollado sin necesidad del apoyo estatal. Muchos estamos en otro tipo de labores alrededor del movimiento.

Sobre el estigma

En muchas localidades de Bogotá hay escuelas de formación que le están quitando pelados a las ollas y a las bandas: los están poniendo a bailar, a pintar y a cantar. Hay muchos otros que le están metiendo la ficha al hip-hop como industria y que se están encargando de profesionalizar el asunto. No estamos sonando en las grandes cadenas radiales, pero sí estamos moviendo mucha gente, mucho pelado de barrio. Yo, por ejemplo, soy profesor de la Secretaría de Educación y desarrollo mis procesos de enseñanza en la localidad Usme por medio del hip-hop como un estilo de vida. Esto es lo que hay que rescatar. Lo otro es un estereotipo que existe pero, si usted se mete en el grueso del movimiento, se va a dar cuenta que hay gente haciendo ropa, accesorios, que están profesionalizando sus estudios en universidades. Lo malo se hace muy visible, pero otros procesos que están enriqueciendo y aportándole a la ciudad no tanto. Nos hace falta fortalecernos en comunicación. Los medios son muy restringidos y no hay ninguno que sea propio del hip-hop. Uno en el que se escriba y se opine para mostrar lo que hacemos en la vida cotidiana y cómo contribuimos en la vida de muchas personas, no solo en la de la gente que hace parte del movimiento.

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Sobre el diálogo entre el hip hop y la institución

Desde las instituciones me parece que es ser menos asistencialistas. Si en algún momento se acaba Hip-hop al Parque vamos a ver realmente quiénes son los que están trabajando por el género. Desde el hip-hop tenemos que creer que podemos ser una industria cultural independiente, que mueve discos, que se mueve en internet, que vende ropa y accesorios, organiza eventos, trae artistas de afuera, etcétera. Podemos auto gestionar y hacer las vainas con calidad. Creo que la alcaldía anterior le abrió todas las puertas al hip-hop, pero no hubo realmente una garantía de participación para la ejecución de los proyectos. Y eso no es solo un problema del hip-hop, es un problema de la administración pública que, mientras tenga funcionarios que actúen de manera inescrupulosa, van a dañar el trabajo de cualquier movimiento social, ideológico, político y cultural. Mientras siga ese margen de error, con robos, corrupción y demás, no va a haber un avance real. Se pueden manejar con transparencia los procesos de contratación, de asignación de presupuesto y todo ese tipo de cosas. Se necesita que los funcionarios realmente nos dejen participar en el diseño de los proyectos y no nos miren como “Uy, pobrecitos los raperitos”. Yo tengo mis estudios, mi maestría, trabajo en universidades, he publicado libros sobre hip-hop, he aportado en escenarios culturales y académicos acerca del movimiento. Tenemos que recibir ese reconocimiento.

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Palabras finales

Hay que entender que el hip-hop, como el rock, como la salsa, como el tango y como toda la música, está en la vida cotidiana de todas las personas. Nosotros, desde ahí, le aportamos a la sociedad. Por otro lado, al movimiento le diría que tenemos que creer en nosotros y no solamente esperar a que llegue octubre para treparnos en una tarima de un festival. Y, por último, que la gente que amenaza no es hip-hop.

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Zkirla

Viene trabajando con el rap y el hip-hop desde el 90. Ha sido presentador de varias ediciones de Hip Hop Al Parque y de varios espacios radiales y de televisión

Sobre los incidentes

Es un estigma que se ha cargado muchos años por ser música de la calle, de las esquinas. No es la primera vez que se presentan amenazas y se hace bien en denunciarlas. Muchos podemos decir “no le pare bolas”, pero una amenaza es una amenaza. Que a usted le tengan ubicado su teléfono, que le tengan ubicada su casa, son cosas delicadas. Hay quienes quieren coger algo sin habérselo ganado. Pero la gente se pone muy amarillista. Yo fui el presentador de Hip-hop al Parque, he sido el artista que, gracias a Dios, más se ha subido en esa tarima, en 16 de los 19 festivales. Y a mí también me han llegado amenazas. Hay gente envidiosa que no entiende que todo tiene un proceso, unos lineamientos, que hay gente que trabaja por esta cultura todos los días. Darle importancia a esto es caer en la trampa de ellos.

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Sobre el estigma

A mucha gente de la industria, de emisoras, managers o promotores, no les interesa que el hip-hop tenga el lugar que se merece. Se les acabaría la parafernalia de promover muchas expresiones que copian al hip-hop, pero no tienen nada que ver con él. Entonces, cada vez que pasa algo malo, lo resaltan a más no poder. Les interesa que se vea como algo negativo, mantener ese estigma. En cambio, no aprecian cuando el movimiento tiene grandes logros. Pero es más lo positivo que lo negativo. Por ejemplo, el año pasado sacamos un documental que se llama “Rebeldes en tránsito: memorias del hip-hop en Bogotá” donde contamos treinta años de trayectoria política, cultural y artística en la capital. Ahí se ven esos aspectos positivos y es lo que se debería estar promoviendo: cuando hay nuevos discos, nuevos videos. Somos el movimiento cultural urbano más importante del momento y necesitamos también que nos den espacios, que nos permitan expresar. Y es que en general ser artista independiente es difícil. Aquí el 80% de lo que suena es música de afuera y, mientras no haya esos espacios en donde la gente pueda intervenir, los muchachos seguirán cayendo en temas de pandillas, de guerras, de microtráfico. Uno más haciendo arte es uno menos en las esquinas delinquiendo o consumiendo vicio. Y cada vez que nos dan un espacio, nos lo apropiamos positivamente.

Sobre el diálogo entre el hip hop y la institución

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Lastimosamente hay mucha gente que ha llegado a ciertos espacios para trabajar con la cultura, pero que no tiene nada que ver con el hip-hop. No lo entienden o ni siquiera les gusta. Lo primero, entonces, es empezar a identificar a los verdaderos actores, a los verdaderos representantes positivos, tanto para la institución como para la cultura del hip-hop. Darles los espacios a las personas capacitadas para ejercer ciertas funciones dentro del sector. Y lo que tiene que ver con el hip-hop lo tiene que manejar un hip-hoper. Se vienen veinte años del festival, que la institución se ponga la mano en el corazón y se den cuenta de esto.

Palabras finales

Lo importante es seguir trabajando por esta cultura. Llevamos más de tres décadas abriendo espacios, expresándonos. Tenemos que demostrar que somos la voz de las conductas. Invito a la gente del hip-hop a que demostremos eso con buenos eventos y con una caracterización de lo que es ser realmente un hip-hoper: ser leal, ser trabajador, guerrero. Y más en este país que necesita aportes positivos para la paz. Todas la personas pueden involucrarse, son bienvenidos.

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Saga Uno

Grafitero, MC y cabeza de Volketa.

Sobre los incidentes

El festival lo usan mucho como un evento de mediación social, más no del género. Por eso tienen esa mesa de hip-hop que de entrada me parece raro. No es un festival cultural, sino que tratan de encontrar soluciones sociales dentro de este. Se vuelve un evento lleno de intereses, donde se mueve un resto de billete y ahí es donde pasan ese tipo de situaciones. Y el hip-hop, en su calidad, pasa a un segundo plano. Debería ser un festival para lo mejor del hip-hop. Eso motiva a la gente para que haya un cambio social. Yo no soy de los que dice que las letras tienen que ser positivas, para mí la cosa es la música. Es un error ese manejo que el Estado le ha dado al movimiento.

Sobre el estigma

No se trata de quitarlo. Existe. La violencia siempre va a existir. Y el rap es un género de calle y esa relación se puede dar. Pero por otro lado hay gente que está usando el hip-hop de otra forma, que se meten en la música y en sus áreas de arte, que se están soyando es en eso. Poco a poco esta perspectiva va ganando campo y así más gente va a migrando a eso.

Sobre el diálogo entre el hip hop y la institución

Que escuchen. Se hacen los que oyen pero no toman las decisiones como debería ser. El festival debería estar coordinado y curado por otro tipo de personas. Y no debería ser un lugar para resolver problemas sociales sino que debería ocuparse más en la música, en la cultura y en los mejores ejemplos del género. Eso es lo que trae cambios.

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Y usted: ¿qué piensa de todo esto? Participe en la conversación por aquí abajo.