Fiestas techno en oposición a la corrupción política en la escena musical de Vietnam

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Música

Fiestas techno en oposición a la corrupción política en la escena musical de Vietnam

En la ciudad de Ho Chi Minh, la opresión política pone en riesgo los raves vietnamitas.

Mientras la música electrónica ha conquistado el mundo a lo largo de las pasadas dos décadas, la escena en Vietnam ha sido obstaculizada por la corrupción policiaca, la censura y el crimen. En un país comunista donde el gobierno pone sus manos en todo, las fiestas realmente son "underground", no sólo una moda.

La corrupción y la desconfianza en la ley ha obstaculizado las fiestas. Para hacer una, los bares y los anfitriones deben sobornar a la policía para evitar que los clausuren. Además, los impuestos para importar algo a Vietnam son tan altos que los bares no se pueden permitir alcohol real de marca y en ocasiones terminan optando por licor falso, que también es penalizado por la policía. Aunque las cenas valen menos de dos dólares, el tener que pagar tanto a DJs como policías hace que manejar un evento de forma "legal" sea cada ves más un problema en lugar de una ganancia.

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Pero para algunos promotores, DJs y propietarios de bares en Vietnam, no se trata del dinero.

En una ciudad con mente más abierta como Ho Chi Minh (formalmente conocida como Saigon), un lugar a más de 8000 millas de distancia de ciudades como Berlín e Ibiza, una escena underground de música electrónica de calidad finalmente comienza a emerger.

Heart Beat es una compañía basada en Vietnam que trae a Ho Chi Minh DJs residentes de Berghain en Berlín, para eventos de techno. Con nombres como Etapp Kyle y Ed Davenport, Heart Beat intenta realizar fiestas que tengan la misma esencia de los sonidos techno de Alemania. Pero con problemas para hacer los tramites legales, el hacer fiestas fuera de la ley ha sido la única opción de Heart Beat. "En el 2012, el Ministerio de Cultura y Turismo [de Vietnam] nos otorgó una licencia, pero técnicamente no puedes obtener una licencia que dure más allá de la media noche," dice Paul Tonkes, uno de los fundadores de Heart Beat, junto a sus dos amigos de Alemania.

"Teníamos una licencia para eventos única porque la patrocinaba el consulado aleman. Normalmente no podríamos obtener una licencia para un evento porque tendríamos que pagar 200,000 dongs ($10 dólares) por cada track que el DJ toque. Tendríamos que darles una lista de cada track que el DJ pretenda mezclar, la cual tendríamos que inventar porque nunca sabes lo que el DJ va a poner. Terminarían siendo entre $300 a $500 dólares en una noche sólo por el pago de derechos de autor. Y ese dinero ni siquiera llega a los artistas."

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A pesar de las restricciones legales, Tonkes dice que esa fiesta en particular resultó bien pasando la media noche. Tomaron los riesgos, con las connotaciones ilegales y decidieron ir sin obtener ninguna licencia. La fiesta no tuvo incidentes.

El Ministerio de Cultura y Turismo de Vietnam también solicita una lista de tracks con sus letras traducidas, que puede ser bastante difícil de obtener, pues el techno contiene sampleos de vocales muy manipuladas. Si le pides a un DJ de Berghain que te provea de letras traducidas, hay probabilidades de que se ría en tu cara.

En Vietnam es casi imposible saber que hará que tu fiesta sea legal. Combatir lo desconocido es casi imposible, ¿A qué policías les pagas? ¿A qué departamento te diriges? Y al final, sin importar todas tus precauciones, la policía hará lo que ellos quieran.

"Siempre hay un riesgo," dice Tonkes. "Siempre hay alguna autoridad que te puede decir que tu papeleo no está en orden."

Jase Nguyen, un local de Vietnam, ha sido promotor y DJ en Ho Chi Minh por nueve años. Su serie de eventos, The Beat, ha llevado artistas internacionales como Tokimonsta, Daedelus y DJ Premier a Saigon. Dice que la corrupción en la escena es parte del curso normal de las cosas aquí.

"[El gobierno] quiere supervisar todo," comenta. "En el núcleo, aún somos un país comunista. Técnicamente, cualquier reunión de más de cinco personas es ilegal. Necesitas licencia para hacerla. Básicamente quieren dinero, o clausurar las fiestas porque el club no pagó lo suficiente."

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El control del gobierno es tal que solicitan a las mujeres vestir "modestamente" y cumplir con normas especificas del distrito. Y no es de sorprender, claro, que las drogas también son ilegales. El norte de Vietnam es aún más estricto. Los ciudadanos deben obedecer un toque de queda a media noche, haciendo difícil cualquier actividad después de las 10 PM. Naturalmente, los policías vigilan la vida nocturna y los clubes, aún así, la gente intenta hacer que exista.

Quest Festival es un festival de música localizado en el norte de Vietnam, a las afueras de Hanoi en el Parque Nacional de Ba Vi. Su lejanía de la ciudad es a propósito, pues los organizadores esperan librar la opresión de las autoridades al realizar una fiesta fuera del centro de la ciudad. En los últimos tres años, Quest ha crecido de 300 a 5,000 asistentes. Pero incluso a mitad de la nada, pocas fiestas tienen éxito sin la interferencia de la policía.

"Nos invadió la policía el año pasado," dice Luke Poulson, el director creativo de Quest. "Literalmente salieron de entre la jungla, a pesar de que les pagamos tres veces, en tres diferentes ocasiones, a tres diferentes departamentos. Igual llegaron y detuvieron el festival por unas horas."

"Se precipitaron sobre todos con luces," dice Poulson. "Eran jóvenes policías locales, como chicos de la villa, y llegaron ahí pero realmente no sabían que estaba pasando. Simplemente estaban en los alrededores y querían que apagáramos la música. Le invitamos a todos una cerveza, se quedaron hasta que les dimos un poco de dinero."

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Poulson dice que aún colaborando con patrocinadores en Vietnam, Quest Festival aún tiene varios problemas. "Continuamente llegan, ya hasta los esperas," comenta. "Hay muchas fiestas en Hanoi clausuradas. Pones mucho esfuerzo en las cosas y en ocasiones sólo se complican las cosas, pero vale mucho la pena cuando las haces funcionar. Quest es así, estresante, pero lo vale."

Desafortunadamente, la desconfianza en la policía no es el único obstáculo traicionero para los amigos de las fiestas. En Vietnam, la gente promedio buscará la oportunidad para estafarte.

En marzo, The Prodigy, un legendario grupo de electrónica del Reino Unido, supuestamente tocaría en Cargo Bar, tras haberse cancelado un festival en Singapur. Los dueños de Cargo Bar habían estado tratando de traer DJs que venían al sureste de Asia y de inmediato se interesaron en The Prodigy. Pero cuando The Prodigy nunca se presentó, Rod Quinton, el dueño del lugar, se dio cuenta que los había estafado un falso promotor. El bar perdió miles por un deposito inicial, que ya era una cantidad mayor a la que podían pagar.

"La realidad es que fuimos muy tontos," dice Quinton. "Fue muy emocionante pensar que tendríamos a una banda de ese calibre en Vietnam y nos dejamos llevar. Obtuvimos prestamos y ahora le debemos a mucha gente."

Tanto los asistentes a fiestas como los organizadores tratan de aceptarlo. Para la gente de Vietnam, seguir peleando por sus fiestas electrónicas no es una gran preocupación. Seguirán sucediendo, los atrapen o no.

"Algunas veces es fácil, otras no," dice Nguyen. "Depende de con quién estés tratando. Con tanta corrupción, puedes jugar con ello en cualquier actividad que realices. Es uno de los problemas de vivir en Vietnam."

Samie está en Twitter.