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Música

Cowboys from Hell te molerá los huesos

Hablamos con la banda bogotana de psychobilly que está abriendo las puertas del infierno con un sonido salvaje y unos cojones inauditos.

Todas las fotos por Juan Diego Rivas Cardona

Era un miércoles, pero podría ser un viernes. La cerveza y la música recorrían todo el lugar. Juan, baterista, y Miguel, guitarrista, agarraron una pola antes de entrar en el ensayadero. Marck, el vocalista, que había estado en urgencias esa madrugada en terapia respiratoria, se desenrollaba la bufanda, preparándose para destrozarse la garganta una vez más. Toda la escena tenía como fondo el "slap" del contrabajo de David, quien sonorizaba la previa a la descarga que se venía.

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En Suba, cerca de Bulevar Niza, ese centro comercial que han engallado sin poder ocultar la mueca que es, se cocinan varios de los ruidos con más voltaje de la capital. El epicentro es el ensayadero Rockstar y está bajo el amparo de Mortis, guitarrista y vocalista de Salidos de la Cripta. Retumba en sus paredes música que cabalga al galope del western, se distorsiona con los riffs del punk, surfea con los punteos de guitarra, viaja en el tiempo al ritmo de los cincuenta o grita "Oi!" por las calles de Bogotá.

Entramos a una de las salas. Estábamos con los Cowboys from Hell. Sonaron los primeros acordes de esta banda de psychobilly que hace un buen rato anda armando bonche en las tripas sonoras del país. Con un rugido Marck botó las primeras palabras. La mano izquierda de David se empezó a deslizar por el contrabajo a tal velocidad que calentaba las cuerdas, mientras que con la derecha golpeaba el instrumento dándole sus característicos toques de percusión. Sus golpes se ensamblaban con los de Juan, que mientras se movía como pulpo, pintaba una expresión en su rostro como de quien quiere ir todavía más rápido, alcanzar la máxima revolución posible.

Salían las notas, breves sacudidas que hacían que Marck diera brincos sobre su silla: "Everything is better down in hell!", sentenciaban sus cuerdas vocales. No había reposo. La histeria destruía. Miguel se perdía en su guitarra sin dejar espacio para recobrar el aliento. El sitio se empezaba a calentar y Marck empezaba a saltar. Juan hacía mover las tablas de la pequeña tarima en la que tocaba, sus tambores y platillos no paraban de temblar. Era inmensa la necesidad de música salvaje. Narraban algo sobre un violador y luego convertían al clásico "Funnel of Love" en una balacera que obligaba mover los pies. Nada podía interrumpirlos y todo podía quebrantarlo. Y era sólo un ensayo. Cowboys form Hell es un carro de vieja guardia con un motor ruidoso y potente que despierta a todo el pueblo con su furia. Un proyecto que tiene cinco años, aunque con esta formación lleva tres, compuesto por unos personajes bulliciosos, juerguistas y jaraneros como pocos en la ciudad. Una banda que va pa arriba. Nos sentamos a hablar con ellos a ver cuál es su rollo.

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En su sonido uno oye varios elementos, desde el surf hasta riffs mucho más pesados, casi metaleros. ¿Cómo lo definen?

Juan: Yo creo que es el matiz que cada uno le da. Miguel tiene una banda de punk y le da esa parte súper pesada. Yo vengo de una escuela más suave, yo le quería meter como un son más rockabillyadito, más jazzero. Marck y David le meten más el western.

Miguel: Yo les dije a los muchachos que no podíamos sonar como una canción de 45 minutos. Que cada canción debía ser una banda sonora de una película que nos inventemos en la cabeza. Entonces tocamos una película del oeste, otra de una película de terror y así la banda va sonando diferente.

Marck: Es nuestro sonido. Suena pretencioso pero es particular. Uno habla del rockabilly de los 50, de esas raíces del blues, de la música negra. De eso que eventualmente evolucionó y llegó a cosas como el surf o hacia la estética de las películas de terror. Luego aparece como el neo rockabilly que se convierte, ya en los años 80, más hacia el camino del punk rock. Toda esa música que uno llamaría de los rockers. Me parece que Cowboys from Hell representa esas distintas épocas.

Y las letras… ¿sobre qué canta Cowboys from Hell?

Juan: De todo. Hay una canción que es sobre un violador, hay otras que son de terror….

Miguel: Experiencias personales del vocalista…

Marck: Lo único que no tocamos son temas políticos.

Juan: Creo que esa es la regla.

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Pueden tocar dos horas seguidas de covers. ¿Bajo qué parámetro los escogen?

Juan: Que nos gusten.

Marck: Y creo que han tratado de ser representativos de diferentes épocas: tocamos "Funnel of Love" de Wanda Jackson que es una canción muy vieja, y esta otra de los 80…

Juan: "Tainted Love".

Marck: Eso. Es una mezcla entre lo que nos suena bien, lo que nos gusta, y lo que la banda pueda interpretar y reinterpretar.

¿Cómo va esta escena en Bogotá?

Marck: Pues la escena en Bogotá ha ido como por eras: sube y baja. Al principio la escena era muy pequeña y muy enfocada en el psychobilly más purista, como el de los años 80. Eventualmente la gente fue viendo cómo también existe la música de los 50, entonces la segunda era de la escena fue más rockabilly. Y ahora es una mezcla de las dos cosas. Eso ha hecho que la escena sea una muy sana…

Juan: Sana musicalmente…

Marck: En el sentido que son bandas que se pueden llevar a cualquier escenario y pegan durísimo. Ya empezaron a aparecer cosas así en Rock al Parque. Este año viene Necromantics, el año pasado tocó Salidos de la Cripta y también vino Rebel Cats. La gente que no está en la escena empezó a descubrir la música y se empezó a mover hacia un circuito más comercial. Yo no digo que se pueda mercadear mucho, pero sí gusta mucho.

Miguel: La música que tocamos nosotros tiene que ver con muchos más ambientes: las chicas pin up, los carros antiguos, cosas vintage, las películas de terror…

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Juan: No sólo es hablar del género psychobilly en Bogotá. Ahorita por ejemplo he visto muchos festivales de cine que traen películas de serie B, que antes la gente no tenía ni puta idea lo que eran. Entonces las personas llegan a la música por distintas partes: ven cine y dicen "¡Qué chimba esta banda sonora!", y resulta que la banda sonora es de un grupo de los 50 que hacía surf así metrallero…. y empiezan a llegar al psychobilly.

Marck: Los tatuajes están súper disparados, el old school

Miguel: El tatuaje de marinero de línea gruesa…

Marck: Es una de las muchas implementaciones de esa cultura rocker, o como la quieran llamar, en la que nosotros estamos inscritos.

¿Y en Colombia?

Marck: Hay bandas similares, en Duitama, en Cali y en Medellín. Pero creo que los circuitos más fuertes son Bogotá y Medellín. Cali tiene una banda muy importante que ha tocado en festivales, en Manizales Grita Rock y todo, que se llama Psychopath Billy.

Juan: Desde que tocaron Los Malditos en Rock al Parque se abrió un espectro que es más western, pero que suena a punk y le gusta a la gente.

Marck: Yo creo que Triple X fue también clave en ese espacio.

Estuvieron en Ecuador y ya han viajado por Colombia. ¿Cómo les ha ido de gira?

Marck: Debo decir que lo mejor de esta banda son las giras. Grandes o pequeñas, la gente nos recibe como algo que nunca se espera. Uno llega y la gente es como "¡Whaoooo!", como si fuéramos importantes…

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Juan: En Ecuador se montaban en la tarima. Miguel chilló…

Miguel: No cuente eso, cuente cuando me tiré al piso a tocar un solo…

Marck: Fue en la plaza de toros de Quito. Allá la escena es incluso más pequeña que acá.

Miguel: Pero el público fue muy extenso.

Marck: La constante es como la actitud de la gente, nos reciben, nos atienden…

Miguel: Ahí va eso de que "Nadie es profeta en su tierra"…

Marck: Pero en otras tierras podemos ser dioses.

Miguel: O el diablo.

Juan: Toca ir de gira, es una cosa que toda banda debe hacer.

¿Cómo es un concierto de Cowboys from Hell?

Marck: Es una gonorrea.

Juan: Una balacera, una caja de sorpresas.

Miguel: De Pandora.

Marck: Yo siempre quise una banda que me bajara los pantalones y que fuera como "¡Me están violando!". Y Cowboys From Hell suena como a eso. Agarra a todo el mundo fuera de base pero en el buen sentido. Y la gente se enloquece. Creo que es extremadamente desenfrenada, en lo positivo, y a veces rayando en lo negativo por los cabezazos en la batería.

Juan: Los micrófonos quedan abollados, los platillos dañados.

Marck: No existe una banda con nuestro show.

Miguel: Yo me subo al contrabajo y hago los solos ahí.

Marck: Juan es un pulpo y rompe todo, David toca el contrabajo como si estuviera loco. Miguel, que era más tímido, ahora la rompe, hasta se le suben las viejas…

¿Momento memorable?

Marck: A mí me gusta mucho entregarme a la gente y que salga más feliz de lo que estaba.

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Miguel: Cowboys from Hell: "Nos interesa tu felicidad".

Juan: Cowboys from Hell entertainment.

Marck: Yo agarré a un man en silla de ruedas que estaba de primero cantando y lo subí, pero cayó como un costal en el escenario. Nos pasaron la silla, lo sentamos y me subí en la silla a cantar. Y cuando me volteo, diez chicas pin up atrás bailando…

¿Cuándo fue eso?

Juan: Hace dos años en el Zombie Fest.

Miguel: Y en Quito estábamos tocando una canción y llegó mi solo. Me descontrolé y me tiré al piso. Estaba ahí sintiendo un orgasmo con mi guitarra cuando de pronto me paro y le rompo la nariz a Marck. Yo dije: "Se acabó el concierto".

Juan: Le fracturó el tabique.

Miguel: Cuando veo que Marck sigue cantando, haciendo burbujas de sangre…

Marck: Y como estábamos en la plaza fue como "Esta noche la sangre no es de toro sino de rock and roll" o algo así. Hubo un silencio de un segundo y "¡Wuuuuuuuuuuuu!". Y yo pensé: "Me desfiguré", pero entonces empecé a botar papeles con sangre.

Juan: Uy sí, eso fue una chimba.

Miguel: Desde ahí empecé a romperle la nariz a todos.

¿Para dónde van?

Marck: The sky is the limit (risas).

Juan: Es verdad, es verdad…

Miguel: Que se vuelva un clásico.

Juan: A corto plazo, grabar un disco de larga duración y videoclips. Yo soy fanático de lo visual y hago eso.

Marck: Hemos tenido muchos conciertos y llevamos tres años haciendo eso. No ha habido tiempo de grabar.

¿Algo que agregar?

Miguel: Que se tengan

Juan: ¡Sí, que se tengan!

Marck: Que se tengan que les vamos a moler los huesos. *** Sigue a los vaqueros del infierno por acá.