FYI.

This story is over 5 years old.

Música

¿Cómo no amar a Lucrecia Dalt?

Hace tres años que Lucrecia no venía a Colombia. Su regreso, tan esperado, se concretó gracias al ciclo de conciertos Canción-Canción. Un espacio creado por los Poliedro y Chucky García. Gracias al lugar chiquito y acogedor y a un sonido impecable.

Hace tres años que Lucrecia no venía a Colombia. Su regreso, tan esperado, se concretó gracias al ciclo de conciertos Canción-Canción. Un espacio creado por los Poliedro y Chucky García. Gracias al lugar chiquito y acogedor y a un sonido impecable, el pasado sábado 15 de febrero presenciamos un concierto medio surreal, cálido. Lucrecia compartió whiskey con el público que estuvo atento cada segundo. Comprometida con no perder el equilibrio entre el arte sonoro y la música, cada vez que la vemos nos quedamos con la impresión de que todo pasó muy rápido, de que el concierto fue tan cortito que esperar otros tres años para verla resulta insoportable. Y como Lucrecia siempre da las mejores entrevistas, no podíamos quedarnos sin hacerle unas preguntas. Nos contó sobre el disco en el que anda trabajando, lo que aprendió de los Series Media e incluso nos hizo algunas recomendaciones imperdibles por si algún día vamos a Berlín.

Publicidad

Foto por: Jorge Dallos

Antes de irte a Europa estuviste involucrada con el parche de Series Media, un combo creativo que hace cosas bien interesantes en Medellín. ¿Qué lecciones sacaste de ahí y cómo era colaborar con ellos?

Alejandro Vélez me dio mi primera lección de Ableton Live, Daniel Gómez (M.A.M.I) la primera de Pure Data. Sin Mala mi vida en Medellín no hubiera tenido sentido. Sin José Santamaría por ahí, el disco “Acerca” no hubiera salido. Con Fede López aprendí a hacer la lista del “no y del sí” una técnica fundamental que aplico hoy antes de empezar cualquier proyecto. Alejo Peláez me enseñó a usar la justa medida de reverb. Probablemente no me hubiera obsesionado tanto con hacer música sin haber conocido la música de Panorama o la del principio de Fede Goes, o “I lost my train” de M.A.M.I. Por cierto, un día cualquiera, en el 2003 o así, estaba en mi casa en Envigado y sonó el teléfono, contesto y alguien dice, "¿Lucrecia?" Y yo, "Sí, ¿quién es?", y él dice, "Mirá, yo me llamo Daniel Gómez y te acabo de ver cantando en la televisión (en ese momento cantaba con un proyecto que se llamaba Clubitte), entonces quería saber si querés cantar en un tema que estoy haciendo", yo dije "¡Claro!" y él me dijo, "Listo, ¿puedo ir ya por vos?".

Inicialmente con el último disco querías hacer un experimento en el que el sonido se pudiera dividir en dos, ¿de dónde salió esa idea? ¿Qué otras exploraciones sonoras andas haciendo?

Publicidad

Es que a veces de las restricciones salen las mejores cosas. Eso lo aprendí de Federico López y ha sido una de las máximas de mi proyecto. Ahora estoy trabajando en un nuevo disco que hace parte de una beca que me dio el ayuntamiento de Berlin y que consiste en producir nueva música que involucre la historia del cine Alemán. El proyecto se basa en una técnica que utilizo en mi trabajo que es provocar un entrelazamiento entre la dinámica emocional que experimento mientras que veo películas y lo que experimento durante el proceso de producción musical. Ya están saliendo cosas, pero es muy temprano para saber hacia donde irá todo esto.

En el primer concierto tuyo al que fui usabas el computador y el controlador que hiciste con tu papá, luego añadiste el iPod que se pegaba a la guitarra, y hace poco que te vi en Canción-Canción tenías el iPad y el compu a un ladito. ¿Cómo ha ido cambiando tu set y qué tanto depende la evolución de tu música de los gadgets que tienes o que vas fabricando?

Las decisiones tecnológicas del set-up han ido cambiando sobretodo por la necesidad de buscar una manera de viajar bastante ligera, pero teniendo muchas posibilidades. El controlador de mi padre ya va por la cuarta versión, cada cambio ha sido por buscar menos peso y que la presión de los botones sea la justa para que no interfiera con los demás sonidos. Lo de tener el computador al lado es una decisión que tomé hace un tiempo porque me gustaba la idea de que tuviera menos importancia en el escenario, ya que yo sólo lo uso como procesador de sonido y con los controladores no necesito interactuar físicamente con él.

Publicidad

Foto por: Catalina Pérez

Los años de Iggy Pop y Bowie en Berlín la han convertido en una ciudad tremendamente inspiradora para los músicos. Ahora que estás viviendo allá, ¿la sientes así?

Lo es. Por cierto, ando justo ahora haciendo un cover de Bowie. Ese momento debió haber sido brutal, Iggy Pop y Bowie viviendo juntos, ¡madre mía! En fin, pero no por Bowie me vine para acá, eso lo supe la primera vez que vine hace como 6 años.

¿Cómo empezaste a tocar con Julia Holter?

Justamente en ese entonces hice una gira con Julia Holter que hacía parte de la promoción de un compilado del sello Monika Enterprise que se llamaba 4 Women no cry. Así la conocí, en Berlín, nos quedábamos en un apartamento en Mitte. Cuando llegué, ella abrió la puerta y tenía una media de cada color. En esa gira viajamos en una van hasta Varsovia, el tour manager ponía Neubauten en loop, luego pasamos por Poznan y terminamos en Leipzig. Como Julia me había contado que tocaba el harmonium, le pregunté si quería grabar algo para un disco que estaba haciendo en ese momento. El disco se llamó Commotus. El mismo día que tenía el disco impreso en mis manos ella iba a tocar en Barcelona, se lo llevé al concierto y el disco se fue en la van de la gira que en ese momento ella estaba haciendo por Europa. Aparentemente lo escucharon en algún punto entre España y Portugal. El disco le gustó mucho al tour manager y fue así como empecé a trabajar con Belmont Bookings que fueron quienes organizaron la última gira en la que tocamos juntas en noviembre de 2013.

Publicidad

¿Cambia mucho la escena respecto a Barcelona, donde también viviste?

La verdad no puedo pensar en otra ciudad para vivir en este momento. Berlín permite todos los opuestos, incluso en un mismo día, desquiciarse o estar en total calma (cosa que no permite Barcelona, por ejemplo, que lleva a la locurilla inevitablemente). Es vivir barato en una capital europea. Los colombianos (creo) nos sentimos mejor rodeados de una porción importante de naturaleza, árboles y eso lo tiene esta ciudad (cosa que no tiene Barcelona, por ejemplo, no incrustado así como en esta ciudad).

Cuéntame un poquito de las influencias no musicales de éste último disco, de tus lecturas sobre pata-física y cómo se ha traducido todo esto a los temas…

Ah, es que en estado de drama/delirio pues se termina leyendo sobre pata-física inevitablemente. Esos últimos seis meses en Barcelona, que fue cuando hice el disco Syzygy fueron una locura. Pocas horas de sueño, mucho vino barato, así que terminar leyendo de pata-física, ensayos de Susan Sontag o trozos de “one way street” de Benjamin mientras veía películas de Antonioni y Bergman resultó siendo el alimento perfecto para construir todo el concepto del disco. De Duchamp salté al concepto de Infrathin, de ahí a la pata-física, de ahí al concepto de Syzygy. Todo está en internet, afortunadamente.

El videoclip de Inframince quedó espectacular, hace rato no veía que acompañaras una canción con video. ¿Por qué decidieron hacer uno para ésta canción?

Publicidad

Yo quería buscar una manera de acentuar visualmente los cambios de dinámica que tiene la canción, la lentitud del principio que se va enloqueciendo un poquillo hacia el final. Todo salió bastante espontáneo la verdad, yo ya había trabajado antes con Alejandro Bernal y siempre habíamos hecho vídeos así un poco sin guión, generando las ideas on-the-spot. Para este nos ayudó también Luis A. Delgado y haciendo brainstorming empezamos a pensar en hacer algo simple con juego de luces y sombras en un espacio abierto (yo tenía en la cabeza imágenes de una peli de Resnais que se llama Providence), entonces a partir de eso decidimos grabarlo en el parque Treptow, no se por qué terminamos alquilando una máquina de humo.

¿Cómo es un día tuyo en Berlín?, ¿qué planes o lugares recomiendas?

Impredecibles, casi siempre, especialmente a partir de las seis de la tarde, nunca se sabe dónde terminarás, hasta qué hora ni con quién, es así. Como ahora estoy haciendo un disco un día normal comienza investigando cosas, hoy por ejemplo estaba leyendo y buscando información sobre Hannelore Holge, Ernst Hofbauer, Peter Sloterdijk, Harun Farocki, Alexander Kluge, esto mientras iba viendo trozos de “schulmädchen report” o “The Rose King” de Schroeter, y mientras eso pues también voy grabando pequeñas líneas, escribiendo, cocinando. Lugares, pues, está el O tanenmbaum, Das Gift, Das Hotel, cerveza en el kanal en verano (fundamental), whiskey en Geist Im Glass, el café de pannierstraße, el falafel de Gel Gör, el turco de Boppstraße, la librería Bartleby & Co, la landjaeger de Kardstat, el vino de Ottorink, la pasta de Gorgonzola Club… no he podido encontrar un buen sushi, si alguien sabe que me escriba. Caminar en el kanal a las cinco de la mañana es fundamental también. El primer día que llegué me llevaron a caminar de noche por Alt Stralau, muy recomendable.

Tus recomendaciones musicales siempre son increíbles, descubrir Woo gracias a ti fue maravilloso. ¿Qué andas oyendo ahora?

Asmus Tietchens, Milton Babbitt (Clarinet and String Quartet~Measure 283), Donald Byrd (Cristo redentor), Ween (Pure guava), The walker brothers, Alice Coltrane (Turiya sings), Gary Wilson (You think you really know me?), Julie London (Something cool), Robert Wyatt (Rock bottom).

Foto por: Catalina Pérez